El caso Thiara mantiene en vilo a la sociedad riojana, luego que el cuerpo de una joven cuya identidad todavía está siendo cotejada por especialistas, apareciera muerta y calcinada.
Por ese delito fue detenido como autor Carlos Rivera, de 43 años. Según trascendió, la adolescente de 14 años fue engañada por el sujeto quien le dijo que era pastor evangélico.
Ante esa situación, las Iglesias Cristianas de La Rioja emitieron un comunicado, desmintiendo fervientemente que Rivera pertenezca a ese credo, en un escrito firmado y difundido por la titular de Culto de La Rioja, Marisol Décima Nieves.
En el comunicado, los Pastores Unidos sostuvieron que en virtud de que se ven perjudicadas las iglesias cristianas, y repudiaron el lamentable hecho que conmociona a la comunidad riojana, en el marco del femicidio de Thiara Carrasco Vayón.
Asimismo, hicieron un pedido de justicia por el hecho.
El femicidio
La Justicia de la provincia de La Rioja ha anunciado avances significativos en la investigación del femicidio de una adolescente de 14 años. El cuerpo de la víctima fue hallado quemado en la mañana del 23 de septiembre en el barrio Oscar Smith, a poca distancia del centro de la ciudad.
La jueza Gisela Flamini, encargada de la Instrucción de Violencia de Género y Protección Integral de Menores N° 2, ha tomado la decisión de procesar y ordenar la prisión preventiva para Roberto Carlos Rivera, un hombre de 43 años, bajo la acusación de homicidio agravado (femicidio).
Maria Perovich, la abogada que representa a la madre de la niña fallecida, ha expresado su opinión sobre el caso y ha destacado que tanto la Policía como el sistema judicial han actuado de manera efectiva. Además, Perovich ha señalado que existen más personas involucradas en este terrible suceso, afirmando que el acusado no actuó solo. Sus palabras fueron enfáticas al abordar la relación entre la víctima y el presunto femicida: “No había una relación de pareja, había abuso. Ella conoció al imputado por ser pastor, y así fue cómo la atrapó”.
El personal de emergencias y la División de Homicidios llevaron a cabo una revisión de cámaras de seguridad y recopilaron testimonios de vecinos y posibles testigos. Estas investigaciones revelaron que una persona ingresó a pie cerca del lugar del crimen en las primeras horas de la mañana, coincidiendo con el inicio del incendio alrededor de las 3 de la madrugada. Aunque inicialmente se detuvo a una persona llamada Arce en la zona, esta posteriormente fue descartada como involucrada en el caso.
Mediante el análisis de las grabaciones, se identificó a un individuo en una motocicleta que ingresó al lugar y transportaba un objeto. Las cámaras siguieron a esta persona hasta una ubicación donde se realizó un segundo allanamiento en la calle San Nicolás de Bari. Posteriormente, se observó que el individuo salió sin el objeto y regresó al lugar justo cuando comenzó el incendio.
Previamente, otra persona en motocicleta se había llevado a una chica con una complexión delgada en un carro, que posteriormente se rompió y fue asistido por otra persona. La chica no volvió a salir, y solo el presunto autor regresó en su motocicleta, llevando consigo un objeto. Se ha llevado a cabo un nuevo allanamiento en base a estos hallazgos, que arrojó evidencia que sugiere su implicación en el crimen. Se incautaron elementos como el casco, la motocicleta, el carro, un trapo con cierto tipo de combustible y ropa de mujer joven, que aparentemente esta persona trató de deshacerse en un terreno cercano a su residencia. También se confiscaron teléfonos celulares.
El hombre, Carlos Rivera, fue examinado y se encontraron marcas en su cuerpo que serán evaluadas junto con evidencias fotográficas y certificados de expertos que participaron en el caso. Además, los testimonios han identificado a Rivera ingresando al lugar donde residía o le era prestado, y donde se encontraba la víctima.
Previamente, la jueza Flamini había sugerido la posibilidad de aplicar un agravante adicional al caso, relacionado con la supuesta relación de “pareja” entre la menor y el hombre de 43 años. Esta afirmación generó controversia, dado que se trata de un vínculo entre una menor de edad y un adulto. Según Perovich, Rivera ejercía como pastor y utilizó la religión como medio para acercarse a la niña. “De esta manera, la manipuló y la puso bajo su influencia”.
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