Sociedad

Sin interés privado, Garbarino se acerca al concurso de acreedores


Fuente: Noticias Argentinas / Por Antonio D'Eramo


 "Cada vez quedamos menos" afirma el delegado Emiliano Iglesias.
Un trabajador, con muchos años de antigüedad en la empresa más
tradicional de venta de electrodomésticos, que todas las semanas brega
por cobrar una cuota de su salario que Garbarino le adeuda desde hace
varios meses.
"A la partida del histórico gerente general de
la empresa, Carlos García, hay que sumarle la de ejecutivos de Ventas,
marketing y publicidad con muchos  años  en Garbarino y en Compumundo.
Hace rato que venían  ofreciéndose a otras empresas y en el caso de
García lo contrató Newsan", afirmó Iglesias que ante la falta de
pago de los salarios de las seis empresas del Grupo se ha convertido en
experto en cuestiones laborales.
"En el último mes
cerca de 30 trabajadores se cansaron y se consideraron despedidos o
enviaron telegramas de renuncia. Muchos de ellos ocupaban puestos de
vendedores en los salones  que  hoy permanecen cerrados o que fueron
devueltos a  los shoppings donde estaban ubicados para venta al público", explicó Iglesias.
En el sindicato de Comercio, voceros de Armando Cavalieri, expresaron a NA que "la
devolución de dinero de AGIP a Garbarino alivió levemente la situación
financiera y se pudo cumplir con algunas de las obligaciones que la
empresa le debe a los trabajadores pero aún hay empleados en relación de
dependencia que no cobraron sus sueldos de mayo en adelante y mucho
menos el bono y el aguinaldo correspondientes".
El otro
sindicato que tiene injerencia en las negociaciones es  Camioneros de
Pablo Moyano. Según lo expresado por  sus voceros "tenemos  más de 
200 trabajadores del centro logístico de La  Tablada que todavía no
vieron  un peso de los sueldos de Julio, Agosto  y el aguinaldo". En Camioneros reconocen que "la gente no aguanta y algunos  se van de la compañía a trabajar de lo que salga desde repartidores hasta de conductores de Uber".
Lo que sucede es que las noticias no son alentadoras  para el futuro próximo del Grupo Garbarino integrado por la tradicional  casa de electrodomésticos y, también, por Compumundo;
Garbarino Viajes; Digital Fueguina; Tecnosur y la financiera Fiden. Un
total de 3800 trabajadores y un equipo de ejecutivos que comenzaron a
emprender la retirada y dejaron más solo a Carlos Rosales.
El martes 14 de septiembre, Carlos García, gerente
general de la empresa, les envió un mail de despedida a los
trabajadores de la cadena con los que compartió tareas durante más de
dos décadas. "Cierro un ciclo de muchos años. Quisiera
agradecer a todos por el apoyo que me brindaron durante mi trayectoria.
Reconozco el esfuerzo, las ganas y la actitud que han puesto para que
Garbarino crezca y sea reconocido. No quiero dejar de reconocer el alto
nivel de adaptabilidad que han desarrollado no solo debido a los cambios
por el mundo digital, sino por la fortaleza en la venta de servicios. Empiezo un camino en el que no voy a olvidar las cenas y los desayunos de trabajo, y todo lo que ustedes me enseñaron",
agradeció García que se mantuvo en su puesto de dirección luego de la
salida de los hermanos Garbarino cuando se  produjo la venta del 100%
del Grupo al protesorero de San Lorenzo  y dueño del grupo asegurador
Prof, Carlos Rosales.
La partida de García y otros
integrantes del management del Grupo coincidió con el nulo interés 
registrado en el remate del paquete accionario de Compumundo.
No hubo interesados en adquirir  el 51% del paquete accionario puesto en
subasta con el fin de recaudar cerca de 58 millones de pesos. Una cifra
que se esperaba conseguir  porque las  acciones ordinarias no
endosables  se remataron con un  valor nominal de $1 cada una con
derecho a un voto por acción. La subasta de 58.650.000 acciones, un poco
más de la mitad del capital social de la compañía, fue un completo
fracaso. Ejecutivos del Grupo expresaron que prepararán otro remate.
A
este mal resultado en el sector privado hay que sumarle el poco eco que
Carlos Rosales encontró en el gobierno de Alberto Fernández. A
comienzos de mes, antes de la derrota electoral del oficialismo y de la
posterior crisis política del Frente de Todos que paralizó a la
administración nacional, recibió la novedad que el ministro de
Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, no avaló el pedido de
financiamiento del Grupo a través de un fideicomiso en el que podría
haber participado el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE)
que conducen José Ignacio de Mendiguren y Miguel Peirano y que le
hubiera servido a Rosales para saldar deudas con los proveedores,
cancelar salarios adeudados, alquileres en mora y reabrir varios
locales.
Hallar la manera de  cancelar deudas con los proveedores
de electrodomésticos es fundamental, además, para preservar el prestigio
de la marca que comienza a perder buena imagen en la consideración de
los consumidores.
En las oficinas de Defensa del
Consumidor  hay varios expedientes cargados con denuncias de clientes de
Compumundo y  Garbarino. En algunos casos se trata de denuncias que ya
se encuentran en etapa de mediación o en audiencias de conciliación
porque los compradores no reciben los productos que adquirieron.
Garbarino tiene en estos momentos más de 2.000 denuncias realizadas durante el  primer semestre del presente año.
Con el cierre de varios locales, centros logísticos tomados  por el
personal y cheques impagos a  los proveedores, los empleados de la
oficina que defiende los derechos de los consumidores se preparan para
recibir más denuncias durante las próximas semanas.
La crisis
financiera de la empresa de retail más elegida por los argentinos
durante muchos años atraviesa su peor momento y, ante la ausencia de
inversores privados o institucionales, todo indica que su directorio
deberá convocar a sus acreedores.

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