En ese sentido se indicó que en ambas sierras hacia el noreste y hacia el sureste, se detectó nubosidad en altura pero aún la lluvia no penetró en la quebrada en sectores con piedras ni tampoco lo hizo en las cuencas donde se registra vegetación seca acumulada, por lo que la precipitación si bien logró sofocar las llamas todavía el calor se mantiene en superficie lo que sigue siendo un punto de riesgo como factor de reinicio de incendio.

Por ese motivo se pidió cautela ya que de continuar las precipitaciones a lo largo del día, hay que analizar cómo penetró en la tierra y la Guardia de Ceniza debe hacer una evaluación térmica para poder evaluar recién a las 96 horas por protocolo, el estado de situación del incendio en el lugar.
Actualmente se está haciendo un monitoreo teniendo en cuenta que si bien el 70 % del perímetro se encuentra contenido (no extinguido), hay un 30 % en dos flancos activos (en el Noroeste en un 20 % y en el Sureste en un 10 %) y es sobre esto donde se espera que la lluvia pueda traer alivio a las intensas tareas de control operativo y técnico que vienen desarrollando los equipos de trabajo.