El desprendimiento dejó habilitada solo una mano de la calzada, lo que obligó a restringir el tránsito por unas horas. Las autoridades recomendaron a los conductores circular con extrema precaución y reducir la velocidad en el tramo afectado. No se reportaron heridos, pero la situación generó demoras en esta arteria clave.

La Cuesta de Miranda, parte icónica de la Ruta 40, ya enfrentó una tragedia en 2011, cuando una familia de Jachal murió aplastada por una roca en el mismo corredor. Aquel suceso expuso la vulnerabilidad de la zona ante desprendimientos, agravados por lluvias o falta de mantenimiento.
La Ruta 40, que conecta el norte con el sur del país, requiere inspecciones y mantenimiento constante. La obra de 2015 modernizó el tramo, pero los riesgos persisten, por lo que es vital prestarle atención para evitar que se repitan accidentes en este paso estratégico.
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