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La obra maestra de Queen of the stone age

Ya contaban en su haber con un disco sobresaliente como “Rated R” con el cual habían deslumbrado en el año 2000 y en el que predominaba un potente sonido renovado y arrollador, con la dosis justa de experimentación y aprendizaje que le iba a producir sus mejores dividendos en los años por venir. 
Sebastián Bertolosso

Por Sebastián Bertolosso

Hacia el año 2002 Queens of the Stone Age atravesaba uno de los momentos fundamentales de su carrera. Ya contaban en su haber con un disco sobresaliente como “Rated R” con el cual habían deslumbrado en el año 2000 y en el que predominaba un potente sonido renovado y arrollador, con la dosis justa de experimentación y aprendizaje que le iba a producir sus mejores dividendos en los años por venir.

La elaboración del álbum que nos convoca en esta oportunidad, el tercero de larga discografía, tuvo como precedente la participación de Josh Homme acompañado de varios artistas de la escena rockera de la época, en las posteriormente conocidas Desert Sessions, las cuales eran una serie de proyectos discográficos que como su nombre bien lo indica, fueron concebidas en el desierto, lugar que siempre fue muy inspirador para Homme y los suyos, además de ser también el lugar donde el músico dio sus primeros pasos artísticos junto a los legendarios Kyuss.

You Think I Ain't Worth A Dollar, But I Feel Like A Millionaire

Asimismo, las relaciones que supieron forjar en esos años con artistas consagrados de diferentes escenas del rock tales como Soundgarden, PJ Harvey, Mötley Crüe o The Vandals, por mencionar solo algunos, dotaron a aquellas sesiones de una mística “desértica” lo que hizo que ese período obtenga resultados contundentes en un disco que se iba a nutrir de todas esas influencias sonoras, logrando una creatividad muy original: directo, fuerte y en una búsqueda de nuevos horizontes que derivaban en una reinvención constante.

Como no podía ser de otra manera, la placa contó con invitados de lujo, que no solo aportaron su interpretación sino que se involucraron también en el proceso creativo y en los arreglos de las canciones.

El mas destacado de todos fue sin dudas Dave Grohl, que ya era amigo de larga data de Homme y que estaba brillando con Foo Fighters en todo el planeta, lo cual generó una atracción mucho mayor al disco, ya que el líder de los Foo, volvía a su viejo amor y se colocaba tras los parches evocando sus mejores momentos en Nirvana; a él también se sumaron Mark Lanegan, habitual colaborador de la banda, Natasha Shneider y Alain Johannes de Eleven y el futuro integrante Joey Castillo.

En esta oportunidad ademas, también queda de manifiesto, la clara la necesidad de los Queens Of The Stone Age de ir buscando constantemente la ampliación de su espectro musical, ya que detestaban fuertemente quedar encasillados en un solo estilo, los cual hace que en “Songs For The Deaf” convivan de manera magistral el heavy metal, el punk, el rock clásico y el pop dando como resultado un álbum genial de punta a punta.

El disco fue grabado no solo en los desiertos, sino que también el Mediterráneo y España fueron un gran concepto que la banda tomó para este disco, lo cual queda de manifiesto en diversos momentos de la placa en los que incluyen algunas de las sintonizaciones radiales de emisoras de habla hispana y ciertas influencias musicales en el explosivo inicio “You Think I Ain’t Worth a Dollar, But I Feel Like a Millionaire” o “First It Giveth”, o incluso con influencias flamencas en las tomas de guitarras precedidas además por ese gran puente como salido de un locutor frenético mexicano llamado Héctor Bonifacio Echevarría Cervantes de la Cruz Arroyo Rojas, que se ha convertido en una marca registrada muy característica del disco.

Al respecto de este concepto radial, si se quiere, y a la colaboración de Mark Lanegan, Josh Homme supo comentar en una entrevista: “Nadie en la banda canta como Nick o como yo, y nadie en este planeta canta como Mark, así que tenemos tres cantantes. Esa es parte de la razón por la que queríamos que este disco fuera como una larga emisión de radio, como si fuéramos bandas distintas”.

