Rosh hashaná es sin dudas, una de las fechas más relevantes de nuestro calendario. El momento donde se nos invita a reflexionar. A preguntarnos quienes somos y hacia dónde estamos dirigiendo nuestras vidas. El momento donde proyectamos el año que se avecina, un año donde pedimos que nuestros más caros anhelos se transformen en realidades.
Y la pregunta es, ¿cómo?
Estuvimos transitando el último mes del año, jodesh Elul. En el, nos dedicamos a la lectura del 5to libro de la Torá. El sefer Devarim. En él, aparece más de 90 veces la expresión Shema, Lishmoa, Tishmeum, palabras que hacen referencia a escuchar, oir, prestar atención. Pareciera ser que toda nuestra construcción personal y preparación para Rosh Hashana pasó por ahí.
Tenemos que parar y pensar.
En una generación plagada de inmediatez, donde todo ocurre a una velocidad vertiginosa, estamos obligados a regalarnos cinco minutos por día para pensar, evaluar y proyectar nuestro futuro y sobre todo nuestro presente.
¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo transcurren nuestros días? Que anhelamos ser de acá a un año? Y analizar con sinceridad, sin estafarnos, si los esfuerzos del HOY nos están conduciendo a esa meta soñada del MAÑANA.
Parafraseando al Rab Noaj Wainberg ZZ'L, si vivimos por lo qué estaríamos dispuestos a morir, estamos enfocados. Estamos en el camino correcto.
Rosh Hashana, el íntimo encuentro con el Creador, asoma en el horizonte. El tiempo pasará raudamente. Mientras los demás pueblos santifican el espacio físico, conquistan y expanden sus fronteras, Am Israel santifica el tiempo " mekadesh israel beazemanim", la única variable que no vuelve.
Debemos parar, pensar y proyectar. Las personas inteligentes son las que aprovechan las oportunidades. Que podamos estar entre ellas.
Gmar jatima toba! Que tengamos un año pleno de crecimiento material y espiritual en este 5786 que comienza!