El conjunto Cervecero pudo festejar por la mínima diferencia tras superar al Gaucho ante su gente. Estos partidos, junto a tu hinchada, son los que un equipo con jerarquía debe sacar adelante. Por ende, luego de realizar un flojo primer tiempo, Sergio Rondina justo a tiempo decidió dar un golpe sobre la mesa e inculcarle a sus jugadores que algo estaban haciendo mal para que, en el complemento, el equipo cambie la imagen. Fue así que lo entendieron y le otorgaron una alegría a su público.
En la etapa inicial todo fue como un partido más para el Albiazul, ya que no hubo juego, llegadas, ni intención de querer ser protagonista. Esto hizo crecer al Gaucho, que con sus armas intentó de contraataque ocasionar alguna jugada aislada pero sin peligro.
Ya en la etapa decisiva todo cambió, porque el Albiazul decidió poner la pelota al piso y hacer lo que mejor sabe hacer: desplegar sus laterales y jugar por las bandas para generar profundidad en sus ataques. Fue así que a los 18 minutos, Damián Adín desde el fondo lo vio a Emanuel Herrera, que salió a pivotear para tocar rápidamente hacia la banda derecha, Lautaro Parisi le devolvió la pared y el atacante definió al ángulo del arquero rival.
Solo tocó aguantar el resultado para que ese gol tan construido desde el inicio de la segunda etapa tenga valor. Fue victoria de Quilmes por la mínima para llegar a los 50 puntos, escalar momentáneamente al cuarto puesto e ilusionarse con más. La próxima jornada será ante Gimnasia de Jujuy en el norte del país.
Comentarios