Por Jennifer Llamus
En un mundo marcado por la incertidumbre y la búsqueda constante de respuestas sobre nuestro futuro, las profecías han desempeñado un papel intrigante a lo largo de la historia. Dos nombres resuenan con fuerza en este contexto: Nostradamus y Parravicini. Ambos, visionarios a su propia forma, han dejado un legado de predicciones que han cautivado a generaciones enteras.
Nostradamus: El Maestro de las Cuartetas
Michel de Nostredame (Francia 1503-1566) -conocido como Nostradamus- se erige como un pionero en el arte de prever el destino a través de sus famosas cuartetas, una especie de poemas, compuestos en el siglo XVI, en el que se cree que predijo eventos futuros de manera enigmática. Una de las cuartetas más citadas y debatidas es la siguiente:
Cuarteta 10, Centuria 1:
En la ciudad granizada, habrá un gran trueno, Dos hermanos desgarrados por el caos, Mientras la fortaleza cae, la gran líder sucumbe, Se alzará un nuevo orden de la ceniza.
Esta cuarteta ha sido interpretada de diversas maneras a lo largo del tiempo. Algunos creen que hace referencia a eventos históricos como la Revolución Francesa, mientras que otros sugieren que podría relacionarse con eventos más contemporáneos o incluso futuros. La naturaleza enigmática de las profecías de Nostradamus ha permitido una amplia gama de interpretaciones, y su significado preciso a menudo se conoce después de que los eventos ocurren, lo que contribuye a la fascinación continua en torno a sus predicciones
¿Mera coincidencia o sabiduría oculta? Las cuartetas de Nostradamus han sido consideradas como un espejo en el que algunos ven reflejados eventos cruciales, desde guerras hasta desastres naturales.
Sin embargo, la interpretación de sus profecías es un terreno resbaladizo. La ambigüedad de sus versos ha permitido diversas lecturas, algunas acertadas y otras completamente erróneas. La habilidad de Nostradamus para describir situaciones futuras ha alimentado teorías conspirativas y debates interminables sobre la autenticidad de sus predicciones.
Parravicini: “El Nostradamus Argentino”
En un rincón más reciente de la historia surge Benjamín Solari Parravicini (1898-1974), el profeta argentino cuyas visiones se han convertido en un fenómeno fascinante. A diferencia de Nostradamus, Parravicini expresó sus visiones a través de dibujos y mensajes simbólicos a las que denominaba: “psicografías premonitorias”. Sus predicciones abarcan desde eventos políticos hasta descubrimientos científicos, presentando un mosaico intrigante del devenir del mundo.
En una de sus visiones, Parravicini dibujó una imagen que representa la explosión de una bomba atómica con la fecha "1992" escrita junto a ella. Este dibujo ha sido interpretado como una posible predicción de eventos relacionados con armas nucleares o conflictos en esa época. Algunos seguidores de Parravicini sostienen que el dibujo podría simbolizar no solo un evento específico, sino también advertir sobre los peligros del uso irresponsable de la tecnología nuclear.
Una de las profecías que más resonó en la población este último año es la del “Hombre Gris”. En 1941, Parravicini dibujó una figura humana que describe como el "Hombre Gris", acompañada por mensajes que sugieren que esta figura representará un líder de gran influencia que surgirá en un momento de crisis mundial y trastorno social.
La interpretación de esta profecía ha llevado a diversas especulaciones sobre quién podría ser esta figura, así como sobre los eventos específicos que podrían estar asociados con su ascenso al poder.
Al igual que con otras profecías, la ambigüedad inherente a los dibujos y mensajes de Parravicini ha llevado a interpretaciones variadas y a menudo subjetivas.
La conexión de Parravicini con Argentina y América Latina añade un matiz regional a sus profecías, lo que ha llevado a muchos a preguntarse sobre la relevancia y alcance de sus visiones. ¿Son acaso un reflejo de la realidad o meras creaciones de la mente de un artista visionario?
A lo largo de la historia, ha habido varias personas que han sido consideradas videntes, profetas o visionarios, y cuyas predicciones han capturado la atención del público. Algunos ejemplos de estos son:
Edgar Cayce (EEUU 1877-1945): Conocido como "el profeta durmiente", Cayce afirmaba tener la capacidad de acceder a información a través de un estado de trance. Sus predicciones abarcaban temas como la medicina, la espiritualidad y eventos mundiales.
Mother Shipton (Inglaterra 1488-1561): Una figura legendaria en la tradición inglesa, Mother Shipton es conocida por sus profecías sobre eventos futuros. Aunque la autenticidad de sus profecías ha sido objeto de debate, sus escritos han fascinado a muchas generaciones.
Baba Vanga (Bulgaria 1911-1996): Una vidente ciega que ganó notoriedad por sus supuestas predicciones precisas. Vanga afirmaba tener la capacidad de prever el futuro y proporcionó pronósticos sobre eventos mundiales, incluidas guerras y desastres naturales.
Cayetano Ripoll (España 1741-1826): Conocido como el "Nostradamus español", Ripoll fue un sacerdote y místico que escribió profecías en verso. Se le atribuyen predicciones sobre la Revolución Francesa y otros eventos históricos.
Rasputín (Rusia 1869-1916): Grigori Rasputín, fue un monje considerado por algunos como un profeta. Sus predicciones sobre la caída de la dinastía Romanov y la llegada de tiempos turbulentos han sido objeto de interés histórico.
Reflexiones Sobre el Poder de las Profecías
En la era de la información, donde el conocimiento fluye a velocidades vertiginosas, el fenómeno de las profecías sigue cautivando a la sociedad. ¿Qué es lo que nos impulsa a buscar respuestas en estos mensajes encriptados en el tiempo?
Quizás las profecías, ya sean las de Nostradamus o Parravicini, sirven como un espejo que refleja nuestras ansiedades y esperanzas colectivas. Son un testimonio de nuestra eterna búsqueda de significado en un mundo en constante cambio. Yo me pregunto: ¿son las profecías una ventana hacia el futuro o una proyección de nuestras propias inquietudes?
No tengo pruebas, pero tampoco dudas, que en este juego entre el misterio y la interpretación, Nostradamus y Parravicini permanecen como figuras enigmáticas cuyas profecías continúan desafiando al tiempo. Ya sea que las veamos como advertencias válidas o meras curiosidades históricas, su legado nos invita a reflexionar sobre nuestra percepción del tiempo, la realidad y la capacidad humana para vislumbrar el mañana.
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