Desde la salida de la primera estrella del sábado 27 de
marzo, la comunidad judía celebra Pésaj, una de las festividades más
importantes del pueblo hebreo, cargada de simbolismos y rituales familiares.
"Pesaj es una fiesta familiar, donde nos reunimos con
nuestros seres queridos alrededor de una mesa para leer la Hagadá -libro que
relata la liberación del pueblo judío de Egipto- y comer la cena festiva (el
Seder)", explicó a Télam el rabino Marcelo Bater, de la Comunidad Dor Jadash,
de la porteña calle Murillo, en Villa Crespo.
"Pesaj es la fiesta de las preguntas", añadió el rabino,
"ya que son los más chicos de la familia que comienzan preguntando: ¿por qué
esta noche es diferente a las demás noches? Y son los adultos los responsables
de responderles contándoles lo sucedido en nuestra historia milenaria".
Esta fiesta "de preguntas" desafía a reflexionar sobre el
concepto central del Pésaj: la libertad, aseveró Bater.
Baruj Zeilicovich, el rabino argentino que estuvo al
frente de la comunidad de Nueva Jersey (Estados Unidos) hasta marzo de este
año, y que hoy reside en Israel, agregó -en diálogo con Télam- que "el tema de
la libertad y del libre albedrío debiera ser considerado por cada uno de
nosotros como la oportunidad de poder elegir lo que es correcto, lo que es
justo".
"Tenemos que elegir construir, entre todos, un mundo
mejor, y una sociedad de la que todos podamos disfrutar y vivir en paz", dijo
en diálogo telefónico.
"Para aprender a valorar la libertad, debemos cada año
volver a recordar que fuimos esclavos en Egipto", destacó Bater, quien agregó
que "sólo de esa manera vamos a poder ver la libertad con otros ojos".
Luego hizo un paralelismo con el coronavirus y se
preguntó: "¿Cuántos nos preguntábamos antes de marzo de 2020 si éramos libres?
La respuesta obvia era que sí. Sin embargo, luego de estar meses sin poder
salir de nuestros hogares, aprendimos que hay diferentes tipos de libertades y
esclavitudes, y poder salir de nuestras casas se había transformado en una
necesidad vital para revalorar" esa libertad, señaló el rabino.
"Pésaj es un laboratorio en el que debajo de la
superficie de cada palabra surge un valor a representar", dijo a Télam el
rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El del barrio porteño de Belgrano.
"En la reunión pascual, lo primero que realizamos
alrededor de la mesa es levantar la matzá (el pan ácimo que ingerimos cuando
sufrimos la tiranía faraónica, realizado con harina y agua y sin levadura) y
mostrarla cómo símbolo que en nuestra mesa los valores puedan transformarse en
acción cotidiana", indicó Goldman.
"Por eso, en la noche de Pésaj compartimos la matzá en
nuestra mesa, como símbolo de que nadie sufra el hambre del desprecio",
concluyó.
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