Por la segunda fecha de la Copa de La Liga Profesional, Arsenal de Sarandí derrotó 3-2 a Argentinos Juniors en el estadio Julio Humberto Grondona, por la Zona A. El partido tuvo dos situaciones récord. Por un lado el gol más tempranero del torneo, a los 8 segundos, y luego una insólita expulsión: un jugador del Bicho fue amonestado por entrar antes y en la primera que tocó el árbitro le mostró la segunda amarilla.
Tuvo todos los colores el partido que el equipo del Viaducto supo revertir: un gol a los ocho segundos, dos empates del Arse, un penal cobrado a instancias del VAR y una increíble expulsión a Alan Lescano, que fue amonestado por entrar antes y vio la roja en la única que tocó.
De buenas a primeras arrancó pésimo el local recibiendo un gol a los ocho segundos. Gabriel Ávalos presionó a la defensa luego del saque del medio y en una inédita confusión entre los centrales la punteó ante la salida de Alejandro Medina para poner el inesperado 1-0 en Sarandí.
Arsenal se redimió rápido y zafó del papelón porque siete minutos más tardes lo pudo empatar a través de Lucas Brochero, que llegó al área como un delantero -pese a ser marcador de punta- y la empujó abajo del arco para el 1-1.
Promediando la media hora de juego, nadie podía esconder que en realidad Argentinos Juniors era mejor con la pelota. Marcaba la diferencia de realidades y desplegaba su fútbol sometiendo a los celestes. Hasta que a los 31, Luciano Gondou, el goleador del torneo (3) la clavó de zurda al lado del palo desde la puerta del área.
Pero en el segundo tiempo todo cambió: Arsenal se encontró con dos goles en menos de diez minutos y dio vuelta la historia. A los 71, Toloza cambió por el 2-2 un penal cobrado a instancias del VAR por mano de Lucas Villalba. Y a los 78, Néstor Breitenbruch estableció la heroica para darle los tres puntos al equipo de Federico Vilar.
Todo eso pasó en 90 segundos. Tan rápido como el tren en el Viaducto, de fondo al estadio. Arsenal, que parecía que hacía el ridículo, se terminó llevando los tres puntos y aunque sabe que será muy difícil -casi imposible- zafar del descenso, nadie le quita la posibilidad de seguir soñando.
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