-Escribe: Dr. Oscar Cuartango-
Bartolomé Mitre fue gobernador de la provincia de Buenos Aires entre el 3 de mayo de 1860 y el 12 de octubre de 1862, y posteriormente presidente de la Nación Argentina desde el 12 de octubre de 1862 hasta el 12 de octubre de 1868. Sin embargo, es crucial señalar el contexto especial de su caso: durante su gobernación, Buenos Aires recién se estaba reincorporando a la Confederación Argentina tras años de separación (el Pacto de San José de Flores se firmó en 1859), por lo que la situación institucional era excepcional. Mitre fue el primer presidente constitucional en gobernar una Argentina verdaderamente unificada, lo que hace de su caso una circunstancia histórica única e irrepetible.
Desde la organización nacional en 1862 hasta la reforma constitucional de 1994, los mandatos presidenciales en Argentina duraban seis años, mientras que los gobernadores de la provincia de Buenos Aires ejercían períodos de cuatro años. Esta asimetría implicaba que cada tres mandatos provinciales, uno coincidía temporalmente con la renovación presidencial, generando una sincronización electoral que potencialmente favorecía las candidaturas presidenciales de gobernadores salientes.
A partir de la reforma constitucional de 1994, tanto los mandatos presidenciales como los gobernatoriales se redujeron a cuatro años, con posibilidad de reelección inmediata por un período adicional.
La larga lista de aspiraciones frustradas
A lo largo de más de 140 años, numerosos gobernadores bonaerenses han expresado interés o intentado acceder a la presidencia, sin éxito:
Siglo XIX y comienzos del XX
Dardo Rocha (gobernador 1881-1884): Fundador de la ciudad de La Plata en 1882, capital de la provincia. Su aspiración presidencial para 1886 fue bloqueada por el presidente Julio Argentino Roca, quien impuso como candidato a su cuñado Miguel Juárez Celman. Este episodio es considerado el origen de la llamada "maldición". Rocha manifestó su ambición presidencial apenas asumió como gobernador, lo que generó la enemistad con Roca. Llegó a realizar giras por las provincias usando fondos provinciales, lo que profundizó el conflicto.
Bernardo de Irigoyen (gobernador 1898-1902): Fue candidato presidencial en dos ocasiones, 1886 y 1892, sin lograr el triunfo.
Marcelino Ugarte (gobernador 1902-1906 y 1914-1917): Intentó tres veces llegar a la presidencia, siendo derrotado en todas: contra Manuel Quintana, Roque Sáenz Peña e Hipólito Yrigoyen.
Guillermo Udaondo: Perdió contra Manuel Quintana.
José Crotto (gobernador 1918-1921): Era candidato presidencial para 1922, pero su provincia fue intervenida, frustrando sus aspiraciones.
Manuel Fresco (gobernador 1936-1940): Intentó la presidencia sin éxito en dos oportunidades.
Rodolfo Moreno (gobernador 1942): El golpe militar del 4 de junio de 1943 interrumpió sus posibles aspiraciones presidenciales.
Era peronista y democracia contemporánea
Domingo Mercante (gobernador 1946-1952): Cercano colaborador de Juan Domingo Perón, sus aspiraciones presidenciales fueron bloqueadas por el propio líder justicialista.
Oscar Alende (gobernador 1958-1962): Intentó llegar a la presidencia en tres ocasiones: 1963, 1973 y 1983, sin lograrlo en ninguna.
Antonio Cafiero (gobernador 1987-1991): Fue precandidato presidencial, pero fue derrotado en la elección interna partidaria de 1988 por Carlos Menem, quien luego fue electo presidente de la Nación. Cafiero fue precedido en la presidencia por Raúl Ricardo Alfonsín de la Unión Cívica Radical (1983-1989).
Eduardo Duhalde (gobernador 1991-1999): Intentó llegar a la presidencia en 1999, perdiendo ante Fernando De la Rúa, y nuevamente en 2011, sin éxito. Fue precedido por dos mandatos consecutivos de Carlos Saúl Menem (1989-1995 y 1995-1999), de su mismo signo político justicialista. Eventualmente, Duhalde asumió la presidencia en enero de 2002 tras la crisis institucional, pero por designación legislativa y no por elección popular.
Daniel Scioli (gobernador 2007-2015): Fue candidato presidencial en 2015, perdiendo en el balotaje ante Mauricio Macri. Scioli fue precedido por tres mandatos peronistas consecutivos: uno de Néstor Kirchner (2003-2007) y dos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015).
El caso de Axel Kicillof: una diferencia sustancial
El actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof (2019-2023 y 2023-2027), representa un escenario históricamente diferente si eventualmente fuera postulado como candidato presidencial por el Frente de Todos o la coalición que conduzca el justicialismo.
La ventaja de la alternancia
A diferencia de sus predecesores justicialistas más recientes (Duhalde y Scioli), Kicillof no viene precedido de un gobierno nacional de su mismo signo político que haya acumulado desgaste. Por el contrario, fue electo en 2019 tras cuatro años de gobierno nacional de Mauricio Macri (2015-2019), representante de Cambiemos/Juntos por el Cambio, y en el 2027 lo sería de Javier Milei, ambos ubicados en las antípodas ideológicas del peronismo.
