El 27 de marzo de 1991 fue decretada la Ley de Convertibilidad del Austral por el Congreso Nacional, fue durante el gobierno de Carlos Saúl Menem y con Domingo Cavallo como ministro de Economía. La convertibilidad estuvo vigente por casi 11 años, hasta que se derogó en enero de 2002. Si bien el fin de la convertibilidad es conocido por todos los ciudadanos sus orígenes no están tan presentes y menos aún sus implicancias y limitaciones. La Ley de Convertibilidad fue un plan para controlar un problema recurrente en la economía argentina: la inflación.
Recordemos que el aumento de precios de 2018 fue el más alto desde el año que se implementó este famoso esquema, por lo que estudiar este, y otros, planes de estabilización de precios tienen una importancia central para la argentina de hoy.
¿Qué fue la convertibilidad?
La Ley de Convertibilidad del Austral, Ley 23.928,1 fue decretada el 27 de marzo de 1991 por el Congreso de la República Argentina, durante el gobierno de Carlos Menem, bajo la iniciativa del entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo, y estuvo vigente durante casi 11 años hasta su derogación el 6 de enero de 2002.
Establecía a partir del 1 de abril de 1991 una relación cambiaria fija entre la moneda nacional y la estadounidense, a razón de 1 dólar estadounidense por cada 10 000 australes o posteriormente un Peso convertible. Exigía la existencia de respaldo en reservas de la moneda circulante, por lo que se restringía la emisión monetaria al aumento del Tesoro Nacional. El período en que duró la ley de convertibilidad se llamó popularmente "el uno a uno", en clara referencia a la igualdad del peso frente al dólar estadounidense. La convertibilidad puso todas las herramientas a disposición de un único objetivo: terminar con la hiperinflación.
Desde principios del siglo XX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, la Argentina se caracterizó por tener una moneda relativamente estable (denominada Peso Moneda Nacional). Entre 1945 y 1971 la tasa de inflación promedió el 25% anual, con un pico menor de 3,8% en 1954, y uno mayor, excepcional, del 113% en 1959, durante el gobierno de Frondizi. La inflación se manifiesta con intensidad a partir de 1956, durante la misma gestión de Aramburu, en que el valor del dólar pasa de 16 a 60 pesos. Durante el gobierno de Arturo Frondizi, electo en 1958, permanece estable durante un par de años a $82 mediante el "plan de austeridad" de su ministro de economía de corte liberal Álvaro Alsogaray, quien fue recordado durante mucho tiempo por su frase "hay que pasar el invierno". El valor del dólar llegó a $250 al asumir Arturo Illia. Luego de ser derrocado en un golpe de estado, y a poco de comenzar la dictadura de Juan Carlos Onganía, se fijó el valor del dólar en 350 pesos moneda nacional. A partir de 1971 y hasta 1973 la inflación se aceleró, pasando al 60% anual.
La última dictadura militar (1976-1983) finalizó en medio de un descalabro económico, con un fuerte nivel de endeudamiento público y privado y afrontando la Guerra de Malvinas de 1982. El presidente Raúl Alfonsín reconoció la deuda y las leyes de la dictadura saliente y anunció en 1985 un nuevo plan económico denominado Plan Austral y un nuevo signo monetario: el "Austral". En un principio el Plan Austral fue brevemente exitoso hasta 1986, pero el peso de los compromisos financieros asumidos previamente generó un colapso. Para 1989, cuando se produce la salida anticipada de Raul Alfonsín, el gasto público representaba el 35,6% del PBI y el déficit fiscal ascendía al 7,6% del PBI. De diciembre a diciembre el índice de precios aumentó un 3079%.
El gobierno de Carlos Saúl Menem, llevó adelante desde 1990 un replanteo integral de la organización económica. Ella incluyó la apertura generalizada al comercio exterior y al movimiento de capitales, la desregulación económica, la privatización de empresas públicas, la reducción del Estado y la reorganización del sistema tributario. La inflación en 1990 fue del 2314%. El nuevo régimen monetario logró estabilizar la economía tras la grave crisis hiperinflacionaria del gobierno de Alfonsín.
