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Una avioneta violó el espacio aéreo de Washington y se estrelló en una zona montañosa cercana al estado de Virginia

Un caza militar tuvo que despegar de la base de Maryland mientras la nave sobrevolaba la capital norteamericana sin responder los contactos de las autoridades. John Rumpel, director de la empresa Encore, propietaria del jet, confirmó que cuatro personas de su familia iban a bordo

Un avión pequeño se estrelló este domingo en el suroeste del estado de Virginia, cerca de Washington DC, la capital de Estados Unidos, según informaron autoridades locales.

Una aeronave Cessna Citation se estrelló alrededor de las 15.00 hora local (19.00 GMT) en una “zona montañosa, escasamente poblada” en Virginia, según informó la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés).

El avión tenía como destino el aeropuerto MacArthur en Long Island, en el estado de Nueva York, y había salido de la ciudad de Elizabethton, en el estado de Tennessee, al sur del país, indicó la FAA, que agregó que investiga las causas del accidente.

Por su parte, el Departamento de Seguridad de la ciudad de Washington, donde está ubicada tanto la residencia del presidente de Estados Unidos como el Congreso, indicó a sus habitantes que no hay ninguna amenaza activa.

“Tenemos conocimiento de los reportes de comunidades en el área capital que escucharon un fuerte ruido esta tarde”, dijo la agencia en su cuenta de Twitter.

Por ahora, no hay información sobre cuántas personas iban a bordo del avión ni tampoco sobre el estado en el que se encuentran. Los aviones Cessna Citation son jets de negocios, con una capacidad de hasta 12 pasajeros, según la página web de la compañía.

De acuerdo a lo informado por la prensa local, el avión no respondía a los llamados de las autoridades mientras sobrevolaba Washington, por lo que el Ejército se vio en la obligación de enviar un caza militar antes de que el jet se estrellara en Virginia. Las autoridades tampoco saben por qué el piloto no respondía a los llamados.

Los sitios de rastreo de vuelo mostraron que el jet sufrió un rápido descenso en espiral, descendiendo en un momento dado a una velocidad de más de 30.000 pies (9.000 metros) por minuto antes de estrellarse.

El Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD, por sus siglas en inglés) informó en un comunicado que los F-16 emplearon bengalas para llamar la atención del piloto, sin que respondiera, hasta que su avión fue interceptado. El caza rompió la barrera del sonido sobre la bahía de Chesapeake, lo que provocó una fuerte “explosión” que sacudió las casas y sembró el pánico.

El Mando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica dijo posteriormente en un comunicado que el caza estaba autorizado a viajar a velocidades supersónicas, lo que provocó un estampido sónico. “Durante este suceso, el avión del NORAD también utilizó bengalas -que pueden haber sido visibles para el público- en un intento de llamar la atención del piloto”, señala el texto. Y agrega: “Las bengalas se emplean con la máxima consideración por la seguridad de la aeronave interceptada y de las personas en tierra. Las bengalas se queman rápida y completamente y no hay peligro para las personas en tierra cuando se dispensan”.

Los responsables militares aclararon que la persecución no provocó el accidente.

La avioneta estrellada estaba registrado a nombre de Encore Motors of Melbourne Inc, una empresa con sede en Florida. Contactado por el diario The New York Times, John Rumpel, de 75 años, quien dirige la compañía empresa, manifestó que su hija, una nieta de 2 años, su niñera y el piloto eran los que iban a bordo del vuelo. Según detalló, regresaban a East Hampton, Nueva York, tras una visita de cuatro días a su casa en Carolina del Norte.

Rumpel, quien también es piloto, dijo que tenía poca información sobre el accidente, pero que esperaba que no hubieran sufrido. Con la voz entrecortada, dijo al periódico neoyorquino que si el jet hubiera perdido la presurización, “todos se habrían dormido y nunca habrían despertado”.

El presidente Joe Biden estaba jugando al golf con su hermano en la base militar de Maryland en el momento en que despegó el caza. Anthony Guglielmi, portavoz del Servicio Secreto de Estados Unidos, dijo que el incidente no afectó a los movimientos del mandatario.

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