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THE VERVE: "URBAN HYMNS"

En el cenit del britpop de los años ’90, la banda inglesa definió una era con un álbum icónico. Este trabajo no solo consolidó su estatus como una de las agrupaciones más influyentes de la época, sino que también elevó el estándar del género con himnos emotivos y una fusión magistral de indie-rock, psicodelia y pop.
Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

Por Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

Para 1997 la escena del Britpop mostraba una especie de efecto meseta luego del boom inicial que se generó en los años anteriores, como así también en buena parte de la música inglesa, que así y todo seguía teniendo puntos muy álgidos en Blur, que editaba su trabajo homónimo que estaba fuertemente influenciado por el indie americano, en Radiohead que sorprendía a todos con su obra maestra “Ok Computer”, o Pulp que se inclinaba hacia un sonido mucho más maduro en lo que luego se convertiría en “This Is Hardcore” en el siguiente año, y también en Oasis que por ese entonces eran la banda británica más grande y que venían de demostrarlo en los legendarios conciertos de Knebworth del verano anterior y que además se encontraban lanzando su álbum “Be Here Now”, y como si fuera poco también estaba el indie-pop/rock inglés que seguía teniendo una gran aceptación.

En ese contexto, el 30 de septiembre de 1997, The Verve lanzaba al mercado “Urban Hymns” que terminaría siendo su obra cumbre y con la cual serían por siempre recordados, con todo lo que ello implica. Lo particular del álbum es que además de ser un memorable conjunto de canciones que se extendían durante mas de sesenta minutos, su sonido casi sin proponérselo seguía estando ligado a la tendencia todavía vigente en aquella época que si bien se había asentado en la industria musical, todavía estaba muy lejos de caducar. El álbum se mostraba fresco e inspirado, ya que por un lado tomaba lo mejor de sus trabajos anteriores, “A Storm in Heaven” del 93 y “A Northern Soul” del 95 (que si bien habían sido recibidos positivamente por la crítica y el público, tenían un sonido bastante oscuro, que mezclaba shoegaze, indie-rock, dream-pop, space-rock), y por el otro Richard Ashcroft y compañía le otorgaban nuevos matices a su sonido ampliándolo y jugando con elementos de la psicodelia y el pop, y eso era lo adictivo de la propuesta ya que desafiaba al oyente con su alto nivel compositivo, al tiempo que nos entregaban verdaderos himnos de estadio.

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El álbum abre con la archiconocida “Bitter Sweet Symphony”, una de las mejores canciones de los noventa y convertida casi instantáneamente en clásico por su calidad intrínseca, y por su icónico videoclip en el que Ashcfroft avanzaba imparable por grises calles inglesas, al tiempo que también atravesó cierta polémica que duró hasta 2019 donde tuvieron que incluir a Mick Jagger y Keith Richards en sus créditos y junto al mismo Ashcroft, ya que ésta solo incluía un sampler de la versión orquestal de la canción “The Last Time” de The Rolling Stones, tiempo después el líder de The Verve declaró en forma muy irónica que los Stones deberían ponerse contentos de figurar en la mejor canción que compusieron en los últimos veinte años. Además de la mencionada, “Urban Hymns” incluye canciones verdaderamente irresistibles que se convertían en singles bellísimos de formato casi acústico, como por ejemplo “Sonnet”, “The Drugs Don’t Work” y “Lucky Man”, y otras más voladoras como “Space And Time” y “One Day”.

Y también estaban incluidos otros tracks que reflejaban el ADN inconfundible de la banda, como en los maravillosos siete minutos de la psicodélica “The Rolling People” o los más de seis minutos de “Catching The Butterfly” ambas de un nivel sublime, en tanto que otras como “Weeping Willow” y “Velvet Morning” parecían ejercer como una especie de bisagra entre ambos mundos, generando un equilibrio hipnótico altamente adictivo.

Por otra parte, “This Time” aparece como un elemento distinto del compendio de canciones del álbum en cuanto a su construcción pero cuyo resultado es verdaderamente excelso y volador, en tanto que “Come On” llega como una combinación de euforia y consistencia para cerrar de una manera grandiosa la placa que tras seis minutos de silencio, da paso a “Deep Freeze” que es un hidden track instrumental y experimental de carácter etéreo y volador.

El gran acierto de este trabajo discográfico fue que mostraba uno sonido distinto y original pero que no traicionaba sus propios orígenes de Manchester, incluso subía el nivel y lo mejoraba, sumado a esto aparecía la imponente presencia interpretativa de Richard Ashcfroft a lo largo de todo el LP, derrochando carisma, seguridad en sí mismo y también una arrogancia que remitía a su colega y amigo Liam Gallagher de Oasis, al tiempo que lo posicionaba además como uno de los mejores discos del britpop que aún a la fecha se siente fresco, sublime y atemporal demostrando el altísimo nivel con el que fue creado.

En definitiva podemos afirmar que “Urban Hymns” fue el punto más alto en la carrera de The Verve que los llevó a la escala global y les dejaba el camino prácticamente allanado para conquistar a las masas, paso que no pudieron o no supieron dar, ya que luego de la respectiva gira la banda se disolvió en 1999 y su separación duró hasta que en 2008 pudieron resolver momentáneamente sus diferencias y entregar otro álbum brillante como “Forth” pero que no tuvo el crédito que merecía, luego de esto se separarían nuevamente para no volver hasta la fecha.

Como nota de color, el 23 de mayo de 2019 Richard Ashcroft publicó en su cuenta de Twitter que la banda The Rolling Stones regresó los derechos de Bitter Sweet Symphony a The Verve.

Hasta las próxima.

A LA ESCALA GLOBAL

ARTISTA: THE VERVE

ÁLBUM: URBAN HYMNS

FECHA DE LANZAMIENTO: 29 DE SEPTIEMBRE DE 1997

DURACIÓN: 67:42 MIN.

PRODUCCIÓN: CHRIS POTTER - THE VERVE

SELLO DISCOGRÁFICO: VIRGIN RECORDS

MUSICA THE VERVE URBAN HYMNS
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