"Entendemos por discursos de odio a cualquier tipo de discurso pronunciado en la esfera pública que procure promover, incitar o legitimar la discriminación, la deshumanización o la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de la pertenencia de las mismas a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social", dijo Ezequiel Ipar desde el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos (LEDA).
Y agregó que son discursos que, "de modo frecuente, generan un clima cultural de intolerancia y odio y, en ciertos contextos, pueden provocar prácticas agresivas, segregacionistas o genocidas en la sociedad civil".
Desde LEDA investigaron indicadores sobre el discurso de odio (DDO) en la esfera digital argentina a partir de una investigación realizada sobre 3.140 casos relevados en mayores de 16 años, entre el 27 de noviembre 2020 y el 3 de febrero 2021.
Entre los datos más significativos de la investigación se destacó que:
El índice DDO se construyó a partir de tres discursos circulantes: uno racista con connotaciones segregacionistas muy fuertes, otro crítico de las posiciones ideológicas que discriminan al colectivo LGBTIQ+ y un tercero, deshumanizador hacia los extranjeros.Respecto a la variable edad, detectaron y calificaron de "llamativo" que los millenials (24-40 años) son los que registran mayores grados de acuerdo y disposición a emitir o replicar discursos de odio, con un 31,1%, y que en un 51% los desaprueben. La Generación X (41 a 55 años) la aprueban en un 25,5 por ciento de los casos consultados, y los desaprueban en un 55,3%. Las puntas de aprobación y desaprobación las detenta la generación de los Baby Boomers (56 a 74 años), con un 19,6 y 64,3%.El índice de DDO por nivel educativo reveló que el 30,1% de la población con secundario incompleto es la que más aprueba o utiliza el discurso de odio, mientras la que más lo rechaza, un 68,2%, es la que tiene formación de posgrado completo.Por índice de ocupación, un 33,4% de quienes son empleadores o dueños de empresas son los que más promueven discursos de odio, y quienes más lo desaprueban, un 61% de los entrevistados, son cuentapropistas o trabajadores independientes.
Estudio: millenials y mayores de 75 años, los propagadores del discurso de odio
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