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Política ECONOMIA REGIONALES

Avizoran ‘futuro positivo’ para el sector vitivinícola

Para el presidente Mario González, la mejora del tipo de cambio, a pesar de los vaivenes de los costos, permite vislumbrar un escenario favorable para las bodegas y sus exportaciones.

La mejora del tipo de cambio, a pesar de los vaivenes de los costos internos atados a la inflación; permite vislumbrar un futuro positivo para las bodegas y sus exportaciones. Pero, por otro lado, se espera que se profundicen las bajas en el mercado interno, lo que obligará a las empresas a navegar en un delicado equilibrio. Esto es lo que analiza la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).

Con la marcha atrás de las retenciones –el gobierno de Milei pretendía llevarlas al 8%, pero al final las dejo en cero, y la mejora del tipo de cambio, el presidente de COVIAR, Mario González, opinó que en materia de exportaciones “tenemos un panorama favorable porque la brecha cambiaria se va achicando, porque empezamos a tener un poquito más de claridad de números”.

No obstante, advirtió que los insumos que forman parte del producto van creciendo en velocidad, quizás igual o superior al tipo de cambio, lo que dificulta hacer una ecuación con números reales.

“Ahora, a grandes rasgos, si uno cierra los ojos, abre y ve un tipo de cambio con una brecha que oscila entre el 20 y el 30%, te diría que son cosas positivas para poder ser competitivos en el exterior”, dijo Mario González.

El sector tendrá que acomodar bien la composición de costos dentro de un tiempo, porque los precios del combustible aún no tienen techo, y también faltan ajustes en la energía, un insumo clave para la vitivinicultura ya que como regante, es electro dependiente. Además, los insumos enológicos que se importan están grabados con un 17%.

“Pero a priori, diría que el panorama debería ser favorable para la exportación, y ojalá que así sea, porque vamos a tener un mercado interno seguramente con caídas y con bajas”, indicó el directivo.

Es claro que en todo hay luces y sombras, y en el caso del vino, el punto débil es el mercado interno. El poder adquisitivo de la gente se ha derrumbado y la inflación sigue subiendo arriba del 200% interanual. El vino no es ajeno a esta espiral ascendente y también sube de precio. “Sabemos que el vino no es una necesidad básica, con lo cual es lo primero que se deja de poner sobre la mesa”, dijo González.

En esta realidad, impactó además que la cosecha 2023 fue muy baja –la peor de la historia-, y por lo tanto, los valores del vino se dispararon. Con el cambio de gobierno, la gestión de Milei liberó los precios y eso amplió la brecha entre el consumidor y el productor. “Ahí es donde se debe buscar equilibrio, la brecha debe ser adecuado para que todos tengamos rentabilidad”, dijo el directivo que, además, es viñatero en La Rioja.

“Es lo más difícil, porque el vino no es elástico y por más que la bodega suba los precios, llega un momento que el consumidor deja de elegirlos y ahí los precios empiezan a reducirse. Y ahí dentro de la cadena, lamentablemente siempre se corta por lo más fino y termina siendo castigado el productor, que es en donde siempre yo estoy totalmente en contra”, indicó.

Añadió que el productor tiene que ser parte fundamental de la vitivinicultura, un actor al que se debe cuidar, y aconsejo a los viñateros apostar a la integración. Para la COVIAR, en el actual escenario los productores no pueden seguir estando aislados, tienen que estar asociados, de manera de tener volumen para vender la uva, poder procesar y vender a mejores precios. Además, la integración les va a venir muy bien para poder bajar los costos, poder armar empresas de servicio y para tener más rentabilidad. En ese sentido, la entidad dispone del programa Proviar II que fomenta principalmente la integración y el armado de grupos asociativos, el cual cuenta con fondos este año para seguir funcionando.

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