Y si de sellos distintivos de “Songs For The Deaf” hablamos, es imposible no hacer referencia al primer single de difusión y clásico instantáneo e himno de masas titulado “No One Knows”, una gran canción de una aparente estructura simple y un mid tempo sincopado que va ganando en intensidad hasta alcanzar una arrolladora explosión de Dave Grohl que llega para recordarnos el inmenso baterista que es, sin dudas el punto mas alto de un disco que tiene muchos momentos de enorme nivel.

Más adelante, nos encontramos con la impresionante “A Song for the Dead”, que nos adentra en la cruza de un bosque tenebroso de melodías y oscuridad muy características de su autor, cantante y compositor Mark Lanegan, hasta alcanzar un final frenético y de antología con un Grohl endemoniado aporreando su batería como si no hubiera un mañana.

A continuación llega “The Sky is Falling” que baja un poco su ritmo pero no la intensidad acercándose más a su reciente pasado en Kyuss con riffs que nos remiten al mejor Black Sabbath.

En plan mas garage rock, pero con un perfil low-fi y sofocante llega la corta pero efectiva “Six Shooter” que nos sirve de preludio a la muy sólida “Hangin’ Tree”, interpretada nuevamente por Lanegan en su totalidad y acompañada por una una marcha de bajo infernal junto a eclécticas guitarras que nos cambian constantemente el rumbo de la canción y esa es, justamente, una de las grandes virtudes de este disco: el transportarte en un viaje inesperado en el que todo puede suceder.

Casi cuando estamos intentando procesar el gran track que acaba de sonar, llega el otro momento culmine del disco con la atronadora “Go With the Flow” en la que confluyen un logrado piano boogie, acompañado de una descomunal batería que lleva la marcha de la canción, acompañados de capas de intensas guitarras que se van sumando para dar un resultado intenso y atronador en el que la voz de Homme suena perfecta para darle sentido a un track en el que la velocidad se lleva puesto todo a su paso.

Pero como si todo esto no hubiera sido suficiente, aparece “Gonna Leave You” en donde la psicodelia y el pop confluyen de manera magistral logrando un sonido ácido, melódico y con una sensualidad adictiva, seguido por “Do it Again”, un tema que si bien no brilla, mantiene un ritmo muy arriba que te atrapa y no te suelta más.

Hacia el tramo final, llegan tracks como “God is in the Radio”, plagada de misteriosas variaciones musicales, pasando del stoner al rock clásico pero con elementos lisérgicos. Respecto a este tema, el álbum no aborda tanto el tema de las drogas, sino situaciones oníricas puntuales, ya sean lagunas mentales y psicodelia. Sobre esto, Homme supo declarar: “Aunque nosotros empezáramos esto del stoner rock con Kyuss, ahora me parece un poco ridículo. Ninguno de nosotros fumamos hierba… aunque tampoco jamás llegaremos a ser un robot, más que mal mucho de ese sonido nos queda…el rock robot es otra idiotez. ¿Cuándo has visto drogado a un robot?”.

Casi cambiando un poco todo lo que veníamos escuchando encontramos “Another Love Song”, cantada por Oliveri de manera notable y que además cuenta con las contribuciones de la lamentablemente fallecida Natasha Schneider con ese particular sonido del órgano y que además también participa en “Mosquito Song”, una hermosa canción que nos trae un cierre ideal luego de tanta locura y frenesí, en donde la guitarra flamenca de Alain Johaness, junto a una conmovedora interpretación de Josh Homme y la gran orquestación que crece hacia el final le da un resultado épico.

Por todo lo expuesto, podemos decir sin temor a equivocarnos que “Songs For The Deaf” es una verdadera obra maestra, un disco realmente imprescindible creado en el momento preciso y que se nutrió de músicos invitados de lujo que además aportaron ideas brillantes y lograron conjugar uno de los álbumes más originales del rock alternativo de los últimos años.

Hasta la próxima.

MOMENTO FUNDAMENTAL

ARTISTA: QUEENS OF THE STONE AGE.

ÁLBUM: SONGS FOR THE DEAF.

FECHA DE LANZAMIENTO: 27 DE AGOSTO DE 2002.

DURACIÓN: 59:19 MIN.

PRODUCCIÓN: JOSH HOMME, ERIC VALENTINE, ADAM KASPER.

SELLO DISCOGRÁFICO: INTERESCOPE RECORDS.

@sebabertolosso
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