En el marco de Maratón Nacional de Lectura, este año bajo el lema “De lo asombroso a lo imposible: cuando las puertas de lo fantástico se abren”, el Colegio Secundario de Campanas, en el departamento Famatina, ideó una propuesta diferente junto a sus alumnos.
Se presentaron los textos trabajados y prácticas de lectura de los estudiantes afianzando así el trabajo colaborativo y el disfrute por la lectura.
El objetivo central, pretende que los estudiantes puedan transmitir construcciones activas de vivencias positivas, lúdicas, creativas y experimentales de las siguientes obras.
En tal sentido, se realizó una adaptación y representación de Mitos y Leyendas: 1° Año La Salamanca, 2° Año El Cerro la Belluda, 3° Año El Llastay, 4° Año La Luz Mala y 5° Año El Cerro las Campanitas
Desde la Dirección del Colegio se felicitó a las docentes de Lengua y Literatura Antonella Brizuela y Mariana Bravo por fomentar el placer y hábito lector en los alumnos. Despertar el deseo lector y valorar el texto y sus múltiples interpretaciones.
“Gracias a la comunidad educativa por su colaboración y a las familias que nos acompañaron en esta tarde de lectura y representación” emitieron desde la Dirección.
Para conocer
Esta es uno de los mitos más conversdos en los pueblos del interior.
La Salamanca se define como la reunión de brujas, almas condenadas y seres demoníacos que se unen para divertirse, bailar, beber, planear diversas maldades contra los seres humanos, renegando de todo precepto moral o religioso.
El Zupay es el rey de la Salamanca y el que preside las reuniones y sella los pactos de los hombres que acuden a él, en busca de la clave de la vida, la ciencia de la carne y los secretos del mal. La música que de allí proviene sirve de guía para llegar hasta la entrada, pero no todos pueden ingresar.
Otro de los temas abordados es el Llastay, perteneciente al diverso grupo de dioses diaguitas, se dice, es un ente poliforme, celoso guardián de la fauna silvestre en las montañas y llanuras. Según los relatos populares, el Llastay suele avistarse de modo casual en adentradas zonas de cerros con la forma de un guanaco blanco de gran tamaño, y generalmente se lo ve acompañando y guiando el paso de las manadas a modo de pastor.
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