Este factor de alternancia política es crucial porque:
Evita el desgaste acumulativo: Los gobiernos sucesivos del mismo signo político tienden a acumular responsabilidad por problemas no resueltos. Cafiero llegó tras Alfonsín (otro partido), pero Duhalde y Scioli cargaban con el peso de gobiernos peronistas previos.
Permite capitalizar el descontento: Un gobernador opositor al gobierno nacional puede presentarse como alternativa y solución, en lugar de continuidad de políticas cuestionadas.
Genera expectativa de cambio: La ciudadanía puede percibir al candidato como portador de un rumbo diferente al del gobierno nacional saliente.
Reduce la "fatiga electoral": Luego de varios mandatos consecutivos del mismo partido en el poder nacional, el electorado suele buscar renovación.
La reelección de Kicillof en 2023
En las elecciones provinciales de 2023, Kicillof fue reelecto como gobernador bonaerense, mientras que a nivel nacional el justicialismo perdió la presidencia ante Javier Milei de La Libertad Avanza. Esta nueva configuración política refuerza la posición estratégica de Kicillof para una eventual candidatura presidencial futura:
Se mantiene como principal figura opositora del peronismo con cargo ejecutivo
Gobierna el distrito más poblado del país (casi el 40% del electorado nacional)
Acumula experiencia de gestión en tiempos de adversidad económica
Se posiciona como alternativa diferenciada del gobierno nacional libertario
La "maldición": ¿fenómeno real o construcción narrativa?
Si bien popularmente se habla de una "maldición" que impediría a los gobernadores bonaerenses alcanzar la presidencia, un análisis racional sugiere explicaciones políticas más concretas:
Competencia interna intensificada: Gobernar Buenos Aires genera numerosos enemigos políticos dentro del propio partido, debido a la complejidad del distrito y los múltiples intereses en juego.
Desgaste por cercanía: La gobernación bonaerense es extremadamente demandante y genera desgaste visible antes de una candidatura presidencial.
Peso de la gestión local: Los problemas provinciales (seguridad, educación, salud) suelen opacar las propuestas nacionales del candidato.
Desconfianza del interior: Históricamente existe recelo en las provincias hacia candidatos fuertemente identificados con Buenos Aires.
Timing electoral: Cuando un gobernador bonaerense está en condiciones óptimas (primer mandato exitoso), frecuentemente el calendario electoral no coincide con elecciones presidenciales.
Perspectivas para romper la "maldición"
En el caso de Axel Kicillof, varios factores podrían favorecer la ruptura de este patrón histórico si se presentara en elecciones presidenciales futuras:
Factores favorables:
Alternancia política: Como se explicó, no arrastra el peso de gobiernos peronistas nacionales previos inmediatos al momento de una eventual candidatura post-2027.
Proyección nacional previa: Su paso por el Ministerio de Economía nacional (2013-2015) le dio visibilidad y experiencia en el Poder Ejecutivo Nacional.
Liderazgo consolidado: Ha logrado construir un liderazgo propio dentro del peronismo, con identidad diferenciada.
Base electoral sólida: La provincia de Buenos Aires representa aproximadamente el 37% del padrón electoral nacional.
Contexto de crisis: Las crisis económicas suelen favorecer candidaturas con propuestas de cambio sustantivo, área donde Kicillof tiene experiencia y propuestas desarrolladas.
Desafíos a superar:
Unidad del peronismo: Necesitará consolidar el apoyo de las diversas facciones justicialistas.
Resultados de gestión: Deberá mostrar logros concretos en la provincia que puedan proyectarse a nivel nacional.
Construcción de coaliciones: Ampliar su base de apoyo más allá del núcleo duro kirchnerista.
Diferenciación programática: Presentar propuestas que lo distingan tanto del gobierno nacional como de gestiones peronistas anteriores.
No existen razones sobrenaturales ni maldiciones que impidan a un gobernador bonaerense llegar a la presidencia. La historia muestra que circunstancias políticas concretas, decisiones estratégicas, contextos económicos y configuraciones de poder han determinado estos resultados.
El caso de Axel Kicillof presenta una diferencia no menor respecto a sus predecesores peronistas: la alternancia en el poder nacional. Si eventualmente se postula a la presidencia en 2027, lo haría sin cargar con el desgaste de gobiernos justicialistas nacionales inmediatamente anteriores, un factor que podría resultar decisivo.
La "maldición" no es más que la suma de obstáculos políticos concretos que cada gobernador ha enfrentado en su momento histórico particular. Superar estos obstáculos requiere habilidad política, timing electoral adecuado, contexto favorable y construcción de consensos amplios. Kicillof enfrenta sus propios desafíos, pero también cuenta con ventajas que sus predecesores no tuvieron.
El futuro dirá si esta ventaja estratégica de la alternancia política es suficiente para quebrar un patrón que lleva más de 160 años vigente en la política argentina.
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