En el día mundial del árbol, es importante recordar y honrar a los símbolos vivientes de nuestra provincia. Entre ellos, destaca el olivo cuatricentenario de Aimogasta, el único superviviente de una tala masiva ordenada por los reyes españoles en el pasado. A pesar de su avanzada edad y las dificultades que enfrenta, este ejemplar se mantiene como un verdadero emblema de nuestra historia y patrimonio natural.
Este viejo olivo, con más de cuatrocientos años de vida, se encuentra en las afueras de Aimogasta, departamento de Arauco. Fue testigo silente de una orden que buscaba erradicar los olivares americanos para proteger la producción española. Sin embargo, este único sobreviviente sigue dando frutos y representando una conexión viva con nuestro pasado.
Declarado "árbol histórico nacional" por el decreto 2235/1946, este olivo es reconocido como el único vestigio de la tala que mandó hacer el rey Carlos III en el siglo XVII. Su importancia histórica radica en su papel en la diseminación de la olivicultura en Sudamérica y en su conexión con la historia colonial de nuestra región.
Sin embargo, el presente del olivo cuatricentenario es preocupante y su pronóstico reservado. Una bacteria ha infectado algunas de sus ramas, secándolas lentamente. Su condición delicada ha llevado a la formación de una comisión de científicos de distintos organismos nacionales, quienes trabajan incansablemente para salvarlo.
En el día mundial del árbol, recordamos y valoramos a este emblema de nuestra provincia. El olivo cuatricentenario de Aimogasta nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestra historia natural y proteger nuestra diversidad biológica. A través de su resistencia y persistencia, este olivo nos recuerda la importancia de cuidar y respetar nuestro entorno. La historia de este árbol singular es un recordatorio de la valiosa conexión entre el pasado, el presente y el futuro de nuestra provincia y sus recursos naturales.
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