Por Victoria López Risso
El ajedrez tuvo un largo recorrido de transformaciones antes de convertirse en lo que es hoy. Su origen es una incógnita rodeada de historias, leyendas y teorías que no responden con exactitud de dónde proviene este juego milenario. Cabe destacar que numerosos estudios y expertos en el tema concuerdan en que su antepasado más antiguo es el chaturanga, jugado aproximadamente desde el año 600 y originado en India. El término significa “cuatro divisiones del ejército”, representando a infantería, caballería, elefantes y carros de guerra. En esa época, se jugaba en un tablero 8x8, al igual que el ajedrez actual; sin embargo, las reglas eran distintas y la figura de la dama no existía. Expandido por las rutas comerciales, llegó a Persia, con el nombre de chatrang; se considera que este junto al chaturanga compartieron reglas similares. Después que se extendiera a lo largo del mundo islámico, pasó a llamarse shatranj. Las piezas solían ser figuras con formas abstractas y nombres asignados, ya que el islam prohíbe la representación en modo de idolatría de seres humanos y animales en el arte.
Fue alcanzando una gran popularidad hasta llegar a la Península Ibérica. Las piezas de ajedrez más antiguas encontradas en Europa, datadas en el año 900, fueron halladas en Peñalba de Santiago, España. Aún entonces, la dama no existía y la pieza que ocupaba su casilla era la alferza que solo contaba con movimientos diagonales limitados. En excavaciones de una sepultura vikinga se encontraron piezas que seguían el modelo árabe tradicional, motivo por el cuál se cree que existieron varios puntos de entrada del ajedrez a estos territorios.
El antes y el después del ajedrez fue en España a finales del siglo XV, con la introducción de la dama al tablero, una figura con la posibilidad de desplazarse en todas las direcciones. El shatranj no tenía figura femenina y era lento, la incorporación de la dama termina aumentando el dinamismo del juego; mencionada por primera vez en el manuscrito "Scachs d'amor" en Valencia, en 1475, inspirado en la Reina Isabel la Católica. Este cambio del ajedrez se expandió desde España a Italia y Francia, países donde era ampliamente practicado, convirtiéndose en el pasatiempo favorito de la nobleza y la alta sociedad, extendiendo sus ramas por las fronteras durante los siglos XV y XVI. En el Renacimiento surgieron los movimientos y reglas actuales, incluyendo el derecho de los peones a mover dos casillas en su primera jugada, el enroque y el movimiento completo de la dama en columna, fila y diagonales. Esto dio lugar al ajedrez tal como lo conocemos en la actualidad. La invención de la imprenta fue necesaria para unificar las reglas, permitiendo la composición de libros y tratados que se propagaron por todo el mundo.
El juego que practicamos hoy en día fue introducido con el nombre de "shatrany", que posteriormente dio origen al término español "acedrex" y luego "ajedrez". Los persas transformaron el término hindú "rajah", que significa rey, en "shah", de donde proviene la frase árabe "shah mat" que significa "el rey ha muerto", y que derivó en el actual "jaque mate". Otro de los nombres que adquirió fue Zatrikión por el Imperio Bizantino y Xiang Qi en torno a una leyenda china que afirma ser antecesora del chaturanga, por lo que muchas personas creen que la variante más cercana del ajedrez tiene su origen en China antes que en la India. Es así como el ajedrez desde sus inicios se multiplicó tras generaciones, transcendió fronteras y entrelazó culturas dejando una marca imborrable en la historia. Una conquista que no termina, que aún continúa.
LA AUTORA
VICTORIA LÓPEZ RISSO NACIÓ EN SAN SALVADOR DE JUJUY Y ACTUALMENTE VIVE EN LA CIUDAD DE CHILECITO, LA RIOJA. ESTUDIA LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL CON ORIENTACIÓN EN PERIODISMO Y SE DEDICA A DAR CLASES PARTICULARES DE AJEDREZ, UN DEPORTE QUE DISFRUTA DESDE LA INFANCIA.
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