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1591 Cultura + Espectáculos ARTE

Nicolás Bustos: "Lo primero que existe es el deseo"

Nicolás Bustos expone en el Museo Octavio de la Colina “Alegorías de tango”, un conjunto de obras que hacen pie sobre una de sus grandes pasiones, pero que no se queda tan solo en eso, sino que expresa su convicción por promover la armonía y la cooperación por sobre los individualismos.
Fernando Viano

Por Fernando Viano

El encuentro con el artista riojano Nicolás Bustos es siempre una posibilidad clara y concreta de abrir las puertas hacia otra dimensión del pensamiento y de la creación, como un mecanismo inagotable. Su voz, siempre pausada en la reflexión y en la búsqueda de abarcar el significado en la plenitud de la palabra, se vuelve un eco que atraviesa tiempos y distancias, para ubicarlo siempre en el lugar y en la medida justa, en esa sabiduría que es, al mismo tiempo, generosidad y ofrenda de lo inabarcable. Resulta francamente difícil, cuando no imposible, encasillar a un hombre que ha hecho de su amor por el arte un modo de vivir la vida y de respirar el aire, tanto como de escuchar cada sonido a su alrededor y alimentarse de cada rayo de sol que le hace sentir que no es posible pedir o esperar nada más; que todo está allí, servido en bandeja, para quien quiera animarse a observar un poco más allá de lo que se puede ver a simple vista.

Primero está el deseo, luego esa manera tan particular y tan única de representar el sentido simbólico de las cosas a partir del ejercicio irrestricto de lo artístico. Sin líneas definidas, sin patrones. Sólo la influencia del tiempo en lo vivenciado, en ese acto de amor que corporiza la comunicación entre los seres humanos. Así es “Alegorías de Tango”, la muestra que puede disfrutarse en el Museo Octavio de la Colina, en la que Nicolás Bustos reúne más de 30 obras como reflejo de sus más de 30 años de vínculo estrecho con el tango, al que le otorga esa visión política que promueve la armonía y la cooperación en contraposición al individualismo. Este delicado conjunto de trabajos del artista riojano recorre los años ‘90 del devenir de su historia personal, pero trasmigran al mismo tiempo la convicción de expresar su necesidad vital a través de la pintura, allí donde queda expresada también la importancia trascendental de recuperar la memoria y la identidad en la sociedad actual. Desde allí se para frente al mundo. Desde allí sienta sus bases y se afirma. Y un poco más: se reafirma.

“Más de lo que puedo ver del mundo y contar, no puedo hacer”, sostiene Nicolás Bustos a 1591 Cultura+Espectáculos. Frente a su obra, inaugura el decir que lo muestra siempre en su profunda claridad de pensamiento. “Se trata de mostrar lo que sos y a cada cual le puede gustar o no, no hay un propósito”, continúa. Y de inmediato agrega: “Tiene mucho que ver con lo que aprendí de (Antonio) Berni: lo primero que existe es el deseo. Amanecés, trabajás al modo que te sentís. Hay gente que sigue una línea por años y está bien, yo no puedo hacer eso”.

¿QUÉ RECONOCÉS EN ESTE CONJUNTO DE OBRAS DE TUS DESEOS, PRECISAMENTE?

Así como cuento la otra parte de la historia, la del campo de La Rioja, que es un tránsito de mi vida por ese tramo, con el tango, cuento el haber vivido en Buenos Aires 43 años, bailarlo, frecuentar los lugares; tengo muy adentro, metido como memoria las vivencias y por ahí tengo la suerte de poder contarlas.

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE EL TANGO PARA VOS?

El tango es una relación de tres minutos de entenderse con alguien con un lenguaje en común. La comunicación corporal lo es todo. Es un acto de amor, de confraternidad, que no tiene que ver específicamente con lo sexual; en algunos casos puede que sí, pero generalmente no. Cuando vas a bailar, vas a bailar, a sentir la emoción con otro o con otra. El tango tiene esa cualidad que es también la que tenemos con el folklore. El tango es un folklore urbano, está forjado por gente de pueblo, no viene de las clases altas. El tango nació ahí y luego lo incorporaron. Tiene que ver con el sentir humano. Los hombres del centro, la gente del centro baila casi en una, dos, cuatro baldosas. Al ser tan colectivo el baile, todo se achica. Y cuando te vas yendo para la General Paz, más para el interior de Buenos Aires, se empieza a abrir el abrazo. Hay modos, según el espacio que tenés.

¿ESO SE PUEDE TRASLADAR A OTROS ÁMBITOS, COMO EL NUESTRO? ¿O AQUÍ EN LA RIOJA EL TANGO SE VIVE DE OTRA MANERA?

Yo venía a dar clases de tango a La Rioja en los ‘90. Lo que notaba es que aquí los atrapa el escenario, como una salida laboral pintoresca, pero milonguear es otra cosa. Si te bajás del escenario y compartís la pista, tenés que modificar constantemente los movimientos porque estás con otros. Se trata de interactuar en lo colectivo, que es algo que nos cuesta tanto en este tiempo en el que el individualismo supuestamente triunfa. El tango tiene que ver con una visión política. Tiene un dato histórico que cuestiona lo que viene, porque hay una raíz metida ahí dentro. Me parece que esto de formar gente para que baile es insistir en que se ponga de acuerdo con el otro, que es distinto cuando hacés escenario, porque tenés que armar una coreografía y la repetís, y allí se pierde lo más espontáneo.

