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El viento del oeste

Una reseña para el libro "Los gorriones contrarrevolucionarios", del escritor español Pedro Flores.
Silvia Rodríguez

Por Silvia Rodríguez

En Los gorriones contrarrevolucionarios (XXV Premio de Poesía Generación del 27, Colección Visor de Poesía, 2023), su autor, Pedro Flores (Las Palmas de Gran Canaria, 1968) vuelve a tendernos una trampa: nos apedrea con poemas inesperados, gorriones posados al otro lado de la destreza y poetas presentes en toda su obra como Vallejo, Dalton, Nogueras o Lizalde.

Según ha expresado Pedro Flores en distintas ocasiones la escritura de poesía ha de ser subversiva, en lo que al lenguaje se refiere y el lenguaje ha de ser retorcido y tensado ya que el orden de los factores altera el producto.

Al hilo de sus convicciones para con la poesía el poema de Eduardo Lizalde sobre un tigre que acecha, y es acechado a su vez en la espesura de su selva y donde el poeta mexicano escribe tiene sed de carne/hambre de agua es, junto con otros versos de Lizalde como El tigre en celo/es como un pozo de semen un acicate en la poesía de Flores: versos como Qué otra cosa puede ser el cielo de los tigres/más que una infinita selva repleta/ de criaturas palpitantes y medrosas. / Y en la cúspide de esa pirámide carnicera / sólo Mabel Stark somete a ese insaciable tigre eterno del poema La domadora Mabel Stark y el tigre Rajah se encuentran de nuevo en el infinito circo de la eternidad, incluido en Estricnina para sirenas ( Colección Natalia Sosa Ayala, 2022) u otros como los que encontramos en Los gorriones contrarrevolucionarios en el poema A veces el poema se esconde en la verdad, donde nuestro poeta nos vuelve a hablar del tigre encerrado: Yo no soy el poeta adecuado/ pero una vez existió un hombre llamado / Mao Yichang que llevaba un poema dentro. / Lo busqué porque me dijeron /que una vez lo atacó un tigre inmenso. /Yo traté de abrirle la barriga a Mao Yichang /para extraerle su poema pero fue inútil. /Tal vez también aquel tigre buscaba el poema / en la barriga de Mao Yichang, puede / que por orden de Eduardo Lizalde.

Como describe la editorial Cálamo al referirse al libro de Pedro Flores Los poetas feroces cuentan lobos para dormir (VI Premio Internacional de Poesía Jorge Manrique) “es un homenaje a la poesía y, muy especialmente, a los poetas que mantuvieron desigual debate entre poesía y vida. Con soltura y atrevimiento, huyendo de tópicos habituales, desde ángulos novedosos sabe reflexionar y dar la vuelta a la realidad preconcebida”.

Si en el poema Casi toda la verdad sobre la muerte de Anne Sexton, incluido en el volumen mencionado, Flores nos apela: Los que saben de esto dirán que eso no es verdad; / yo digo que a la poesía no se debe venir / a la búsqueda de la verdad; / a la poesía se viene en busca de un poema. / Y si hay que beber vodka, pues se bebe.

Otro poema, El peso de Bespin sobre la espalda (sacrílega variación generacional sobre un tema de Félix Grande, incluido en el libro de la Colección Visor de Poesía, Flores sigue poniendo rostros a la insurrección. Con la excusa del exterminio de gorriones ordenado por Mao Zedong durante el Gran Salto Adelante, él arroja más carbón a la caldera del poema y se exhibe de nuevo: Ahí estaba el comienzo de todos los poemas: / ritmo y memoria o Para hacer el poema antes hay que encontrar la poesía / Hoy no sé si buscar en Bulgaria o en la muerte.

El poeta nos arrastra por los infinitos campos de sargo del tiempo, de la poesía: Yo, que vengo de sus poemas póstumos o Y sobre todo, al poema le importan / los hambrientos gorriones que extravían los caminos. Asombra la verosimilitud de sus poemas en términos literarios: Los gorriones aún contrarrevolucionan /¿estará entre ellos aquel gorrión del poeta Hernández? / Se llamaba Pío-Pa y eso suena a chino.

Pedro Flores siempre ha defendido la idea de que el poeta ha de engañarnos pero nunca ha de mentirnos ni tener la deuda de la sinceridad. En el poema El señor Zheng, ornitólogo, en el campo de trabajo así lo refrenda: Ahora, aquí, tendría que terminar la verdad y comenzar / el poema; / poetas y ornitólogos en realidad en algo se parecen: / ambos esperan una sombra asustadiza, / un trino fugaz que puede que nunca / se pose justo ahí, en la rama que observan.