A partir de abril de 1991, tras la aprobación de la Ley de Convertibilidad (ley N° 23.928), se estableció una paridad fija de 10 000 Australes por cada dólar y, a partir del 1 de enero de 1992, con el Peso convertible. El Banco Central se convirtió en una virtual Caja de conversión con la obligación de respaldar a cada peso en circulación de manera que cada peso en circulación pudiese ser canjeado por un dólar estadounidense.
¿Cuáles fueron sus beneficios?
La convertibilidad aplacó la inflación. Se pasó de 1344% de hiperinflación en 1990 a 25% en los primeros 12 meses posteriores a su aplicación. La estabilidad permitió al país volver a crecer luego del magro desempeño económico de los años 80.
¿Cuáles fueron sus limites?
El 1 a 1, en conjunto con la apertura comercial y financiera, produjeron el abaratamiento de las importaciones. Esto deterioró la industria nacional, incentivando las compras al exterior frente a la producción local.
En simultáneo, al autolimitar las capacidades estatales, el Gobierno no pudo administrar los problemas externos ni hacer políticas contracíclicas. Así, los noventa fueron años de fuerte aumento del desempleo.
Los precios de la década en la que un peso era un dólar y los de hoy
El 27 de marzo de 1991, la Argentina decidió por Ley que su moneda equiparaba al dólar. Un repaso por los precios de entonces y los actuales a exactos 30 años.
La Cámara de Diputados de la Nación sesionará hoy por primera vez en un día de fin de semana desde el 5 de enero 2002. Aquel sábado se derogó la la Ley Nº 23.928 que, en una mezcla de casualidad e ironía del destino, cumple 30 años de su sanción que fue el 27 de marzo de 1991. El temario es Ganancias, un impuesto que fue instaurado para los trabajadores durante el fallido gobierno de la Alianza por la "tablita" del ministro de Economía, José Luis Machinea. La intención era recaudar para paliar la consecuencias de esa misiva que se sancionó hace tres décadas: la Convertibilidad.
"Artículo 1°: Declárase la convertibilidad del Austral con el Dólar de los Estados Unidos de América a partir del 1º de abril de 1991, a una relación de DIEZ MIL AUSTRALES (A 10.000) por cada DOLAR, para la venta, en las condiciones establecidas por la presente ley". Con ese texto fue que el gobierno de la Argentina decidió que su moneda equivalía a la de la mayor economía del mundo, en pleno apogeo imperial tras la caída del Muro del Berlín, y que no se devaluaría más. La fiesta sería completa con el nacimiento del peso convertible de curso legal tras el brindis del fin de ese año.
LOS PRECIOS DE LA CONVERTIBILIDAD (Y LOS DE HOY)
Aquel peso rendidor de los '90 hoy es una insignificante moneda que ya no vale ni un caramelo. Una compra mensual de supermercado para una familia bien podía hacerse con 100 pesos, pero un salario mínimo para los que no eran parte del 17% de los desocupados que hubo en 1996 era de apenas 200 convertibles. La jubilación más baja era de $150. La clase pasiva debía sobrevivir con $5 diarios. Desde 2002, cuando se terminó la convertibilidad, la inflación en Argentina fue de un 478% tomando datos del Indec y las consultoras. ¿Los precios fueron al compás?
UN CELULAR A $59
No servía para navegar por Internet, ni siquiera tenía mensajes de texto, pero por menos de 60 pesos, CTI Móvil, la empresa de celulares que operaba fuera de Capital y Gran Buenos Aires, ofrecía un Audiovox 470. En la empresa que absorvió a la Companía de Teléfonos del Interior, un smartphone ronda los 15 mil pesos.
