Por Sara González Cañete
Desde su fundación en 1940, esta institución ha sabido conjugar la tradición vitivinícola con un profundo y renovado compromiso con los principios del cooperativismo, forjando no solo vinos de renombre, sino también un legado social y cultural que trasciende las fronteras de la provincia.
La historia de La Riojana es un claro ejemplo de la tenacidad y visión de aquellos gringos que, con sus saberes y el espíritu asociativo a cuestas, vislumbraron el potencial de los Valles del Famatina. Ellos sentaron las bases de una iniciativa que hoy agrupa a 500 familias, pequeños y medianos productores, pilares fundamentales de una estructura que les permite sostenerse y crecer en un mercado cada vez más exigente.
El camino recorrido por La Riojana se distingue por una filosofía de trabajo que pone al ser humano en el centro. Más allá de la elaboración de vinos, jugo de uva y aceite de oliva de alta calidad, reconocidos en mercados internacionales como Dinamarca, Reino Unido, Suecia y Estados Unidos, la cooperativa ha sido pionera en Argentina en la certificación Fairtrade. Este sello, que abarca un importante volumen de exportación, no es un mero distintivo comercial; es la cristalización de una convicción, asegurar condiciones laborales dignas, salarios justos y el respeto irrestricto al medio ambiente.
El impacto de La Riojana en la comunidad de Chilecito y sus alrededores es palpable y diverso. A lo largo de sus ocho décadas y media, los ingresos generados por la venta de vinos con el sello comercio justo, se han reinvertido en iniciativas de calado social. La construcción del Colegio Agro-Técnico de Tilimuqui, anexado a la Universidad de Chilecito y que hoy prepara a jóvenes en el ámbito rural, la edificación de un complejo de salud para la gestión comunitaria que se espera pronto, brinde asistencia vital, para mejorar la calidad de vida, son ejemplos concretos de su labor. Además, la cooperativa demuestra su preocupación por la educación al proveer anualmente kits escolares a los hijos de sus asociados, junto con asistencia económica a familias en momentos de necesidad.
En el plano medioambiental, La Riojana ha implementado proyectos significativos, destacándose por su compromiso con la gestión hídrica. Si bien el proceso de purificación de agua para consumo es fundamental en sus instalaciones, la cooperativa también enfatiza la optimización del uso del recurso y la búsqueda constante de prácticas más eficientes para el tratamiento de efluentes, reafirmando su modelo de sostenibilidad.
La relevancia de La Riojana trasciende lo económico y social, llegando al ámbito cultural. Recientemente, el libro "La Riojana, una vida cooperativa", que narra detalladamente sus 84 años de historia, fue distinguido por la prestigiosa Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en la categoría "Monografías y Estudios Especializados". Este reconocimiento internacional subraya el valor de su modelo y su contribución al conocimiento del sector.
Mientras observa el camino recorrido también celebra sus 85 años, La Riojana reafirma su esencia. A pesar de la actual crisis económica que afecta al país, la cooperativa continúa enfrentando los desafíos con resiliencia, trabajando incansablemente para sostener las fuentes de trabajo y brindar seguridad a sus socios. Es la historia de una comunidad que, unida, ha logrado trascender los desafíos, cultivar la tierra y el espíritu de progreso, demostrando que el cooperativismo no es solo un modelo económico, sino una forma de vida que enriquece a todos sus miembros y al entorno que los acoge. La Riojana sigue siendo, hoy como ayer, un motor de desarrollo y un ejemplo de que el trabajo en equipo es el verdadero cimiento de un futuro próspero y equitativo.
¡FELIZ 85 ANIVERSARIO LA RIOJANA!
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