La semana pasada, se realizó un impresionante ensayo de la ceremonia de apertura en el río Sena, donde más de cincuenta barcos navegaron para mostrar el recorrido del convoy de las delegaciones. Por primera vez en la historia, los JJ.OO. inaugurarán las competencias en el río Sena en lugar de un estadio, lo que promete ser un momento espectacular y único.
La magnitud del evento no pasa desapercibida, ya que cerca de 200 jefes de estado tienen previsto asistir a la ceremonia, lo que ha llevado a destinar un contingente de 45 mil policías y gendarmes para garantizar la seguridad.
París y Francia han destinado un impresionante presupuesto de 4.400 millones de euros a estos Juegos Olímpicos con un enfoque en la sostenibilidad.
La construcción de la Villa de los Atletas en Saint-Denis muestra el compromiso ecológico, con habitaciones diseñadas para ser seis grados más frías que el exterior mediante un novedoso sistema de refrigeración subterráneo. Además, se han invertido casi mil quinientos millones de dólares en la limpieza del río Sena, donde muchos deportes se llevarán a cabo durante los juegos.
Sin embargo, también han surgido controversias sobre los precios de las entradas. De los 10 millones disponibles, 7 millones ya han sido vendidos. Aunque el primer millón de boletos se ofreció a precios razonables (24 euros o 26 dólares), el 5% de los boletos restantes alcanza hasta los 400 euros, lo que ha generado críticas de deportistas y familias que encuentran difícil acceder a ellos. Esto se suma al desafío de encontrar alojamiento asequible, con chalets construidos a 90 euros por día.
A pesar de los desafíos, los organizadores están emocionados por la inminente llegada de los Juegos Olímpicos. París y Francia han demostrado estar preparados para brindar una experiencia inolvidable a atletas y visitantes, con servicios de primer nivel que garantizan el éxito del evento.
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