Este lunes, en el marco de la vigesimosexta jornada de la Zona B de la Primera Nacional, Atlanta recibió a Gimnasia de Mendoza. Tras el pitazo final del árbitro, la visita ganó por 2-1.
Triunfo más que justificado de Gimnasia. Fue preciso, contundente y eficaz ante un Atlanta que no supo mostrar su mejor versión a lo largo de todo el partido. Los dirigidos por Ezequiel Medrán golpearon en los momentos justos y se llevaron una victoria que los deja ahí nomás de la punta de la Zona B.
El Lobo comenzó a trabajarlo desde temprano: apenas a los seis minutos, tras dos cabezazos dentro del área, Maximiliano Padilla la encontró y clavó un zurdazo como si fuese un delantero de raza. El golpe lo sintió el Bohemio, que no supo cómo reponerse y se mantuvo bajo el dominio de la visita, que volvió a convertir un ratito más tarde por medio de los de Luis Silba.
La supremacía de Gimnasia en el primer tiempo no estuvo sólo en los goles, sino que antes, durante, y después de los tantos. Manejó la posesión de la pelota, descansado con la misma en su poder, generando buenas combinaciones y aprovechando su intensidad por las bandas.
Atlanta salió al segundo tiempo con una mejoría, mínima, pero mejoría al fin. La misma se basó en búsquedas poco claras y aproximaciones esporádicas evidenciando la necesidad de revertir el resultado. Pero tras algunos minutos, su noche se hizo aún más cuesta arriba: Luis Arroyo vio la segunda tarjeta amarilla y dejó al local con uno menos a falta de media hora para el cierre.
Pero, revirtiendo cualquier pronóstico, los de Luis García llegaron al descuento con una jugada aislada. Ismael Cortez controló mal, bajó a Nicolás Mosca dentro del área y Pablo Giménez sancionó un penal que Ivo Constantino cambió por gol. Tras el tanto, la motivación invadió al local, que de igual forma no supo aprovechar el bajón de intensidad del Lobo y allanar los caminos para lograr el empate.
Corta una buena racha y extiende una mala
Juego de rachas para Atlanta a partir de esta derrota. Pero no una positiva, sino que todo lo contrario. Claro, es que el Bohemio no caía en su estadio hacía ¡cuatro meses!, cuando el 8 de abril Temperley se impuso en el León Kolbowski por 2-0. Tras aquel match, pasaron otros siete en los que se mantuvo invicto, con cuatro victorias y tres empates.
Pero la que si mantiene, y extiende con el resultado ante el Lobo mendocino, es la de varios partidos sin ganar. Tras su última victoria ante Almirante Brown, lleva seis encuentros sin sumar de a tres en el Nacional: empates con Colón, Estudiantes (RC) y Mitre (SdE) más las derrotas con Aldosivi, Gimnasia y Tiro (S) y Gimnasia (M).
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