No hay nada mejor que acompañar una tarde gris con algo rico hecho en casa. Estas de queso cheddar son la opción perfecta: se preparan con ingredientes cotidianos, en pocos pasos y el resultado es irresistible. Son crocantes, sabrosas y funcionan tanto para la merienda con un mate como para sumar a una picada improvisada.
Ingredientes:
180 g de harina 0000
½ cdta. de sal
220 g de queso cheddar (rallado o en trozos pequeños)
110 g de manteca a temperatura ambiente
½ cdta. de mostaza (opcional, aporta sabor)
Preparación paso a paso
Paso 1: unir los ingredientes
En un bowl, mezclá la harina, la sal, el queso cheddar, la manteca y la mostaza (si decidís usarla). Al principio la masa puede parecer seca, pero con las manos va tomando forma hasta lograr un bollo uniforme.
Paso 2: armar el cilindro y enfriar
Formá un cilindro de masa de unos 3,5 a 4 cm de diámetro. Envolvelo en papel film y llevá a la heladera por al menos 15 minutos para que tome consistencia.
Paso 3: cortar las rodajas
Una vez firme, retiralo de la heladera y cortá el cilindro en rebanadas muy finas (de 1 a 2 mm).
Paso 4: hornear
Colocá las rodajas en una placa enmantecada o con papel manteca y horneá a 200 °C durante 8 a 10 minutos, hasta que estén doradas.
Paso 5: enfriar
Dejalas enfriar sobre una rejilla para que queden bien crocantes.
Tips y variaciones para potenciar la receta
Podés reemplazar el queso cheddar por otro queso semiduro que tengas en casa, como gouda o fontina.
Para darles un toque diferente, espolvorealas con semillas de sésamo, orégano o pimentón antes de hornear.
Se conservan varios días en un frasco hermético, perfectas para tener siempre a mano.
Comentarios