Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
1591 Cultura + Espectáculos LA MIRADA SOBRE EL MUNDO

¿Y si dialogamos para vivir y no para sobrevivir?

Amar es una construcción, ¿o es qué nos olvidamos de ello? El amor es el único aditamento que tiene el poder de ponernos en un lugar distinto.
María del Pilar Carabús

Por María del Pilar Carabús

Supervivencia debiera llamarse nuestro planeta, reconociendo como hemos dejado que empobrezcan todo un ecosistema como si fuéramos títeres desvalidos, ya no levantamos nuestras manos para hacernos valer, no. Hoy ingerimos anestesia digital, en breve aniquilaremos el dolor que nos permite sentir, frustrarnos, crecer, transformarnos.

Amar es una construcción, ¿o es qué nos olvidamos de ello? El amor es el único aditamento que tiene el poder de ponernos en un lugar distinto.

¿Cómo pretendemos aunar a los hermanos Judíos y Musulmanes si no hay diálogo? Muerta la narrativa, una post narrativa de algoritmos artificiales crece, plagiando hasta nuestros propios pensamientos. Digamos que los programadores algo hicieron mal, porque ni siquiera son capaces de generar un nuevo paradigma que no destruya sino que «construya». ¡La nueva cosmovisión es pensar que podemos alejarnos de la muerte acumulando capital!

Políticos, empresarios, medios, influencers impartiendo un mensaje vacío, que solo mata lo que supo ser un sentido de vida, claro la anestesia digital (repito) es universal, ayuda al negocio de los laboratorios a seguir con el adormecimiento existencial, aunque ella es más peligrosa, pues nos aleja del afecto real, ese… ¿se acuerdan… el de involucrarse a través de todos los sentidos con otro ser vivo?

En breve seremos seres ahogados de amor propio, incapaces de amar a otro, por ende incapaces de reconvertir nuestra esencia.

Hoy sobrevivimos, nuestra memoria perdió el sesgo de honrar la vida, se deshidrataron nuestras ideas, estamos mareados por un bombardeo sistemático.

Sobreviven aquellos Latinos que se alistan en la armada Americana a cambio de su preciada green card, sobreviven los migrantes usados por las mafias y los negocios geopolíticos. Sobreviven a metros de la elegante Beverly Hills, miles de seres en motorhome que ensucian la imagen del Estado Californiano con su indigencia (según dicen sus legisladores), ellos están fuera del sistema en “el sistema más poderoso del planeta”. Sobreviven los niños mutilados en la India, sobreviven los artistas que aún creen. Sobrevive casi todo ciudadano del mundo que trata de encajar en un modelo perverso que nos está llevando al abismo emocional.

¿De quién habrá sido la idea de crear un sistema donde somos unidades económicas y no seres humanos?

Fritz Lang en su obra Metrópolis de 1927, película de culto del expresionismo Alemán, describe una sociedad dividida en dos partes, una élite que disfruta de los placeres de vivir en la superficie con sus lujos, a costa de toda una población que funciona como mano de obra para mantener la “idílica metrópolis”, cuya vida transcurre bajo tierra en diferentes subsuelos construidos como cárceles.

Existe una gran fantasía sádica en los grandes gobernantes y núcleos de poder, una gran fascinación por someter a un otro (beneficios ocultos a la orden del día).

El aburrimiento de quiénes obtienen todo, no permite sublimar las pulsiones sexuales en un camino sano, la mayoría de ellos desconoce lo que significa vivir en plenitud, jamás construyeron nada en sus vidas paso a paso.

Hoy más que nunca la pregunta es: ¿Por qué pretenden acelerar un proceso de despersonalización absoluta?

Luego de ser masacrados

Por nuestros propios pasos

Se prende una luz

La contingencia

Aporta su ritmo

Un sonrisa a los lejos

Declara su amor

¿Lo declara verdaderamente?

Pretendemos mostrarnos como seres civilizados con los numerosos avances tecnológicos, pero no somos capaces de tender un puente de diálogo en cada nueva Guerra que se suscita.

Señores y señoras no son choques religiosos, culturales, es un destierro sistemático de cada uno de nosotros, las herramientas son las armas, el verdadero trasfondo somos nosotros como una masa anónima paralizada.

