Interpol emitió un pedido de captura internacional con Notificación Roja contra Matías Agustín Ozorio, la mano derecha de líder narco “Pequeño J”, acusado de ser el ideólogo de los crímenes de Morena Verdi (20), Brenda Loreley Del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15) en el partido bonaerense de Florencio Varela.
El encartado es argentino, tiene 23 años, nació el 11 de septiembre de 1997 y posee domicilio en el barrio porteño de Parque Patricios.
Las autoridades sospechan que el implicado es la mano derecha de Julio Valverde, el hombre de nacionalidad peruana apodado “Pequeño J” señalado como el autor intelectual de los tres asesinatos perpetrados en la zona sur del conurbano.
El fiscal Adrián Arribas le endilga a Ozorio la coautoría del delito de “homicidio agravado por cometerse con el concurso premeditado de dos o más personas, con ensañamiento, con alevosía y por mediar violencia de género reiterado en tres hechos, en concurso real entre sí”.
“Se dan garantías de que se solicitará la extradición al ser detenida la persona, de conformidad con la legislación nacional aplicable y con los tratados bilaterales y multilaterales pertinentes”, remarcó Interpol.
En este sentido, enfatiza que en el caso de hallar a Ozorio se concretará su detención preventiva.
Los investigadores apuntaron a los barrios de la zona sur de la Ciudad, aunque hay operativos simultáneos en el conurbano con el fin de hallar al líder de una presunta organización criminal detrás de los narcofemicidios.
Se trata de “Julito”, “Pequeño J” o “Pequeño Jota”. Un fantasma para los policías que conocen los dominios de los narcos el territorio porteño. No tienen su DNI y, hasta el momento, no hay expedientes que lo mencionen. Creen que tiene 23 años, es peruano y lo buscan con los apellidos de Noguera, Valverde y ahora también Montana. Lo señalan como el autor intelectual del secuestro, torturas y mutilaciones de las tres jóvenes para enviar un mensaje para disciplinar al resto del grupo.
Aunque se habla de narcos peruanos, existe la posibilidad de que sea un grupo conformado por argentinos muy jóvenes, con raíces en Perú. “Los nuevos líderes, la nueva generación de narcos, son hijos de los jefes anteriores de nacionalidad peruana que, con su familia establecida en estos barrios, nacieron en Argentina”, señalaron a este medio.
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