Por Gabriel Camilli
Es de público conocimiento que Estados Unidos ha propuesto un alto el fuego en la guerra de Ucrania. Sin embargo, el presidente ruso, Vladimir Putin, sólo está dispuesto a aceptarlo bajo ciertas condiciones. Parece tener confianza en la victoria, pero ¿cuál es la situación real en el frente?
Confiado en la victoria. Así se puede describir la declaración que hizo el presidente ruso, Vladimir Putin, en una reciente conferencia de prensa. Habló sobre la guerra de Ucrania. , en particular: sobre la situación en el frente.
Como lo venimos anunciando en La Prensa, la situación está cambiando rápidamente, y está cambiando a favor de las tropas rusas, afirmó el jueves el jefe del Kremlin. Especialmente en la región de Kursk, al oeste de Rusia, la situación está ahora completamente bajo control de Moscú.
Las tropas ucranianas lanzaron un contraataque sorpresa en el verano y capturaron territorio en Kursk ( extraña operación que varias veces hemos comentado). Sin embargo, con el tiempo los soldados ucranianos se encontraron en una situación cada vez más difícil.
El ejército ruso acaba de recuperar la ciudad de Sudzha, dijo Putin, citando informes de generales rusos. Sudzha es la ciudad más grande capturada por los ucranianos el año pasado.
Según el presidente ruso, las unidades ucranianas restantes están aisladas y tienen pocas posibilidades de retirarse. En concreto, dijo: “Sólo quedan entonces dos opciones: rendirse o morir”. La dirección militar ucraniana, por su parte, no habla de un “cerco” en Kursk ni nada similar. Sin embargo, el miércoles pasado el jefe del ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyj, indicó en Facebook que sus tropas se estaban retirando parcialmente. Su prioridad era “salvar las vidas de los soldados ucranianos”, escribió. Y: “Para ello, las unidades de las fuerzas de defensa se trasladarán a posiciones más favorables si es necesario”. La situación es explosiva por dos razones. Esto es explosivo para Ucrania por dos razones. En primer lugar, las unidades rusas pueden cortar sus rutas de abastecimiento, dice el experto militar. En segundo lugar, ya han “rodeado varias unidades ucranianas. Si no logran escapar, es probable que los soldados sean aniquilados o capturados en los próximos días. Los dirigentes militares ucranianos han dudado durante demasiado tiempo en evacuarlos de forma ordenada”.
También el Cnl austriaco M. Reisner, nos dice: “Una señal clara para una orden general de retirada”. Además, dice: “Los rusos ahora están intentando destruir los últimos puentes intactos o los puentes militares construidos por los zapadores ucranianos para cortar la ruta de retirada de los ucranianos”.
“Tan pronto como las fuerzas se reúnen frente a los puentes, los rusos utilizan artillería, bombas planeadoras o drones FPV. Los soldados ucranianos que sobrevivan a estos ataques deberán rendirse o intentar escapar a pie”.
A los ojos de Reisner, desde hacía tiempo se venía gestando una evacuación. Describe pequeños convoyes en los que se retiraban los soldados ucranianos. Esto es “una clara señal de una orden general de retirada”.
La operación Kursk
“Allí donde los vehículos ya no pueden llegar, los soldados salen e intentan llegar a la frontera en pequeños grupos, siempre bajo la observación de drones rusos. Ahora lo principal es salir del caldero lo más ileso posible y salvar la propia vida”, explicó. La situación parece pues grave y casi desesperada.
El experto militar Richter finalmente llega a una conclusión desalentadora respecto a Kursk: “Con este desarrollo, la opción política de Kiev de poder ofrecer intercambios territoriales en el marco de las negociaciones también ha desaparecido”, dice.
“Al mismo tiempo, ahora ha quedado claro que la operación Kursk no aportó beneficios significativos a Kiev, sino que costó demasiadas reservas de personal”. Ahora estarían bien aprovechados en el Donbass, una región que juega un papel clave en la guerra de Ucrania. Richter dice que los rusos han aumentado la presión militar en el este de Ucrania. “Están logrando avances lentos pero constantes”. Según el experto militar, los ucranianos están especialmente preocupados por la falta de personal.
En el campo
Las líneas defensivas de las Fuerzas de Defensa de Ucrania carecen actualmente de profundidad estratégica y permanecen operativamente inestables. Las fuerzas rusas han avanzado y se han detenido a lo largo del río Dniéper, frente a Jersón, a 25 kilómetros de Zaporiyia y a 30 kilómetros de Járkov. Rusia está construyendo una importante autopista y ferrocarril que conecta ciudades clave de la Ucrania ocupada por Rusia, consolidando su control sobre los territorios ocupados y mejorando su capacidad logística para posibles futuras ofensivas en el sur de Ucrania.