Basta mirar cómo se fueron adaptando las diferentes etnias en todo el territorio, incluidos judios, musulmanes, budistas, católicos, ateos, agnósticos, arios, afro, arios, blancos, asiáticos, europeos, latinos, heterosexuales, pansexuales, especie animal y vegetal. La lista de rótulos y significantes absurdos es interminable.

Seres invisibles nos llamamos, dejamos que jueguen los núcleos de poder.

El Diálogo ha desaparecido, hace unos días el primer ministro de Reino Unido Rishi Sunak, le pidió la renuncia a Paul Bristow uno de sus diputados, por pedir que cese el bombardeo a la franja de Gaza.

Acá no hay buenos y malos, existen personas que no tienen protección alguna, porque claramente existe una economía que se lleva puesto todo ser llamado humano, de un lado y del otro, porque decididamente no tenemos la menor idea de cómo lograr la paz, menos un consenso, menos dejar de pelear por unos u otros.

Hoy solo entendemos sobre armamento de última generación.

Recordemos que solía existir un matriarcado en la época prehistórica paleolítica, regida por una autoridad basada en mitos, que reconocía el alma en todos los seres, fenómenos y objetos de la naturaleza. Tiempo después, más precisamente en el siglo XVIII se convierte la misma en la doctrina médica de Ernst Stahl, médico y químico alemán que considera el alma como principio de acción de todos los fenómenos vitales, tanto en los estados normales como en los estados patológicos.

Terminada esta era comienza un patriarcado que elimina por completo la figura femenina, sabemos que el establishment y su compendio de decisiones está en manos exclusivamente de hombres, aunque se pretenda colorear escenarios con algunas figuras femeninas, y nos cueste reconocerlo, somos decorado.

Las armas del poder falocéntrico no se dejan permear por la suavidad del género femenino, toda apuesta de igualdad hoy no es tal. Según las estadísticas en 200 años existirá quizá una igualdad de derechos entre ambos sexos. De tal apreciación no estimo sea la mujer parte activa de las decisiones, o dueña de grandes holdings empresariales. La calidez y amorosidad de una mente femenina es vital en esta agresiva contienda masculina.

Lacan hablaba de los fantasmas -fantasías-, la economía hoy es un desplazamiento simbólico de ello. Estamos hambrientos de poder, prima el falo, el dinero es la síntesis de estos componentes. Como sujetos estamos comprimidos entre el discurso científico y el discurso capitalista. Nosotros tenemos que ser capaces de elaborar lo que hacemos, no de empezar a matar como si fuera un deporte territorial, estamos en el año 2023.

Existe hoy en día una crueldad innecesaria en cada rincón, porque no tenemos figuras que intercambien amor, sino todo lo contrario.

Deberíamos llamar a Jesús, ponerle un traje, pagarle un sueldo de conciliador, quizá el como judío-cristiano logre algo por aquellos territorios o mejor dicho por estos, o quizá en su coherente delirio místico pueda darnos un discurso creativo de UNIÓN.

Los medios defienden como niños, unos u otros, muchos a título personal, otros a título corporativo, en lugar de llamar a un filósofo-historiador que nos dé una mirada de benevolencia hacia pueblos que deben estar unidos. Un profesional de la psicología, de la comunicación, la semiótica, el coaching que les explique por donde ir…

Masacrarse no es la respuesta, ni nunca lo será, aunque haya muchos que disfruten de ello, no se tomaron el trabajo de elaborarse.

¿Acaso no nos arrepentimos de la quema colateral de la biblioteca de Alejandría en el año 391?

Justo cuando Julio César quemaba sus naves. Fueron esos mismos fanáticos los que 25 años después mataron a Hipatía, la mujer más lúcida de la antigüedad.

Rivalidad y no encuentro es lo que sucede, por eso estamos todos distanciados, parejas, partidos, instituciones, razas, países, culturas. La represión nos va matando, el intento de falsa libertad de un mundo de aplicaciones, es sólo otro método de control, nada tiene que ver con LIBERTAD.

Sí los caballeros fueron capaces de generar tanta tecnología, de crear drones con capacidad para eliminar cientos de seres humanos, ¿por qué no empiezan de una vez por todas a concientizar sobre el imperativo armado de una agenda, un proyecto común de cooperación, colaboración, de reestructuración de paradigmas que dignifiquen esta existencia?

