El presidente del peronismo de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner, tiene tiempo hasta el jueves para formalizar la convocatoria a elecciones para la renovación de autoridades partidarias el 17 de noviembre. A menos de 48 horas, la demora en formalizar la citación genera dudas entre los dirigentes y se instala la posibilidad de que se extienda su mandato.
El PJ bonaerense tiene previsto elegir nuevas autoridades el mismo día del comicio partidario nacional y, como establece su carta orgánica, para hacerlo la formalización de la fecha debe realizarse al menos 60 días antes. El reloj comenzó a correr, pero aún no se elevó la convocatoria.
Mientras algunos dirigentes dentro del peronismo bonaerense se preguntan si el retraso se debe a dificultades en las negociaciones internas, otros creen que Máximo Kirchner podría estar considerando desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, que encabeza de manera interina el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, desde la renuncia de Alberto Fernández.
Esto permitiría darle más tiempo a la reorganización del partido tras las derrotas sufridas en las últimas elecciones presidenciales, que dejaron al PJ en una posición debilitada.
Además, la posibilidad de un desdoblamiento surge en un contexto de crecientes fricciones entre los distintos sectores del partido. En particular, la relación entre Máximo Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, estuvo marcada por diferencias estratégicas en cuanto al rumbo que debe tomar el peronismo en la provincia.
En el PJ nacional crece el consenso para que un gobernador sea quien asuma la presidencia, con Ricardo Quintela y Axel Kicillof entre los nombres más fuertes.
La necesidad de volver a unificar al movimiento, que quedó en una situación de desorden tras la victoria de Javier Milei en la presidencia nacional, es uno de los motivos por el que varios dirigentes consideran que el riojano debería ser elegido. En tanto, Kicillof, si bien se posiciona como el gobernador de mayor peso del espacio, está marcado por su cercanía con el kirchnerismo, lo cual lo podría distanciar de los peronistas disidentes.
Además de las elecciones presidenciales, el peronismo perdió la gobernación en varias provincias y quedó en desventaja frente a Juntos por el Cambio, que trabaja en sintonía con los gobernadores de Tucumán, Osvaldo Jaldo, y de Catamarca, Raúl Jalil, electos por el PJ, pero hoy aliados al presidente Javier Milei.
Por eso, cada vez son más los que creen que no es momento para pujas, que dejen más al descubierto las peleas de La Cámpora con el sector de Kicillof y con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
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