¿DE QUE ÉPOCA SON ESTOS TRABAJOS?

Son de los años ‘90. Empecé a aprender a bailar tango y me enloquecí. El tango es adictivo; es tan incierto lo que te va a pasar con cada persona, un diálogo corporal diferente con cada una. Entrás en esa vorágine y querés bailar todos los días, a toda hora. Al aprenderlo a bailar, tenía una pareja que era bailarina de tango y alquilamos en un conventillo en la Boca y trabajaba sobre motivos de tango, los exponía y en los intermedios hacíamos un show de tango. Estaba trabajando en ese ambiente y producía imágenes de tango. Un día me encontré con que, si podía entender el tango con el cuerpo, cantar era lo que me faltaba. Con los años se me cumplió también eso.

¿SOS CONSCIENTE DE LO INAGOTABLE DE TU OBRA?

Creo que eso tiene que ver con el origen de donde uno viene. La necesidad que crea esperanza. Siempre está, todo el tiempo. Esa necesidad es transferible a una expresión artística; así como necesitás un alimento, también necesitás del arte. Con las vivencias de Los Llanos, donde toda falta, entendés que la vida es una flor que te perfuma todos los días, que es un pétalo todos los días, que te estimula a que te levantes y que tenés mágicamente todo eso al alcance de tu mano. Si incorporás la disciplina para poder contar eso, es mágico.

LA ULTIMA VEZ QUE HABLAMOS HICISTE MUCHO HINCAPIÉ EN LO LÚDICO, EN EL JUEGO, ¿ENCONTRÁS ESO EN ESTA MUESTRA, EN ESTOS TRABAJOS?

Sigo manteniendo una relación con estos trabajos, porque además doy clases de tango. Vivo en La Rioja, pero en la memoria corporal tengo el tango puesto, va conmigo. Además, canto más tango que folklore. ¿Cómo te podés olvidar del sol de La Rioja?, es imposible; ¿cómo te podés olvidar de tus orígenes?, es imposible; ¿cómo te podés olvidar por dónde pasaste?, es imposible. Mientras necesitamos, queremos recuperar la memoria para saber quiénes somos, cosa que nos cuesta mucho en este tiempo. Cualquier payaso te obnubila y te lleva por un camino donde no estuvo nunca, los construye una cuestión mediática. Estuve exponiendo hace poco en Catamarca, con otras pinturas y fotos y a la noche canté en un bar muy lindo. Justo donde fui a exponer hay un museo; fue un revolcón de historia que se me vino a la cabeza con datos muy precisos, muy presentes, en todo sentido. ¿Podemos olvidar eso? Eso es lo que nos da identidad.

¿DE ALGUNA FORMA SENTÍS QUE ESTÁS HACIENDO UN RECORRIDO COMO PARA QUE TODO ESTO QUEDE? ¿PARA QUE VOS TAMBIÉN QUEDES?

El tema de los artistas es que tenés los aplausos y al otro día silencio. Mi sueño es tener un espacio a donde pueda meter toda la obra y que esté a disposición, un espacio por sí mismo, porque ya no soy yo, es la obra. Ojalá que alguien diga que la obra vale la pena, porque también hay que plantearse eso. Lo único que hice fue escribir toda mi historia. El único que jugó en esto soy yo, me la pasé jugando.

¿Y EN QUÉ LUGAR TE PARÁS HOY?

Al volver a La Rioja, el hecho de haberme ido a Anillaco fue como un retiro espiritual. Amanecía y sentía cosas que sigo sintiendo. El amanecer y la magia de que el sol te ilumine las cosas y te las habilite. Más arte que ese no puede existir. En este tiempo, con las plantas que brotan, que florecen, ¿qué más puede haber? Creo que eso me recuperó, y el contemplar también que tenía una historia construida. Las cosas se dan porque uno las busca, no es algo mágico. Ya empiezo a hacer el resumen de mi vida. Todo lo hecho y lo que voy a seguir haciendo, me da un piso. Me llevó mucho tiempo. Cuando tenés recorrido, te miran de otra manera, ya no sos el chango del barrio, pero tengo con qué responder.

¿CUAL ESPACIO SENTÍS QUE ES TU ESPACIO?

Anillaco es mi lugar, la ciudad es una oficina para mí. Anillaco es el lugar donde mi piel, mi cuerpo, mi sueño, mi descanso está acorde al espacio en el que existo. Amanecer y escuchar un pájaro te hace recuperar años de historia de vida. Es el movimiento en la constancia.

CUANDO VES ESTO, ¿HAY ALGUNA NOSTALGIA, ALGO QUE TE LLEVE A OTRO TIEMPO, A OTRO LUGAR DONDE TE GUSTARÍA ESTAR?