La denigración de nuestro ecosistema carece de sentido, nos lleva al abismo. Como dice Luisa Kremer, primero debemos reconocer nuestra ambivalencia, el odio y amor que tenemos dentro, no negar lo que nos constituye. Somos un mar de sentimientos opuestos. Reconocer, entender al otro, porque claramente estamos todos desamparados. Rescatar el sistema educativo es clave para hacer resurgir nuestro lenguaje, nuestro vocabulario, que viene muriendo por el uso de la redes, nos cuesta describir emociones, se nos empobreció el alma.

En medio de un golpe devastador a la comunicación real con las personas, establecer el hoy invisible “Affectio Societatis” es primordial para desarrollar una construcción lingüística que nos empodere, porque así como la palabra cura también enferma.

El desplazamiento del juego sensorial nos distancia, debemos entender que el afecto necesita un cuerpo y otro afecto, un corazón necesita otro corazón.

La tecnología es un paraíso hecho para deshacer el entramado psicoafectivo, una fantasía que promete algo que nunca llega a concretarse. En ese falso mundo de posibilidades, nunca llegamos a SER verdaderamente, porque no se consuma un vínculo físico sostenido en el tiempo. “Según Marcuse, la mecanización ha restado libido a ciertas actividades de la vida que él entiende como erotizadas, en el sentido de portadoras de la marca de Eros en tanto pulsión de vida. Con la mecanización se ve deserotizada toda una dimensión de la actividad humana y el universo de la catexia libidinal se reduce”. Ante tanta degradación, vayamos a rescatar modelos de esperanza, la corriente del Bauhaus, Escuela que en 1919 trás una Alemania dinamitada por la Primera Guerra Mundial, que nace de la mano de Walter Gropiuos, para reformar la Sociedad Alemana a través del arte, la arquitectura, el diseño y las artesanía (incluido lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico). Bauhaus fue literalmente “la casa de la construcción”, un compendio de ideas innovadoras para un nuevo mundo, para un nuevo hombre que no puede ser igualada por ninguna institución educativa. Se quería allí en ese espacio crear un hábitat amable, cálido, contenedor, fue una idea que se plasmó durante 14 años en muchos lugares, que luego se trasladó al mundo como concepto unificador, pacificador filosófico. Generar con nuestros propios recursos una manera de vivir. Uno de sus principales lineamientos, la forma sigue a la función, un objeto debe ser ante todo útil, asequible. Aunar la belleza con la función. Fueron parte de esta maravillosa revolución pluralista, Ludwig Mies van der Rohe, Josef Albers, Wassily Kandinsky o Paul Klee. Hasta el día de hoy grandes ciudades como Chicago, Hong Kong, Río de Janeiro y tantas más, utilizan como elemento social sus directrices. En las favelas de Río de Janeiro se crearon muchos centros deportivos para incluir en el deporte a sus habitantes, alejándolos de la droga, políticas sociales que dan frutos. Su espíritu humanista, social, con fuertes valores democráticos de vanguardia y una educación integrada a la comunidad.

Walter Gropious nos decía: “Este mundo de diseñadores y decoradores que sólo dibujan y pintan debe convertirse de nuevo en un mundo de gente que construye”. “La creación y el amor por la belleza son elementos primordiales para la felicidad. Cualquier persona o civilización que niegue esta verdad básica, que articula el alfabeto visual, no tendrá perfiles claros y sus manifestaciones no llegarán a deleitarnos”. “Tengo para mí que todo ser humano es capaz de concebir la forma. El problema no me parece en modo alguno la existencia de la capacidad creadora, sino y en mayor grado, el hallar la clave que la ponga en libertad”.

Siempre hay tiempo para optar por opciones que le devuelvan un latir decente a nuestro corazón, y un flujo sanguíneo digno de gratificación.

LA AUTORA

MARÍA DEL PILAR CARABÚS. ABOGADA, ESCRITORA, COMUNICADORA, MBA “ESPECIALISTA EN DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHOS HUMANOS” (MINORÍAS Y GRUPOS VULNERABLES) UNIVERSIDAD DE BOLONIA, ITALIA.

LA MIRADA SOBRE EL MUNDO

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso