El exintegrante de One Direction Liam James Payne, de 31 años, murió hace un año tras caer desde el tercer piso del hotel CasaSur, ubicado en Costa Rica 6032, en pleno barrio porteño de Palermo. La noticia causó conmoción mundial y abrió una compleja investigación judicial que se aproxima a un juicio oral con dos acusados.
A las 17:10 del 16 de octubre de 2024, un llamado al 911 alertó sobre la presencia de una persona gravemente herida en el patio interno del hotel. Personal policial de la Comisaría Vecinal 14B y del SAME llegó pocos minutos después. “Cuando arribó el equipo de cercanía del SAME, constató que la persona había fallecido. Presentaba lesiones incompatibles con la vida producto de la caída”, explicó en ese momento Alberto Crescenti, titular del servicio de emergencias.
En la habitación 310 -donde se hospedaba Payne- encontraron un escenario caótico: muebles destrozados, vasos con alcohol, restos de drogas y un televisor roto. El encargado del hotel, en la llamada al 911, había advertido: “Tenemos un huésped que está sobrepasado de drogas y alcohol. Cuando está consciente, rompe todo en la habitación y tememos que haga algo que ponga en riesgo su vida”.
La autopsia determinó que Payne falleció por politraumatismos que le provocaron una hemorragia interna y externa, producto de la caída. Su cuerpo presentaba 25 lesiones compatibles con caída de altura.
Los análisis toxicológicos revelaron un cóctel de sustancias letal: cocaína blanca, cocaína rosa (tusi), benzodiacepinas, crack, ketamina y MDMA. Los especialistas señalaron que el músico no presentó signos de reacción al caer, algo frecuente en casos de intoxicación profunda. Se habría precipitado en estado de semi o total inconsciencia.
La investigación judicial: del shock inicial a las imputaciones
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°16, a cargo de Marcelo Roma, inició la investigación bajo la carátula de “muerte dudosa”. Al principio se tomaron declaraciones a empleados del hotel y a dos mujeres que habían estado con Payne horas antes del hecho. En los días siguientes hubo allanamientos para determinar quiénes le habían vendido drogas.
En octubre de 2024, tres personas fueron imputadas: Rogelio Nores (empresario y amigo de la víctima), Brian Nahuel Paiz (un camarero del hotel que habría actuado dealer) y Ezequiel David Pereyra (empleado del hotel). Las acusaciones incluyeron abandono de persona seguido de muerte, facilitación y suministro de estupefacientes.
A fines de diciembre, la jueza Laura Bruniard procesó a un total de cinco personas:
Rogelio Nores – empresario y amigo de Payne, procesado inicialmente por homicidio culposo.
Gilda Martín – gerenta del hotel, procesada inicialmente por homicidio culposo.
Esteban Grassi – jefe de recepción del hotel, procesado inicialmente por homicidio culposo.
Braian Nahuel Paiz – camarero del hotel, procesado por suministro de estupefacientes.
Ezequiel David Pereyra – empleado del hotel, procesado por suministro de estupefacientes.
El 20 de febrero de 2025, la Cámara Criminal y Correccional sobreseyó a Nores, Martín y Grassi al entender que no tenían responsabilidad penal directa en el hecho. Confirmó, en cambio, los procesamientos de Paiz y Pereyra, quienes permanecen detenidos con prisión preventiva desde enero, según contó a TN el abogado querellante de Paiz, Fernando Madeo Facente.
La causa atravesó luego un conflicto de competencia entre la Justicia nacional y la porteña: se discutió si el delito de suministro debía juzgarse en el fuero local, en el marco de la transferencia de competencias por la ley 26.702. A mediados de 2025, la Cámara Contravencional de la Ciudad aceptó la competencia local y la causa fue remitida a la Justicia porteña, lo que demoró la elevación a juicio.
En junio, se confirmó que Paiz y Pereyra irán a juicio oral acusados de “suministro de estupefacientes a título oneroso, reiterado en dos oportunidades”, un delito que prevé una pena de 4 a 15 años de prisión. El requerimiento fue impulsado por el fiscal Andrés Madrea, titular de la Fiscalía Nacional N°14.
Según la acusación publicada por el Ministerio Público Fiscal (MPF):
Paiz, de 25 años, habría realizado dos entregas de cocaína: la primera el 14 de octubre a las 03:24, cuando ingresó con Payne al hotel, y la segunda entre 10:03 y 10:44, en la zona de la calle Agüero.
Pereyra, de 24 años, también habría hecho dos entregas: una el 15 de octubre a las 03:25 y otra el 16 de octubre entre 15:30 y 16:00, poco antes de la caída.
Estas entregas habrían sido a cambio de dinero. La acusación se apoya en cámaras de seguridad, chats extraídos de celulares secuestrados -incluido el de Payne- y declaraciones testimoniales de diferentes empleados del hotel CasaSur. Además, los jueces ordenaron mantener bajo custodia celulares y una computadora para profundizar el análisis de mensajes y redes sociales.
Uno de los testigos que más lo comprometió a Pereyra fue el jefe de mantenimiento general del hotel. El hombre declaró que alrededor de las 21.00 del 14 de octubre se encontró con Pereyra en un ascensor, vio que tenía un billete de 100 dólares en la mano y cuando le preguntó si era una propina y quién se la había dado, contestó que tenía que “hacer un mandado para un huésped” que luego le aclaró era “traer droga”.
De acuerdo a la acusación del MPF, a las 2:30 de la madrugada del 15 de octubre, Payne le solicitó al recepcionista del hotel un taxi para una dirección -la calle Homero al 2800 del partido bonaerense de Lomas de Zamora, la casa de Pereyra-, porque alguien le tenía que ”traer algo”.
A partir de la declaración del chofer del auto de la aplicación Cabify que hizo el viaje, y de las imágenes de las cámaras de seguridad de las afueras del hotel, la fiscalía determinó que Pereyra llegó a las 3:25 a la puerta del hotel, se encontró en la calle con Payne y ambos caminaron hacia la esquina de Costa Rica y avenida Dorrego, donde una cámara captó que el imputado tenía “algún tipo de envoltorio en una de sus manos, lo que guarda plena correlación con la imputación que aquí se le atribuye”, describió Madrea.
La situación de Rogelio Nores: reapertura judicial
En paralelo, la Fiscalía General presentó un recurso de queja contra el sobreseimiento de Rogelio Nores. Lo acusan de haber facilitado drogas -ya sea aportando dinero, actuando como intermediario o no evitando el acceso- y de haber incumplido su deber de cuidado al dejar solo a Payne en estado de intoxicación.
Los fiscales también reclamaron abrir y peritar los dispositivos electrónicos secuestrados, que podrían contener mensajes vinculados a la compra de “6 gramos” de cocaína en la mañana del 16 de octubre.
El 11 de junio de 2025, la Cámara de Casación Penal hizo lugar a la queja fiscal, reabriendo la discusión sobre su sobreseimiento. Si bien no revocó la decisión en ese momento, el fallo habilitó la revisión de la causa. Es por ello que la situación procesal de Nores sigue abierta y no está firme.
A un año de la muerte de Payne, la causa judicial se encuentra a la espera del juicio contra los dos imputados, mientras que la investigación sobre la posible responsabilidad de Nores fue reabierta y continúa en trámite.
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