En dirección a Pokrovsk, las Fuerzas de Defensa de Ucrania han estabilizado la situación. Allí podemos ver un esfuerzo militar ruso principal e importante. Las rutas logísticas rusas están cargadas para lograr mantener el suministro completo de tropas. Las fuerzas rusas han intensificado el reconocimiento cerca de Konstyantynopil. En la última semana hubo 99 combates en varios frentes.
Posible evolución de la situación operativa: Las Fuerzas Armadas de Ucrania comenzaron a establecer “corredores antidrones” y construyeron barreras antitanques en la región de Sumi. Las FAU creen que las Fuerzas Armadas de Rusia continuaran su ofensiva en Kursk hacia la propia Sumi. Esto seria una lógica explotación de la ofensiva rusa para expulsar a las fuerzas ucranianas de Kursk.
“Todo depende de los americanos”
A esta altura de los acontecimientos, el resultado: Un debilitamiento y agotamiento físico de las unidades de primera línea, sin ninguna perspectiva de reemplazo o alivio significativo. De acuerdo a nuestros análisis ya no hay ninguna perspectiva de implementar el ‘plan de victoria’ largamente perseguido por el presidente Zelensky para recuperar militarmente los territorios ocupados. La opción de “intercambiar” territorios esta -fuera de la mesa- después de los acontecimientos actuales en Kursk. Ahora todo depende de los americanos, afirman algunos analistas. “La pregunta es si están dispuestos a aumentar la presión sobre Rusia en beneficio de Ucrania, o no”. Una cosa está clara: la lucha continúa en el frente. El Estado Mayor de Kyiv escribió en su informe de situación sobre unos 130 enfrentamientos en el frente. Putin dijo en la conferencia de prensa del jueves Se están logrando avances en muchos frentes.
Los rusos continuaran su guerra de desgaste en 2025. Los aviones no tripulados de ataque, la artillería y los lanzacohetes, así como los devastadores ataques con bombas planeadoras, están debilitando las posiciones ucranianas cada día.
Putin no cede
Noticia: “Algo se mueve en los mercados que indicaría que Rusia va a demandar a EEUU que levante sus sanciones a cambio de que Vladimir Putin acepte el alto el fuego de 30 días. El martes 18 de marzo han hablado por teléfono Donald Trump y el líder ruso, según han confirmado la Casa Blanca y el Kremlin. El presidente de EEUU ha dado a entender de que cuenta con el sí de Putin. Trump dijo que su enviado, Steve Witkoff, había hablado con los rusos de “dividir ciertos activos”.
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Conclusiones
Sí a un alto el fuego entre Rusia y Ucrania en relación con los ataques a la infraestructura energética recíproca y un restablecimiento gradual de las relaciones bilaterales entre Rusia y los Estados Unidos, pero sobre todo sí a un diálogo total capaz de mirar todos los escenarios de confrontación entre Washington y Moscú. La llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin hoy ha producido una serie de resultados significativos.
En primer lugar, hay una plataforma de diálogo para tratar de poner fin a la guerra en Ucrania después de tres años sobre la base de un diálogo que ha producido los primeros resultados concretos. Menos que el alto el fuego total, pero es la primera vez desde el 24 de febrero de 2022 que hay una intención de comenzar una abstención de los combates, parcial y solo por 30 días, de las dos partes en conflicto: una negociación debe comenzar desde algo, y Trump y Putin han comenzado a sentar las bases. La cuestión, planteada por Putin, de la detención total del apoyo militar y de inteligencia estadounidense en Kiev sigue abierta como preludio de una negociación para la paz definitiva, que por ahora parece ser una condición difícil de satisfacer.
Según han dicho: “Se realizarán esfuerzos conjuntos para estabilizar la situación en las zonas de crisis y establecer la cooperación en cuestiones de no proliferación nuclear y seguridad mundial”.
Este es el verdadero nudo gordiano del asunto: hay en el campo mucho más amplio que Ucrania. Rusia lo dice claramente: “se ha hablado de la responsabilidad especial de Rusia y Estados Unidos en garantizar la seguridad y la estabilidad en el mundo”, un hecho que impone una reflexión en la que Kiev puede ser solo una parte del discurso. Quizás aquellos que esperaban soluciones grandilocuentes o giros sensacionales están decepcionados.
Pero la diplomacia continúa en pequeños pasos concretos, realismo y confianza mutua. Trump y Putin intentan reconstruir el que hay entre Rusia y Estados Unidos. Será un largo viaje que afecta la seguridad de los dos países y del mundo entero. Una llamada telefónica no es concluyente. Pero ciertamente alarga la vida.
Seguimos viendo como esta guerra larga, de desgaste, también responde a los parámetros de la guerra sin restricciones, como venimos señalando en esta columna hace tres años.
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