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Sociedad

Científicos reviven una especie prehistórica extinta tras 12.500 años con fósiles del ‘dire wolf’ y ADN antiguo

Los cachorros de lobo huargo viven en una reserva natural cercada en un lugar secreto y se alimentan de una mezcla de carne de res, ciervo y caballo, junto con un pienso especialmente formulado.

El dire wolf (Aenocyon dirus) fue un canino extinto que vivió en América del Norte y del Sur durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano, hace aproximadamente entre 125,000 y 10,000 años. Era similar en tamaño a los lobos grises más grandes de hoy en día, pero tenía dientes más grandes y una mordida más fuerte, adaptada para cazar grandes herbívoros como caballos, perezosos gigantes, mastodontes y bisontes antiguos.

Los restos de dire wolf se han encontrado en una variedad de hábitats, incluyendo llanuras, praderas y algunas áreas montañosas boscosas. La mayor colección de fósiles de este lobo proviene de los pozos de alquitrán de La Brea en Los Ángeles

Ha sido la empresa de biotecnología Colossal Biosciences la que ha creado estos tres lobos, una especie popularizada por la serie de fantasía Juego de Tronos pero que no se había visto en la Tierra desde hace 12 mil años.

La empresa ha presentado su tecnología de edición genética no sólo como una forma de revivir animales prehistóricos. Así, este último desarrollo es el nacimiento de los hermanos Remus y Romulus, de 36 kilos, y de la hembra Khaleesi (nombrada en honor a un popular personaje de Juego de Tronos).

Los cachorros de lobo huargo viven en una reserva natural cercada en un lugar secreto de Estados Unidos y se alimentan de una mezcla de carne de res, ciervo y caballo, junto con un pienso especialmente formulado, según la compañía. Los hermanos son entre un 20% y un 25% más grandes que su pariente vivo más cercano, un lobo gris, a su edad, según Colossal. Se estima que pesarán 63 kilos cuando sean adultos.

“Si logramos la desextinción, estaremos desarrollando tecnologías que pueden contribuir a la salud humana y la conservación”, declaró Ben Lamm, director ejecutivo de Colossal. “Sólo esa parte del sistema más amplio vale miles de millones de dólares”.

Así se obtuvo el ADN

Para dar vida a estos lobos gigantes implicó varios desafíos. Colossal contactó con museos de todo Estados Unidos para encontrar muestras que contuvieran el valioso ADN de estos animales extintos, y finalmente localizó un cráneo de 72.000 años en Idaho y un diente de 13.000 años en Ohio, según la doctora Beth Shapiro, directora científica de la compañía.

Shapiro y su equipo trituraron una pequeña cantidad de cada parte del cuerpo, secuenciaron el ADN y estudiaron los resultados en busca de pistas sobre las características clave del lobo gigante, añadió. El equipo cogió células de lobo gris y realizó 20 modificaciones genéticas centradas en rasgos del lobo terrible, como gran tamaño, musculatura robusta y pelaje blanco. Posteriormente, insertó esas células en óvulos de perros domésticos y los implantó en los úteros de diferentes perras (mezclas de sabuesos grandes) que sirvieron como madres sustitutas.

REVIVEN ESPECIE EXTINTA
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