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Sociedad SALUD DEPORTIVA

Infecciones más comunes en la piscina

Un baño en la pileta de natación, es una agradable forma de refrescarse en verano pero, en ocasiones, esta práctica no está exenta de pequeños riesgos para la salud, como determinadas infecciones. Los niños son los más propensos a estas afecciones, dado que es habitual que pasen mucho tiempo en el agua y tomen menos precauciones. 

Cloro contra las infecciones: en su justa medida

Muchos de los problemas de salud producidos por los baños en piletas, están relacionados con el cloro, que es un poderoso desinfectante utilizado en el tratamiento del agua a fin de mantenerla libre de microorganismos. No obstante, puede tener un ligero efecto irritante sobre la piel y las mucosas. ¿Quién no ha notado en alguna ocasión picazón en los ojos o molestias en la garganta después de un baño en la pileta? Por otra parte, sin este efecto antiséptico, los microorganismos pueden proliferar, con los consiguientes problemas que también esto puede acarrear.

Conjuntivitis

Los ojos son uno de los puntos débiles y de las afecciones son frecuentes. En personas que nadan con los ojos abiertos pueden surgir molestias ocasionadas por el efecto irritante que tiene el cloro. En algunas ocasiones, por el contrario, hay conjuntivitis infecciosas que suelen adquirirse por el baño en aguas poco cloradas. Ambas pueden diferenciarse por el momento y la forma en que aparecen. Las conjuntivitis infecciosas suelen manifestarse algunos días después del baño, mientras que las irritativas surgen al cabo de pocas horas.

Para prevenirlas, se recomienda el uso de antiparras. Este punto es importante sobre todo en los niños, que suelen permanecer mucho tiempo en el agua, a menudo buceando para buscar objetos.

Por otra parte, en los últimos años se ha discutido del potencial efecto dañino de compuestos tóxicos producidos por la reacción entre los desinfectantes del agua y la materia orgánica que se encuentra en ella y que proviene del sudor, cabellos, células cutáneas y orina. A corto plazo, estos productos que están tanto en el agua como en el ambiente pueden causar cambios en el ADN.

Es muy saludable y de gran importancia, ducharse al salir del agua y hacerlo antes, para reducir la cantidad de sudor y de células de la piel que se desprenderán durante el baño. Y, por supuesto, es importante no orinar en la piscina, una práctica más habitual de lo que se cree.

Otitis

Los oídos son otro de los puntos vulnerables, por ello, las otitis están a la orden del día. La humedad provocada por los baños continuos crea un entorno favorable que facilita la proliferación de microorganismos. Por otra parte, tanto las aguas demasiado cloradas como las contaminadas resultan agresivas para el conducto auditivo externo.

El agua, el calor y el sudor, así como determinadas conductas de la persona (como el uso de tapones inadecuados para los oídos), hacen que las otitis externas sean una de las consultas más frecuentes en verano. A diferencia de las otitis en épocas de frío, que suelen afectar al oído medio, estas otitis se dan en el oído externo.

La manipulación del oído con hisopos puede favorecerlas por los pequeños arañazos que producen y que facilitan la entrada de estafilococos y pseudomonas (bacteria que habita en el agua). Por otra parte, algunos tipos de tapones de oídos pueden resultar contraproducentes, ya que el conducto del oído no es recto sino acodado y, por eso, a no ser que los tapones estén hechos a medida, más que evitar la entrada del agua, obstaculizan su salida y facilitan la infección.

La piel

Para las pieles delicadas, el cloro es un agente irritante que puede minimizarse con una ducha de agua fresca o con el uso de cremas después del baño. Asimismo, las personas que tienen acné deben saber que la exposición durante largos periodos también puede empeorarlo.

El conocido como pie de atleta es otra infección frecuente. Los hongos responsables se han aislado de forma repetida en suelos y vestuarios de las piletas, por lo que su incidencia es habitual. Para prevenirlo, se aconseja secar bien los pies después del baño, con especial cuidado en las zonas interdigitales. Es fundamental utilizar calzado holgado y abierto para evitar el calor, la humedad y la maceración de la piel.

La pulverización de los pies con aerosoles antimicóticos después de bañarse resulta de gran utilidad. Por otra parte, es recomendable no permanecer mucho tiempo con el traje de baño húmedo y evitar compartir toallas.

Estas pequeñas recomendaciones, servirán para hacer que el momento de recreo en una pileta de natación, sea lindo y sin complicaciones.

Feliz verano para todos!!!!!!!!!!

Dr. David Sznajderhaus

MN 70.630

Médico

SALUD DEPORTES

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