Las bajas temperaturas en Brasil están provocando grandes pérdidas en el sector ganadero puesto que más de 2.700 vacas murieron en el estado de Mato Grosso do Sul, al oeste del país brasileño. Las autoridades decidieron incinerar a los animales muertos para evitar la contaminación por putrefacción.
Nova Andradina, la ciudad más afectada, registro más de 600 reses muertas, lo que generó pérdidas de unos diez millones de reales, lo que equivale a 2,1 millones de dólares, según las autoridades brasileras.
Según la Secretaría de Medio Ambiente y la agencia regional de defensa sanitaria lagro de Mato Grosso do Sul reveló, a través de un balance reciente, que las muertes ocurrieron en 92 haciendas de 18 municipios que limitan con Paraguay y Bolivia.
No es la primera vez que esto sucede ya que en el año 2010 otras 2.700 murieron a causa del frío dado que la vasta planicie de los pantanales, son escasos los lugares para que los animales pueden refugiarse en las épocas de intenso frío.
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