TU PRIMER "CERO"
El auto 0 kilómetro era el objeto aspiracional por excelencia del joven de clase media acomodada de los '90. No importaba la calidad, era el aroma a nuevo lo que cautivaba. Así fue como las automotrices abarataron costos para ofrecer vehículos compactos por muy pocos pesos/dólares. Uno de los más vendidos fue el "Uno". Dos puertas y un portón, a veces radio sin pasacassette y asientos de tela. ¿Aire y levantavidrios? Sólo el SCR que era el más caro. Por 10 mil y pico de pesos se podía tener el "cero" deseado. ¿Hoy? El equivalente (Argo) ronda el millón y medio de pesos.
"UN PESO PARA LA BIRRA"
La cerveza más vendida de la época y la tradicional gaseosa cola estaban un peso. Pese a que se abrieron las importaciones para las más diversas bebidas en latas, que incluso se coleccionaban, en los kioscos lo que más salía era la "birra" nacional bien fría y la "cocucha" por un pesito. En la actualidad, andan por los 100 pesos tanto la rubia como la gaseosa de dos litros siempre y cuando lleven al súper la botella retornable.
COMPUTADORAS Y CONSOLAS
Una consola Sega, la top de la época que estaba muy por encima de los family game, estaba menos de 150 pesos. La PS5 está agotada en tiendas oficiales en Argentina y se consigue si algún viajero la ofrece no baja de los 150 mil. Una computadora completa, no llegaba a los mil pesos. Las notebooks eran más caras: $2.659. ¿Tanto como ahora? Ahora cuestan como un auto usado...
PIZZA POR MONEDAS
Cuatro amigos con 50 centavos cada uno podían comer una pizza en los '90. Dos pesos, o $1,99 como si fuera un artículo de aquellos bazares que vendían lo que llegaba en container a granel, era el precio de una grande de muzzarella a la piedra pero sin la caja que sentenciaba "No a las drogas, sí a la pizza". En noviembre de 2020, las mismas ocho porciones estaban 240 pesos. Llevando tres quedaban en 200 cada una.
REVISTA PRONTO: SÓLO DOS PESOS
Proliferaban las publicaciones de todo tipo en los '90. La frivolidad de esos años vendía y las tapas estaban llenas de modelos que recién salían de la adolescencia con inalcanzables 90-60-90 o mayores de 40 que pasaban por el quirófano para asegurarse la juventud eterna. Estaban en publicaciones costosas o en la popular "Pronto" cuyo spot cerraba con "sólo dos pesos" y lo destacaba en la tapa. Esa publicación, hace un año que dejó el papel y subsiste en Internet. Supo ser la "Biblia" de los periodistas del espectáculo.
SÚPER OFERTAS
El sitio InfoVeloz escaneó una publicidad de último fin de semana de convertibilidad. Se ven doce artículos en oferta. En 2021, en la misma cadena, los precios son muy pero muy distintos.
Pollo parrillero por kg: $1,99 (hoy $170)
Cebolla por kg: $0,39 (hoy $95)
Uva blanca por kg: $0,98 (hoy $199)
Queso por salut diet por kg: $5,29 (hoy $749)
Leche chocolatada Parmalat sachet por lt: $0,89 (no se ofrece más esa marca, similar a $188)
Galletitas surtidas por 500 grs: $1,29 (por 400 gramos está $112)
Yerba mate con palo por 500 grms: $0,95 ($129 por Precios Cuidados)
Harina 000 por kg: $0,75 (hoy $60)
Mayonesa frasco por 500 cc: $1,85 (doy pack por 475 gramos cuesta $89)
Gaseosa lima limón por 1,5 lt: $1,25 (hoy $100)
Cerveza por 970 cc: $0,95 (hoy $156)
Tabletas mata mosquitos por 24 un: $1,99 (por 28 unidades. $200)
CON PAPAS Y GASEOSA
Pumper Nic se vio desplazado por el desembarco de las cadenas estadounidenses de comida rápida. El precio era tentador. Estaba el menú porteño por apenas $1,99 (si la hamburguesa era con queso $2,20) y el combo tradicional a $3,99. Hoy está alrededor de $500 aunque se pueden ahorrar unos pesitos con las app de las empresas.