En el sur también hay agite. Es que por la fecha 13 de la Zona A, Independientevisita a Banfieldcon la imperiosa necesidad de ganar para seguir con chances de clasificar a los playoffs de la Copa de la Liga Profesional.
El encuentro se jugó en el Estadio Florencio Sola y con el arbitraje de Fernando Rapallini en el campo de juego y de Nicolás Lamolina en el VAR.
De la mano de una resolución peculiar por parte de las autoridades, el Diablo, al fin, ganó y todavía está con vida en la Copa de la Liga. El elenco de Avellaneda obtuvo los necesarios tres puntos y, por ahora, con un encuentro más, se clasifica a la siguiente instancia.
A los tumbos, como es su costumbre, pero el Rojo fue desde el principio contra el área local. Y en la primera bien clara, Canelo, cuándo no, se lo perdió con una volea que le quedó servida.
Unos minutos después, el ecuatoriano Quiñónez le pegó en un tiro libre, desde un ángulo cerrado, pero Barovero le metió los puños y salvó su valla.
Y cuándo no, la polémica a la orden del día. Y se dio a los 36 minutos de la primera parte, cuando llegó un centro al área del Taladro y Laso cayó desplomado tras un agarrón de la camiseta. De entrada, el árbitro Rapallini obvió la acción pero ante el llamado de Nicolás Lamolina -el hombre VAR-, el juez fue al monitor y... cobró penal. ¿Fue foul? ¿Tan grande fue la sujeción del hombre de Banfield?. Lo cierto y concreto es que el cuestionado Quiñónez luego convirtió la ejecución y puso al Rojo arriba en el marcador.
Con la ventaja en la chapa y los cambios de Falcioni, Tevez armó la línea de cinco y empezó a aguantar el partido. Allí saltó a la luz la impotencia del local, que no podía generar algo de importancia y por eso sus hinchas bramaron en un grito común... Sino mirá la reacción de la gente del Sur.
No hay encuentro del Diablo en el que Rodrigo Rey no tape alguna pelota clave. Y en la única que lo llamaron en todo el cotejo, el arquero del Rojo fue clave porque le sacó el tiro libre a Matías González.
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