Combinar los colores para la decoración del hogar no es una tarea demasiado compleja. A decir verdad, es más sencillo de lo que parece. Sólo hay que tener en claro lo que se quiere transmitir en el living, la cocina o el dormitorio y, desde luego, tiene que ver mucho con el estilo decorativo elegido.
Las que siguen son tres combinaciones que Tendencias te acerca para que las apliqués en tu casa y que aportarán elegancia, criterio y sobriedad. No olvidés que la pintura es un recurso que siempre está al alcance de cualquier presupuesto para renovar cualquier ambiente.
GRIS Y NEGRO
Cada uno, por sí mismo, es un tono muy frecuente en el interiorismo actual. Sus características los hacen versátiles para combinar con otros colores, pero unidos resultan una combinación definitivamente llena de glamour.
El negro es el rey de los colores, y el gris se considera uno de los más elegantes de la paleta para decorar. Como se dice habitualmente, el comodín que deja bien parado en cualquier circunstancia.
Es importante que sepás que utilizar el negro como color secundario no quitará claridad al espacio en el living o el dormitorio, aunque se puede usar esa combinación también en la cocina y en un despacho.
Para los acentos de color, conviene elegir tonos que funcionan bien tanto con uno como con el otro. Así, el rojo se impone en un ambiente en negro y gris, porque funciona independientemente con ambos. También se pueden utilizar detalles en amarillo, verde menta o naranja. El blanco sirve para bajar la intensidad, y los tonos nude para dar un toque de romanticismo.
GRIS Y BLANCO
El gris y el blanco se combinan casi a la perfección, y además tienen muchos tonos similares. Podés usarlos enteramente en las paredes y hasta el piso pasando por los techos. Nunca es demasiada la luz en un ambiente acogedor y elegante. Funciona mejor si no tenés tanto espacio, porque el uso de estos dos colores otorga mayor sensación de amplitud en cualquier sector.
Puedes elegir tonalidades de blanco y gris similares para obtener la máxima claridad. Se puede jugar con tonos más oscuros de gris para rebajar esa claridad. Como sea que se aplique, seguro que no fallarás. Con esos dos colores juntos no hay riesgo, es una apuesta más que confiable.
Es una combinación de colores atemporales, versátiles, modernos y elegantes que no requiere más nada. Si buscás un toque de color, pensá en el negro, o bien podés recurrir a un sofá estampado, un cuadro en la pared con un diseño colorido. Quizás unas cortinas con detalles jungle style en varios tonos de verde; hay muchas ideas.
Quienes quieren ese toque que relaje la apariencia extrema de dos tonos tan claros pueden recurrir al amarillo mostaza, el verde, el rosa y el azul, o también el naranja.
BEIGE Y BLANCO
Dos colores que tienen grandes similitudes, como el gris y el blanco, pero con un guiño a un ambiente más relajado. Es ideal para algunos estilos decorativos más clásicos, más tranquilos y hasta más campestres. Para elegir el beige se puede recurrir a la belleza de la madera, y el uso de elementos en ese material siempre resulta elegante y actual.
Reproduciendo las tonalidades de beige en el mobiliario, tomá en cuenta el detalle de algunos elementos textiles en gris, que lejos de parecer excesivos, lucen muy bien. Resulta imposible que esos colores no cautiven a simple vista.
Para el toque de color intenso sobran las opciones. Un acento de color en negro resultará un toque aún más sofisticado. Otras opciones son las tonalidades modernas y suaves de azul. Si te gusta el verde, pensá en cortinas o fundas, en un verde arveja o menta.
El naranja puede parecer un color netamente veraniego que se usa en determinados casos, pero no es así. Tiene varias tonalidades intensas, que servirán para un toque cítrico encantador en una estancia de intensa elegancia en gris y beis. Muy interesante, inusual, pero elegante, resulta utilizar el púrpura más intenso. Encontrarás muchas opciones maravillosas para integrarlo a tu ambiente.
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