Cada año, hacia fines de agosto, vuelve a circular una creencia popular muy arraigada en Sudamérica: la famosa tormenta de Santa Rosa. Aunque no se trata de un fenómeno meteorológico exacto ni científicamente comprobable, su persistencia en la cultura popular la convierte en un clásico de esta época del año.
Un mito con raíces históricas y religiosas
La historia tiene su origen en el siglo XVII, cuando Isabel Flores de Oliva —conocida luego como Santa Rosa de Lima— habría intercedido mediante la oración para proteger a la ciudad de Lima ante un inminente ataque pirata. La leyenda cuenta que, en respuesta a sus plegarias, una fuerte tormenta impidió el desembarco de los invasores, salvando a la ciudad. Desde entonces, ese fenómeno climático quedó asociado a su figura y dio lugar a lo que hoy se conoce como la tormenta de Santa Rosa.
El mito señala que esta tormenta puede presentarse en un período de diez días: cinco antes o cinco después del 30 de agosto, fecha en que se celebra a Santa Rosa, la primera santa de América.
¿Cuándo suele ocurrir la tormenta Santa Rosa?
Aunque no hay una fecha precisa, muchas personas en Argentina, Uruguay, Perú y otras partes de la región observan con atención el clima entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre. Si una tormenta aparece en esos días, no faltan quienes la relacionan directamente con la tradición.
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