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La producción artística en el aprendizaje, una mirada desde psicopedagógica

El escritor y crítico de arte británico John Berger nos dice “para el artista, dibujar es descubrir”. Comienzo con esta frase, ya que considero que es representativa no solo del ámbito artístico, sino que también refleja y representa al proceso del aprender.
En la psicopedagogía, entendemos al aprendizaje desde una mirada amplia y compleja, que no se circunscribe solo al aprendizaje escolar. La autora Norma Filidoro lo define como un proceso de apropiación de conocimientos, esto implica desde un punto de vista subjetivo la incorporación de significaciones y objetos novedosos, algo que el autor André Green denomina “función objetalizante”, esta función es una actividad creadora y vivificante para el psiquismo humano.
Green, define a estos procesos creadores, como procesos terciarios, reflexivos, re-significativos y deconstructivos. Acentuando la categoría de lo posible que surge a partir de lo dado, planteando la existencia de sujeto creador.
Desde la psicopedagogía, buscamos desarrollar espacios creadores, que amplíen el abanico de posibilidades de los sujetos, en donde cada uno pueda dejar su huella subjetiva y en estos espacios elaborar y re-elaborar significaciones y representaciones. Las intervenciones mediadas por el arte brindan la posibilidad de imaginar, expresar, experimentar, sintetizar, elaborar, es decir que cada sujeto se haga autor de su obra y con ello dejar su propia huella que los identifica. Desde siglos anteriores los artistas han buscado dejar su impronta en sus obras, desde los pintores realistas que expresaban su perspectiva sobre ciertas cuestiones sociales y la realidad histórica, pintores como Van Gogh y postimpresionistas que mediante la exaltación del color buscaban representar la expresividad de las cosas o los fauvistas, un movimiento artístico efímero pero con una gran impronta subjetiva en sus pintores, los cuales mediante el color plasmaban sentimientos y emociones.
Todo arte según Hanna Segal está cargando de elementos simbólicos que se entrelazan en una composición artística equilibrada que impacta sobre el sujeto creador. Es así que el acto artista se vuelve en un acto de inteligencia en el humano, ya que cuando el sujeto dibuja pone en juego nociones de espacialidad, irá desarrollando nociones de forma y composición de colores, experimentando con diferentes texturas, combinando técnicas, relacionando elementos. Como así también posibilita la toma de decisiones, la anticipación, organización, planificación, inhibición de impulsos, posibilidad de síntesis, atención, percepción, coordinación viso-motora, etc. Sara Paín nos dice que las operaciones puestas en juego son las mismas que en lengua y matemática.
La autora Adriana Farías plantea que cuando un sujeto dibuja, pinta o construye está trabajando con conjuntos y subconjuntos, experimenta con las relaciones causales entre representación y apariencia y su desarrollo no es pasivo sino constructivo.
Desde las teorías de las inteligencias múltiples de Gardner, la expresión gráfica favorece un tipo de inteligencia llamada visual-espacial, que consiste en formar un modelo mental del mundo en tres dimensiones y tiene relación con la capacidad de percibir imágenes internas y externas, recrearlas y transformarlas, producir o decodificar información gráfica, percibir de manera exacta el mundo visual-espacial y ejecutar transformaciones sobre esas percepciones. Corman plantea que el dibujo es un vehículo de expresión de la inteligencia, la afectividad y el modo de representar la que nos rodea.
El rol del psicopedagogo en talleres de arteterapia permite habilitar espacios para que las obras de los sujetos sean autorizadas, si bien el dibujo actúa como un vehículo para lo psíquico, el accionar del psicopedagogo es fundamental, el mismo implica un estar disponible para el sujeto, mirarlo, escucharlo, habilitarlo para el aprender, configurando espacios de confianza y resguardo.
“La obra de arte es un ser de sensación que existe entre sí” nos dice Deleuze, mediante la intervención que tome como centro la expresión gráfica permitirá crear, elaborar aquello no pensando hasta el momento, generándose un momento íntimo entre el artista y la obra, que permitirá aparecer eso que es propio, aquello que lo identifica y además deja huellas existentes en sí mismas.
LA AUTORA
LICENCIADA EN PSICOPEDAGOGÍA MP 336 EGRESADA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA RIOJA. PROFESORA DE DANZAS, DIBUJO Y PINTURA, EGRESADA DE LA ESCUELA MUNICIPAL DE DIBUJO Y PINTURA DE LA LOCALIDAD DE OLTA, REPRESENTACIÓN CORRESPONDIENTE AL CONSERVATORIO FRACASSI. ESTUDIANTE RESIDENTE DE 4TO AÑO DEL PROFESORADO DE BIOLOGÍA DR. ARTEMIO MORENO DE LA LOCALIDAD DE OLTA. INTEGRANTE DEL EQUIPO TERAPÉUTICO DEL CENTRO INTEGRAL “RECREANDO TERAPIAS” DE LA CIUDAD DE CHAMICAL.

Autor: Lic. María Fernanda Becerra Rivero|
PSICOPEDAGOGIA ARTE APRENDIZAJE

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