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Opinión ANALISIS

Hemos vuelto a la normalidad

Las elecciones pasadas, de alguna forma, volvieron a poner las cosas en su sitio histórico, es decir con amplio dominio del justicialismo, secundado por el radicalismo aunque ahora con la novedad de una tercera fuerza en surgimiento. Lo que tiene su lógica a mi humilde entender.
Julio Aiub Morales

Por Julio Aiub Morales

Primeramente, Ricardo Quintela tuvo la inteligencia (sumándose la habilidad de Armando Molina) de unir detrás suyo a todo el peronismo. Esto incluyó que en Capital especialmente no hubiera otro candidato más que Armandito a la jefatura comunal, aunque ello provocara la rabieta de otros/as aspirantes al Palacio Ramírez de Velasco.

También hay que apuntar a su favor, igual que las obras, el apoyo no explícitado pero concreto de las industrias (empresariado y trabajadores) que han vuelto a reabrir fábricas, contando para ello con gran sostén del gobierno nacional, desde su comienzo con el olvidado ministro Kulfas. Quintela puso y pone gran empeño en conseguir que los fondos nacionales lleguen a la provincia. Ha dado orden a cada funcionario que vaya a un despacho nacional en que insistan con el “pechazo”.

Por otro lado, es claro que el surgimiento de Martín Menem, le iba a restar votos a Juntos por el Cambio (Felipe-Galván-Inés) y sobre todo en la capital, porque lo nuevo es fundamentalmente un fenómeno de redes sociales que encuentran más eco en el ciudadano urbano.

Tal vez el mensaje de esta oposición no estuvo adecuadamente elaborado para toda la ciudadanía, pues hacer énfasis en la no necesidad de reformar la Constitución y/o desterrar la corrupción, requieren una elaboración del intelecto del votante y ya sabemos que, por ejemplo, los jóvenes que llegan a la universidad, no son capaces de interpretar un párrafo de un libro.

También hay que sumar que al estar el peronismo en la conducción del país desde hace varias generaciones (con excepción de los períodos militares) la gente tiene incorporados o acepta con más benevolencia los paradigmas no escritos. Por eso es que es más importante el candidato y sus actitudes, sus imágenes transmitidas, antes que los planes de gobierno que tenga, por más magníficos que sean. Estos son los tiempos modernos.

Y también los resultados concretos. Al vecino lo que le importa es que el recolector de basura pase, no si el que maneja el camión es gordo, flaco, negro o blanco. Lo mismo con la iluminación o el barrido. Puede ser cierta la asfixia financiera, pero la responsabilidad primaria es municipal. Quintela también protestó por lo mismo contra Beder hasta que logró el apoyo de Randazzo.

Creo que eso también explica por qué Juntos por el Cambio no obtuvo la cantidad de votos que esperaban en el interior. Hay que recordar que Inés accedió a la Legislatura, en parte, porque Beder Herrera desdobló el voto peronista (algo similar a lo que ocurrió ahora en la actual oposición). Esto también patentiza lo arduo -y meritorio-que es el camino opositor.

Las elecciones, igual que las del 2019, volvieron a demostrar que el interior es el que termina salvando al oficialismo. En la capital, las dos oposiciones sumadas, lo superan en unos diez puntos en la capital, en el nivel gobernador. Sin embargo, en el nivel intendente, Juntos por el Cambio baja y la Libertad Avanza y el FDT suben.

A nivel provincial, Juntos por el Cambio supera el 30 por ciento, doblando a Martín Menem. Pero Quintela supera el 50 por ciento, es decir, 20 puntos arriba del segundo. Cifras similares se dan en Chilecito. Es decir que el verticalismo funcionó correctamente. No en vano el peronismo es un partido de origen militar.

Pero en el nivel intendente, en Chilecito, Juntos por el Cambio, baja del 24 por ciento (gobernador) al 16 por ciento. Porque ahí talló Silvia Gaitán, con apoyo oficial evidente y que logra que el joven contador Raúl Cabral, que creo será uno de los poquísimos casos en que un alto funcionario bancario pase a ser diputado. Ojalá sirva para aportar en la Cámara.

Creo que no es como algunos medios (nacionales y locales) titularon tirando a menos a Martín Menem. Hay que pensar que hace un par de años atrás, los libertarios no existían en el radar político de la ciudadanía de La Rioja. Y este lunes pasado, pude ver la casa de Eduardo Menem llena de gente, también en las veredas, la mayoría jóvenes. Resultaba obvio que eran fiscales o gente que trabajó el domingo. Pero se notaba el entusiasmo y se podría decir que eran de más abajo de clase media. Todo un dato.

¿Será Menem candidato a senador? ¿Y por el oficialismo? Rejal reiteró que no le interesa un cargo allende La Rioja. ¿Florencia López entonces? Guerra se anotó ayer. La clave está en Juntos por el Cambio: ¿Seguirá Julio Martínez o habrá recambio?

ELECCIONES #7M

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