Las ejecuciones en todo el mundo se han disparado hasta alcanzar su cifra más alta en cinco años. En la tabla de ejecutores, los cinco primeros son: Estados Unidos con 18, Egipto con 24, Arabia Saudí con 196, Irán con más de 576, y China, que ejecuta a miles de presos.
Amnistía también ha señalado que no sólo está aumentando el número de ejecuciones, sino que algunos países incluso han reanudado la práctica, concretamente Afganistán, Kuwait, Myanmar, Palestina y Singapur.
Cerca del 40% de todas las ejecuciones conocidas fueron por delitos relacionados con las drogas. En el lado positivo, algunos países han abolido la pena capital, entre ellos Kazajstán y Sierra Leona.
Amnistía Internacional afirma que "125 estados miembros de la ONU -más que nunca antes- han pedido una moratoria de las ejecuciones, por lo que se vislumbra un rayo de esperanza" para que este castigo quede relegado a los anales de la historia.