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Cultura Reflexiones

Hablemos de triangulación

¿Cómo se comporta un triangulador? Básicamente hace uso de la manipulación para lograr su objetivo. Entonces, como decimos en Argentina, se dedica a "meter fichas", a convencer a una de las partes para que ataque a la otra.

Escribe BERNARDO STAMATEAS

Mucha gente se encuentra, a lo largo de su vida, con una persona que se coloca en el medio de una relación. Por lo general, quien actúa así lo hace para dañar o boicotear el vínculo. A esta actitud, que es mucho más común de lo que creemos, se la conoce como triangulación. 

¿Cómo se comporta un triangulador? Básicamente hace uso de la manipulación para lograr su objetivo. Entonces, como decimos en Argentina, se dedica a "meter fichas", a convencer a una de las partes para que ataque a la otra. Esto puede tener lugar en cualquier ámbito, ya sea la familia, el trabajo, la escuela o, incluso, entre quienes se consideran amigos. Por ejemplo, uno de los miembros de la familia que tiene problemas para comunicarse y expresarle lo que siente a alguien que tiene cerca busca una tercera persona para que intervenga, a su favor, en la cuestión a resolver. Así, A está molesto con B, pero no se lo dice; en lugar de eso, llama a C y se queja de B para que este último vaya a hablar con él o ella.

Triangular consiste en entregarle un mensaje a un tercero para que este se lo entregue de manera directa a la persona involucrada en la relación.

En la mayoría de los casos, cuando esto sucede, no se resuelve nada. Por el contrario, aparecen otro conflicto entre B y C. Como resultado, todos pierden porque ahora existen nuevos enemigos en escena. La única forma para evitar caer en la triangulación es, si yo tengo un problema con alguien, conversarlo con esa persona, sea cercana o no, y jamás contarle a un tercero algo sobre otro. Ahora, si yo hablo con quien tengo un conflicto y no logro resolverlo, voy a necesitar la ayuda de la persona adecuada. Es muy común, entre dos personas cuya relación de pareja se ha quebrado, que se coloque a los hijos en el medio para que tomen partido por alguno. Nunca los padres deberían poner a sus hijos en esta situación, pues ellos precisan sentirse cuidados por los adultos.

Hoy en día, con el uso de la tecnología, también es común que alguien exponga en las redes sociales su malestar con una persona para ganar gente que se ponga de su lado. Es decir, que tomen partido por "el que sufre y se siente víctima". Cuando uno se ubica del lado de A o B en un conflicto, ya sea que lo desee o no, queda triangulado.

Tengamos presente que hay muchas personas tóxicas dispuestas a involucrarse en un conflicto rápidamente. Ellos tienen su estima herida y buscan descargar sus "mochilas emocionales" en los demás. ¡No caigamos en su juego! Enfoquémonos en aquello que de verdad importa, resolvamos los problemas con la persona involucrada, siempre que esto sea posible, y procuremos vivir en paz, en cuanto de nosotros dependa. Nunca dejemos que otros decidan qué batallas vamos a pelear. Escojamos nuestras propias batallas con inteligencia y, sobre todo, cuidemos nuestro corazón porque este es la mayor fuente de vida.

EL AUTOR

Nacido en el barrio porteño de Floresta y de ascendencia griega, BERNARDO STAMATEAS tiene habilidad para el ajedrez, el clarinete y el saxofón. Luego de cursar la secundaria en los colegios Larroque y Mariano Moreno, estudió Licenciatura en Psicología en la Universidad Kennedy. Es Sexólogo Clínico. Hace dos años que es Doctor en Psicología, recibido en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. Es Pastor de la Iglesia Bautista Ministerio Presencia de Dios, en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Destacado escritor y conferencista a nivel nacional e internacional, recorrió seis veces el territorio argentino gracias a sus conferencias. 

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