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Internacionales

Sorpresivo descubrimiento de la NASA al abrir la cápsula que viajó al asteroide Bennu

La nave viajó durante 7 años por el sistema solar para obtener muestras del cuerpo celeste que tiene cerca de 4.500 millones de años.

Tras un viaje espacial de siete años, OSIRIS- Rex, la cápsula que la NASA envió fuera de la atmósfera en busca de componentes del asteroide Bennu, volvió a la tierra con una sorprendente cantidad de material celeste que podría explicar cómo se formó el sistema solar hace millones de años.

La nave aterrizó en Houston, Estados Unidos, el pasado 24 de septiembre y trajo 250 gramos de polvo y rocas espaciales que los expertos de la NASA están recolectando con extrema precaución para preservar su pureza.

Durante el proceso de recolección de las muestras, los científicos se sorprendieron ya que la cápsula juntó más material del previsto y lo descubrieron al quitar la tapa del recipiente y ver como caían lentamente las partículas de Bennu.

“Hay mucho material abundante fuera del cabezal TAGSAM que es interesante en sí mismo. Es realmente espectacular tener todo ese material ahí”, afirmaron desde la NASA.

Al haber tanto material del asteroide, los expertos podrán realizar una mejor investigación, sin embargo, el mayor problema que enfrentan en la actualidad es que “hay tanto material que se está tardando más de lo que esperábamos en recolectarlo”, afirmó en un comunicado el jefe adjunto de curación de OSIRIS-REx, del Centro Espacial Johnson de la NASA, Christopher Snead.

La NASA anunció que dará una conferencia de prensa el 11 de octubre a las 15:00 hora local norteamericana para relevar los resultados de la exhaustiva investigación y que además, brindarán imágenes de las muestras.

Bennu, el asteroide "suave" de la NASA

Este cuerpo celeste se volvió el centro de atención de la NASA desde hace muchos años. Los expertos lo califican de “suave” e “impredecible”, ya que sus componentes exteriores están tan sueltos que si un humano los pisara se sentiría en una pileta de pelotas de plástico.

En 2018 la agencia espacial envió una nave a investigar sus cualidades que tanto llamaban la atención de los científicos, pero descubrieron que su material era difícil de capturar, lo que lo volvió un desafío más interesante y por eso enviaron a OSIRIS-REx al espacio durante tantos años.

La composición de Bennu es tan delicada que podría romperse en la atmósfera de la tierra, lo que representa un peligro diferente para la humanidad, a comparación de las rocas más sólidas.

“Creo que todavía estamos comenzando a comprender qué son estos cuerpos, porque se comportan de formas muy contrarias a la intuición”, dijo Patrick Michel, científico de OSIRIS-REx.

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