Luciano Castro estuvo envuelto en el ojo de la tormenta hace unos meses atrás. Es que cuando enfrentó rumores de separación con Florencia Vigna, salió a la luz una polémica infidelidad que habría cometido junto a otra famosa.
El dato que se reveló, es que Luciano tuvo un encuentro privado con Alina Moine, a quien invitó luego de conocerla en el mismo gimnasio al que iban. El affaire que mantuvieron se dio durante la época de temporada en Mar del Plata, cuando el actor trabajaba allí en el verano y Flor se encontraba por Buenos Aires.
Pasado este tiempo de turbulencia, la pareja logró reacomodarse en su relación y finalmente siguen juntos. En una reciente entrevista que dio Vigna, detalló la novedosa vinculación que llevan adelante con Castro.
Ocurre que Luciano y Flor siempre mantuvieron una relación que iba por fuera de lo convencional. Desde que ambos comenzaron a salir, enfrentaron diferentes comentarios sobre su diferencia de edad y eso fue algo que no le importó a ninguno de los dos.
Pero lo que comentó Vigna y que llamó la atención, es que su novio vive en al menos tres casas diferentes. Esto tiene que ver con varios factores, como el alto poder adquisitivo que posee, pero también con la organización de vida que lleva adelante con sus hijos, su ex Sabrina Rojas y su actual pareja.
“Lucho tiene la casa en la que está con sus hijos, que está con Sabri también. Después una casa que tiene cerca del colegio de los chicos, que es su espacio. Cuando convivimos, suele ser en mi casa. A veces nos pasamos y le damos duro a la convivencia. Son épocas”, comentó la próxima participante del Bailando 2023.
Residiendo en al menos tres hogares diferentes, Luciano siempre busca darle prioridad a Esperanza y Fausto, sus dos hijos más chicos. Lejos de generarle algún conflicto con Vigna, para ella es la decisión más sana que pudieron tomar y de hecho fortalece a la pareja.
“Él escribe en sus tiempos libres, es como un padrazo, es como que confiamos mucho en los tiempos libres y el extrañarse. El querer seguir juntos, nos hace ver cómo dividir el tiempo para dedicarnos a lo que nos hace feliz a cada uno profesionalmente y la vida de pareja. La idea es que no sea un amor posesivo”, destacó la joven.
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