Con el tango tengo esa relación de tenerlo incorporado. Las ciudades me agotan; me siento afuera de eso. Mi necesidad en aquel tiempo era porque habitaba Buenos Aires. Ahora tengo un espacio abierto y no siento lo mismo. En el tango se da el fenómeno de recuperar el contacto humano con el otro; las ciudades son mucha gente, no se saludan, no se miran, no se conocen. Necesito del contacto, hablar con el otro. Con el tango me pasa eso. Son documentos de ese tiempo de mi vida, por donde pasé. Si me pusiera a trabajar sobre eso ahora, lo haría de otra forma por mis características y porque soy otro. Estoy en un tiempo de agradecer.

FICHA DEL ARTISTA

NICOLÁS BUSTOS NACIÓ EN 1951 EN LA RIOJA. REALIZÓ TALLERES DE PINTURA CON MIGUEL DÁVILA (1971/72), DE GRABADO Y PINTURA CON ANTONIO BERNI (1972/81), DE FOTOGRAFÍA ARTÍSTICA CON EMILIO FERRARI (1973). SE RECIBIÓ DE MAESTRO NACIONAL DE DIBUJO EN LA ESCUELA DE BELLAS ARTES MANUEL BELGRANO, DE CAPITAL FEDERAL (1974).

RECONOCIMIENTOS: FAMATINA DE PLATA, OTORGADO POR LA DIRECCIÓN DE CULTURA DE LA MUNICIPALIDAD DE LA RIOJA (2000), RECONOCIMIENTO LEGISLATIVO PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS, DE LA PROVINCIA DE LA RIOJA POR SU DESTACADA TRAYECTORIA EN EL CAMPO DE LA CULTURA (2001).

REALIZÓ ESCENOGRAFÍAS PARA ESPECTÁCULOS TEATRALES EN BUENOS AIRES, BAJO LA DIRECCIÓN DE ANTONIO BERNI (1978/94). ELABORÓ VARIOS MURALES EN BUENOS AIRES, ALGUNOS CON ANTONIO BERNI (1972/95). PARTICIPÓ EN NUMEROSAS MUESTRAS COLECTIVAS EN BUENOS AIRES, LA RIOJA, ESPAÑA Y ECUADOR. RESTAURÓ LOS MURALES DE LA CÚPULA DE LAS GALERÍAS PACÍFICO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES BAJO LA DIRECCIÓN DE ANTONIO BERNI (1978), DEL CENTRO NACIONAL DE LA MÚSICA EN BUENOS AIRES (1994) Y DE LA CASA DE SAN LUIS EN BUENOS AIRES (1997). DESDE 1990, VIAJA A LA CIUDAD DE LA RIOJA PARA BRINDAR SEMINARIOS DE TANGO DANZA.

RADICADO EN ANILLACO DESDE 2013, DIRIGE LA PAREJA DE TANGO LA YUNTA Y DICTA TALLERES A LOS ALUMNOS AVANZADOS EN EL CENTRO DE ANIMACIÓN SOCIO CULTURAL LOS MOLINOS. INTERVINO COMO JURADO DEL SALÓN REGIONAL DE PINTURA LA RIOJA–NOA, ORGANIZADO POR LA SECRETARÍA DE CULTURAS (2017).

PARTICIPÓ EN EL MUSEO OCTAVIO DE LA COLINA EN LA EXPOSICIÓN DE PINTORES PAISAJISTAS RIOJANOS “EL CIELO EN LOS OJOS” CON SUS FOTOGRAFÍAS EN DIÁLOGO CON LAS OBRAS EN AMBAS ALAS DEL MUSEO (2018).

COMO CANTOR: GRABÓ EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES UN CD DE TANGOS, INTEGRANDO EL DÚO DOBLE B CON EL GUITARRISTA FEDERICO BARBER (2011). EN DICIEMBRE DE 2017, GRABÓ E ILUSTRÓ EL CD DE TANGO Y FOLKLORE PAR EN PAR POR LA LEY DEL DISCO DEL GOBIERNO DE LA RIOJA, CON ARREGLOS Y DIRECCIÓN MUSICAL DE LUIS CHAZARRETA Y LA INTERVENCIÓN DE LOS MÚSICOS RAMIRO REIDEL, GUILLERMO PEREYRA, JULIÁN MULLER, FACUNDO FLORES, RODRIGO GAETAN Y MANUEL FIGUEROA.

Nicolás Bustos
Nicolás Bustos

“ESTOY EN UN TIEMPO DE AGRADECER”, AFIRMA NICOLÁS BUSTOS A 1591 CULTURA+ESPECTÁCULOS Y FRENTE A UNA PARTE SUSTANCIAL DE SU OBRA. Y EN TIEMPOS DE AGRADECIMIENTOS, EL ARTISTA NO DEJA PASAR POR ALTO SU GRATITUD CON EL GOBERNADOR RICARDO QUINTELA, CON LA INTENDENTA INÉS BRIZUELA Y DORIA, CON FLORA GÓMEZ, CURADORA DE “ALEGORÍAS DE TANGO”, Y CON EL MUSEO OCTAVIO DE LA COLINA.

ARTE MUESTRA NICOLAS BUSTOS MOC

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