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Internacionales

Arde París, Tiembla Francia.

Francia se estremece ante los disturbios raciales que se han desatado tras la muerte a manos de la policía de un joven en un barrio marginal.
Flavio Goldvaser

Por Flavio Goldvaser

Hoy la sociedad francesa enfrenta una encrucijada. Sumergida en profundas heridas que parecen empeorar con cada protesta social y podrían derivar en lo que muchos ya vaticinan: una guerra civil como nunca se vio en suelo europeo, que podría hacer temblar los fundamentos mismos de toda la Unión Europea.

El detonante de esta oleada de violencia, la muerte de Nahel, un joven rugbier de 17 años de origen magrebí matado en un control policial al no querer detener la marcha del auto en el que se encontraba, situación que resucitó las persistentes quejas sobre el abuso policial y el perfilamiento racial en los suburbios de bajos ingresos y multiétnicos de Francia.

El perfilamiento racial es la práctica de utilizar características raciales o étnicas para tratar a una persona de manera diferente, generalmente por parte de las autoridades, lo cual puede llevar a discriminación y violaciones de derechos humanos.

Y es que luego de más de cinco días consecutivos de estas violentas protestas, que teniendo en vilo a toda la sociedad francesa, comenzaron en los barrios marginales de Paris y se han extendido con virulencia incendiando los distritos centrales y turísticos de la ciudad. Propagándose como un mechero de pólvora por otras ciudades como Marsella, Lyon, Toulon, Nancy, Montpellier y muchas otras; con manifestaciones tan violentas que se asemejan más al estilo de a una guerra civil como la del Líbano de los años 1970 que a una protesta por justicia social.

El saldo provisional de las tragedias humanas hasta el momento, más de 1400 detenidos en todo el país, 250 policías heridos de los cuales 7 fueron víctimas de armas de fuego.

Y con 2 oficiales linchados que ahora se debaten entre la vida y la muerte.

Mientras tanto, los saqueos se cobraron ya más de 3800 edificios públicos y privados asaltados e incendiados, que incluyen toma de estaciones policiales en todo el país, la destrucción total de centros comerciales y supermercados, el incendio de la Biblioteca Pública de Marsella, un intento de asalto a su bolsa de Comercio, la destrucción de la Central de Correos de Lyon por medio de un cohete autopropulsado y la toma del Zoo de Paris con la liberación de varios elefantes, cebras, leones y orangutanes.

Y suman más de 4000 vehículos incendiados por manifestantes que también han atacado a las brigadas de bomberos que concurrían a combatir las llamas haciendo imposible su actuación.

Ha habido ataques con fusiles de asalto AK-47 tanto al aire para amedrentar a la población como para destruir cámaras de vigilancia policiales.

En este contexto, las organizaciones sindicales que agrupan a la policía han sacado una declaración llamando a "(...)prepararse para la defensa del país" porque, según el comunicado, la institución se encuentra en una situación de conflicto militar contra revoltosos a los que en el documento tilda de “alimañas”

Al mismo tiempo la Primera Ministra Elisabeth Borne, anunció que estas próximas horas serán decisivas y que organizó la movilización de más de 50.000 militares perfectamente pertrechados para el combate, entre los que se incluyen fuerzas especiales, para combatir a la turba por todos los medios posibles.

Estas fuerzas, que ya han comenzado a desplegarse por toda Francia van a ser reforzadas con vehículos blindados livianos y la promulgación de un decreto de toque de queda en algunos barrios de Paris y otras ciudades, además de la prohibición de la venta de fuegos artificiales y líquidos inflamables.

Todo esto ante la falta de respuesta del Presidente Macron que al no saber cómo actuar ha tratado de minimizar lo que en su país acontece, echándole la culpa de todo a los video-juegos, a Tik-Tok y a Snapchat.

Parte de las críticas que el presidente Francés está recibiendo se deben a que, a pesar de haber interrumpido una cumbre de la Unión Europea y haber convocado una reunión de emergencia de su gabinete para tratar la crisis interna mientras su país ardía en la hoguera de la desesperación, se mostraba bailando y celebrando en el concierto de Elton John.

Estas tensiones, lejos de disminuir, se han venido intensificando día tras día debido a los llamamientos de grupos anárquicos y sectores radicalizados a protestarse violentamente, a medida que preparaban a Nahel para ser sepultado en una ceremonia este sábado según el alcalde de Nanterre, el suburbio de París donde vivía y fue asesinado.

Hoy la política de Macron se encuentra en un dilema delicado, tratando de equilibrar la presión por una respuesta contundente con el temor a desencadenar una reacción aún más violenta.

Porque la situación aún puede empeorar.

El gobierno busca desesperadamente evitar una repetición de los disturbios urbanos que duraron varias semanas en 2005 que culminaron con un saldo de 6.000 detenidos. Esa vez, también provocados por la muerte de dos jóvenes de origen africano durante una persecución policial.

La oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas afirmó el viernes que el asesinato del joven de ascendencia norteafricana es "un momento para que el país aborde seriamente las profundas cuestiones de racismo y discriminación racial en la aplicación de la ley". Sin embargo, esta acusación fue rechazada por Francia como "totalmente infundada".

La forma en que resolverá Francia esta crisis se encuentra bajo el escrutinio implacable no sólo de la ultraderecha francesa que ve incrementar sus votantes con cada auto incendiado;sino también por parte de la Comunidad Europea que tiene el mismo problema de refugiados e inmigrantes no asimilados al sistema.

Los desafíos que enfrenta la sociedad francesa y la comunidad europea en general no tienen soluciones fáciles y como planteamos al comienzo podrían desencadenar una guerra civil entre diversas etnias. Nuevamente en suelo europeo.

Como vemos, siguen sangrando las heridas abiertas heredadas del colonialismo europeo y los efectos de la desigualdad social, así como los de una inmigración no planificada. Este es el momento de buscar el diálogo y la reconciliación, solo así se podrá superar esta dolorosa etapa y construir una sociedad más justa y unida sin derramamiento de sangre.

Caso contrario, el futuro que se cierne sobre estas sociedades será mucho menos que pacífico y más parecido a la de estados fallidos.

FRANCIA

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