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1591 Cultura + Espectáculos LECTURAS

La historia de la gente común

Una reseña para el libro "Aguilar, el cura de la montonera", del escritor e historiador Víctor Hugo Robledo
Pablo Esteban Gatica

Por Pablo Esteban Gatica

Como ha sido reiterado tantas veces, generalmente en la escuela nos enseñaron la historia como un compendio de la hazañas o decisiones de grandiosos héroes o próceres como militares, políticos, o cierto tipo de líderes sociales. En algunos casos, los menos, historia de grandes artistas o encumbrados líderes religiosos. Pero lo que siempre queda oculto bajo los pies de esos personajes es la historia de la gente común, la que realmente construye con su trabajo cotidiano el mundo social y cultural que habitamos.

Este libro del historiador Víctor Robledo (editado en 2008 y reeditado en el presente año por Ed. Biolatto) precisamente nos trae la satisfacción de contar la vida de una persona sin grandes carteles históricos, apenas un cura de pueblo llamado Francisco Aguilar, pero que desde su modesto lugar trabó amistad a su manera con algunos de los caudillos federales más importantes de La Rioja y el país, y que en su sitio ocupó un lugar central para la vida de su pequeña comunidad del interior riojano.

Aguilar fue un sacerdote católico que llegó desde Tucumán hacía la zona de San Blas de los Sauces en 1853 para hacerse cargo del curato de esa porción del norte de la provincia de La Rioja, y permanecerá allí hasta su muerte en 1885. En aquella época y sobre todo en los pueblos, un cura era una persona con un gran peso e influencia en la sociedad, por sus múltiples tareas religiosas y sociales que los llevaban a participar en casi todas las decisiones importantes de la sociedad y de las familias. Pero Aguilar además tuvo la particularidad de relacionarse con los legendarios Ángel Vicente Peñaloza, Felipe Varela y Severo Chumbita, líderes de los alzamientos del noroeste contra las arbitrarias decisiones que se tomaban desde el poder central en Buenos Aires.

Francisco Aguilar, de carácter severo y algo dogmático –como muchos religiosos de su época– fue sin embargo una persona con especial sensibilidad por los humildes habitantes de menos recursos que vivían en su curato, y tenía un rechazo pronunciado contra algunas de las familias más pudientes de La Rioja que ostentaban privilegios de mando y además se oponían a los caudillos populares.

De este modo, en el libro se relata, a la par que las principales acciones de lucha de Peñaloza, Varela y Chumbita, el modo de vida cotidiano del habitante rural o de pueblo de La Rioja de aquellos años, y cómo sufrían por las violentas guerras civiles, por los muertos o torturados en cada familia y la pobreza posterior que estas peleas armadas provocaban; relatados también desde el punto de vista del cura Aguilar.

La amistad con los caudillos le costaría a Francisco Aguilar ser convocado a comparecer ante la justicia, que consideraba un delito haber ayudado a estos caudillos, y a pesar de su obra de contención espiritual en San Blas de los Sauces, murió siendo estigmatizado y discriminado por parte de la sociedad, que lo consideraba responsable de haber ayudado a “delincuentes, bandidos y salvajes” como algunos llamaban a los grandes caudillos riojanos.

Este libro no solo es acertado en la elección de un personaje muy poco conocido por los historiadores, sino también de la prosa elegida para contarlo, ya que Víctor eligió construirlo con un cierto modo narrativo, acercándose casi a lo que sería una novela histórica, en cierta medida. Recordemos que muchos referentes ineludibles de la historiografía en algunos momentos eligieron escribir sucesos históricos que se aproximaron al formato de novela; cómo el caso de Felix Luna y su libro “Los Caudillos”; o bien de los riojanos Dardo de la Vega Díaz y Ricardo Mercado Luna, quienes convirtieron sucesos históricos en relatos similares al cuento en sus libros “La Rioja Heroica” o “La Ciudad de los Naranjos”.

Esta manera de narrar momentos históricos es siempre una manera atractiva para los lectores que permite acercar la historia a públicos más amplios, divulgarla sin por ello perder rigurosidad en los datos ni carecer de contenido útil para lectores de cualquier edad. Y este es el logro que vemos concretado en “Aguilar, El Cura de la la Montonera” de Víctor Robledo.

Víctor Hugo Robledo
Víctor Hugo Robledo

SOBRE EL AUTOR

VÍCTOR HUGO ROBLEDO NACIÓ EN AIMOGASTA, PROVINCIA DE LA RIOJA. ES PROFESOR DE HISTORIA, EGRESADO DEL INSTITUTO ALBINO SÁNCHEZ BARROS. AUTOR DE NUMEROSOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN DIARIOS Y REVISTAS DE LA PROVINCIA RIOJANA Y DEL PAÍS. DIRIGIÓ EL PROYECTO LÍNEA DEL TIEMPO EN LA OCUPACIÓN DEL ESPACIO RIOJANO, PUBLICADO POR EL CONSEJO FEDERAL DE INVERSIONES. HA PARTICIPADO EN HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LAS PROVINCIAS DEL NOA, DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA Y LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CATAMARCA, TOMO I. ES AUTOR DE LOS LIBROS EL MONTONERO SEVERO CHUMBITA, LOS GENERALES DE QUIROGA, HISTORIA DE ARAUCO, LA RIOJA INDÍGENA, AGUILAR. EL CURA DE LA MONTONERA, LA RIOJA NEGRA, DESTINO MONTONERO. LA FUGAZ ESTRELLA DE AURELIO SALAZAR, RIOJANAS Y FELIPE VARELA. HISTORIA DE UN MONTONERO. ADEMÁS, FUE COAUTOR DE LA CAUSA PERDIDA DEL COMANDANTE SEVERO CHUMBITA, CON HUGO CHUMBITA, Y VICTORIA ROMERO. LA MUJER DEL CHACHO PEÑALOZA, CON ROBERTO ROJO.

Fuente: Aguada Revista Cultural
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