La propuesta fue desarrollada por Gérald Darmanin, ministro de Justicia de Francia, quien indicó que el proyecto quiere “poner fuera de combate a los narcotraficantes más peligrosos” y a los islamistas radicales. La solución, desde su punto de vista, es sacarlos de Europa.
El antecedente histórico y el rechazo al proyecto
En un reportaje elaborado por BBC Mundo, se recordó que entre 1852 y 1953, Guayana Francesa fue el destino de más de 70.000 reclusos enviados desde el imperio francés. La actual discusión se enmarca en antecedentes de ese estilo.
El proyecto que se tiene en mente por parte de las autoridades francesas tiene como finalidad:
El sitio elegido para la construcción es Saint-Laurent-du-Maroni, un antiguo puerto de entrada a la Isla del Diablo.
De avanzar, se espera que el proyecto esté listo en 2028.
Uno de los principales opositores a la medida es Davy Rimane, un diputado francoguayanés que representa al partido de izquierda La France Insoumise en el congreso de Francia. “El ministro no consultó eso con nadie, ni siquiera con los diputados de Guayana, y por eso hay una fuerte oposición por parte de los políticos guayaneses y la población en general”, indicó al medio citado.
Desde la perspectiva de Rimane, es una acción arbitraria y representa un “retroceso al colonialismo”. Desde su punto de vista, Francia no puede trasladar a sus detenidos de un sitio a otro como si fueran desechos.
Otra de las alertas que se lanzaron en relación con el proyecto tiene que ver con las condiciones en las que estarían los detenidos. Guayana Francesa, en la actualidad, vive distintas epidemias y cuenta con pocos recursos médicos para tratar a sus enfermos.
¿Cuán viable es el proyecto?
La Colectividad Territorial de Guyana rechaza el proyecto y lo describe como una “réplica de muy mal gusto” de un sistema penal que recuerda a otro momento histórico.
El argumento, desde la perspectiva de quienes defienden la idea, es que el centro de detención contribuiría a la lucha contra el narcotráfico. Guayana Francesa es una región de ultramar, ubicada en la costa noreste de Sudamérica. Una parte importante de su geografía está marcada por bosques tropicales.
En la actualidad, y pese al control administrativo de Francia, en la región hay resistencia ante la idea de seguir dependiendo del país europeo. En 2017, hubo una serie de protestas en el lugar. Una de las denuncias fue el “abandono” del estado francés.
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