Por Bernardo Stamateas
¿Por qué una persona es exigente consigo misma? Porque es movida por el deseo de ser perfecta, lo cual la conduce a enfocarse en lo negativo. De este modo, sin darse cuenta, afecta el ambiente que la rodea de forma negativa. Piensa, por ejemplo, que "no debería haber dicho lo que dijo", "que "tendría que hacerlo de otra manera", "que los demás pensarán lo peor de ella", "que es un completo fracaso".
Te invito a hacer el siguiente cuestionario para descubrir si hay en tu vida algún rasgo de perfeccionismo (indicar SÍ o NO):
1. Me preocupa cometer un error en todo lo que hago...
2. No soy capaz de lograr las altas metas que me fijo...
3. Siento que nada de lo que haga es suficiente para los demás...
4. Si me equivoco, tengo la sensación de que fracasé...
5. Pienso que no soy todo lo bueno que debería ser...
6. De chico, jamás lograba complacer a mis padres, sin importar lo que hiciera…
Tres respuestas afirmativas podrían marcar una tendencia a ser autoexigente. La buena noticia es que, para disfrutar de vidas más satisfactorias, siempre contamos con la opción de reemplazar perfeccionismo por excelencia. Suelo escuchar a mucha gente expresar: "Me exijo más a mí mismo que a los demás".
Actuar de este modo se debe a que uno equipara autoexigencia con excelencia. Pero estamos frente a conceptos opuestos. Si yo soy un perfeccionista y me exijo todo el tiempo, no podré alcanzar la excelencia y siempre me sentiré mal. ¿Cómo es alguien que se exige a sí mismo y, luego, espera lo mismo de la gente? Veamos…
-Sus propias acciones nunca lo satisfacen
Siempre siente que podría haber actuado un poco mejor. Esta actitud le roba la paz y no le permite disfrutar ningún logro. No necesitamos ser padres ni hijos perfectos; tampoco parejas ni amigos perfectos. Con sabiduría, podemos aprender de nuestros errores.
-Se mueve con lentitud
En su empeño por hacer todo a la perfección, revisará cada cosa muchas veces, lo cual lo hará funcionar lentamente.
-Tiene cero tolerancia a los errores propios y ajenos
La autoexigencia puede conducir a la depresión. Cuando nos exigimos a nosotros mismos, estamos igualando estima con logros. Entonces, si las cosas no salen como lo planeamos, o si nos equivocamos, nos sentiremos mal. Debemos valorarnos por quiénes somos y no por nuestra capacidad de producir.
-Su mentalidad es rígida
Piensa en términos de "blanco o negro", de "todo o nada". Esta manera de pensar polarizada nos deja siempre con dos únicas opciones. ¡Pero la vida está llena de matices!
Para salir del perfeccionismo, es fundamental desaprender todo lo que aprendimos y ser lo suficientemente humildes como para adoptar creencias verdaderas que nos ayuden a crecer y avanzar. Un error no es, de ningún modo, el fin del mundo. Siempre podemos ponernos de pie e intentarlo nuevamente todas las veces que sean necesarias. Cambiemos autoexigencia por excelencia.
EL AUTOR
Nacido en el barrio porteño de Floresta y de ascendencia griega, BERNARDO STAMATEAS tiene habilidad para el ajedrez, el clarinete y el saxofón. Luego de cursar la secundaria en los colegios Larroque y Mariano Moreno, estudió Licenciatura en Psicología en la Universidad Kennedy. Es Sexólogo Clínico. Hace dos años que es Doctor en Psicología, recibido en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. Es Pastor de la Iglesia Bautista Ministerio Presencia de Dios, en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Destacado escritor y conferencista a nivel nacional e internacional, recorrió seis veces el territorio argentino gracias a sus conferencias. Instagram @berstamateas // facebook.com/bernardostamateas // Live 9 p.m. todos los miércoles.
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