La poética es otra de las constantes de nuestro autor; si en Coser para la calle (XXVIII Premio Nacional de Poesía “José Hierro”) el poema Poética culmina con los versos Ríanse ustedes pero, de alguna manera, / ella me enseñó este oficio / de remendar y coser, / de disfrazar y zurcir que es la poesía, en Los gorriones revolucionarios escribe en el poema La poética metálica Mi poema y yo somos los defensores / de mi miseria, dominamos a nuestros lectores / y salvamos nuestras propias vidas / (arruinando un poco las suyas). Y es que para Flores el modo en que se escribe un poema es el poema: Había que exterminarlos a todos: /moscas, mosquitos, ratas y gorriones. / Los campos se vaciaron de alimañas / y los poetas ganaron un endecasílabo.

Uno de los elementos recurrentes para ilustrar la ternura, la crueldad, la irreverencia o sus propios orígenes es la figura de su abuela Rosario; en El don de la pobreza (Premio ”Flor de Jara” de Poesía 2019), en el poema Quinta eternidad para la abuela le dice: Beberías de una copa, a sorbitos muy pequeños, / para que el más allá no se te suba a la cabeza y en el libro que nos ocupa el poema Abuela termina su jornada es un postulado en sí mismo: Cuando todas las muchachas hermosas / se iban al baile y te quedabas sola, / guardando en la cajita de latón / las agujas, los carretes de hilo, / los aprovechables retales de la alegría, / estabas, de alguna manera, escribiendo este poema, / que no es bonito, ni sonoro, / hecho con las escamas y los remiendos/de poemas que escribieron otros, / poetas de veras que ahora, en el baile, / giran, felices y muertos, / tomando de la cintura a aquellas muchachas, / allí, en el exclusivo y ajeno/corazón de la poesía.

Escribió Joseph Conrad: El viento del Oeste es como un poeta sentado en un trono: magnífico, sencillo, bárbaro, pensativo, generoso, impulsivo, variable, insondable; pero cuando se lo llega a comprender, siempre el mismo. Así es Pedro Flores: Viento del Oeste.

SOBRE PEDRO FLORES

Nació y vive en las Palmas de Gran Canaria, España. Ha publicado más de 30 libros de poesía entre los que se destacan: “Como un león de piedra en el arqueológico de Bagdad”, “Donde príncipes y bestias”, “El del hombre que bebió con Dylan Thomas y otros sonetos”, “Como pasa el aire sobre el lomo de una bestia”, “Los versos perdidos del contramaestre del arca”, “Coser para la calle”, “Diario del hombre lobo y otros poemas carnívoros (Antología de poesía amorosa)”, “Sin monedas para los ojos del héroe”, “El don de la pobreza”, “Los bufones de Dios”. En 2016 la editorial sevillana Renacimiento publicó su antología Salir Rana. Ha obtenido importantes distinciones literarias, como las de Fray Luis de León, Ciudad de las Palmas, Ciudad de Tudela, Gil de Biedma, Pedro García Cabrera o Tomás Morales. En 2017 se le concede el Premio Nacional de Poesía José Hierro. En 2019 obtiene el Premio Internacional de Poesía Flor de Jara. Poemas suyos han sido traducidos al portugués, italiano, eslovaco, húngaro, francés e inglés. Recientemente fue galardonado con el 25º Premio Internacional de Poesía Generación del 27 por ‘Los gorriones contrarrevolucionarios (y otros poemas)”.

LA AUTORA

SILVIA RODRÍGUEZ nació en las Palmas de Gran Canaria, España, lugar donde reside. Es traductora e intérprete por la Universidad de Granada y ha publicado los libros de poesía “Rojo Caramelo”, “El ojo de Londres”, “Casa Banana”, “Shatabdi Express” y “Bloc de notas” en Canarias; “Departamento en Quito” en Madrid; “Ciudad Calima” y “Padresueño” en Granada; “Las princesas no tienen nombre” en Sevilla; “Marabulla” en Navarra (Premio Internacional de Poesía María del Villar 2018, segunda edición en Nectarina Editorial-Colección Libellus, 2021, Canarias). Está incluida en antologías como “23 Pandoras: Poesía alternativa española”. Ha intervenido en Festivales Internacionales de Poesía: Génova, La Habana, Poetas en Mayo en Vitoria-Gasteiz o en el Programa Literario de Otoño de Ginebra. Ha editado poemas en revistas como La porte des poetes, Ficciones, Turia, Piedra del molino, Mundo Hispánico, Telegráfica, 21 versos, Uj Forras, Opus, Fraktal, Trasdemar, o La salamandra ebria. Poemas suyos han sido traducidos al italiano, al húngaro y al eslovaco. Su libro “Provincia del dolor” acaba de publicarse en la Biblioteca Básica Canaria. Su libro “Marabulla” fue editado también por Palabrava editorial (2021) en la Colección Rosa de los Vientos.

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