Tras la expedición que marcó un hito científico y tecnológico que permitió descubrir 40 nuevas especies marinas y una diversidad inesperada en corales de aguas frías en el cañón submarino Mar del Plata a una profundidad de 3.900 metros, en pocos días una nueva expedición zarpará hacia las profundidades del Mar Argentino.
Después de su paso por Uruguay, el buque Falkor (too) del Schmidt Ocean Institute retornará a aguas argentinas el 30 de septiembre para estudiar el sistema de cañones Bahía Blanca, ubicado frente a la costa de Viedma, en la provincia de Río Negro, y luego avanzar hacia los cañones Almirante Brown, frente a Chubut.
Con el respaldo del Schmidt Ocean Institute y financiamiento de la Fundación Williams, el Servicio de Hidrografía Naval (SHN) –dependiente del Ministerio de Defensa– es la entidad que lidera esta nueva campaña en el Atlántico Sur, de la que participan el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y varios institutos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Esta nueva campaña de exploración oceánica transmitirá en vivo desde el fondo del mar a 500 kilómetros de las costas de Viedma y Rawson, entre el 30 de septiembre y el 30 de octubre.
De esta manera se explorarán por primera vez los enigmáticos cañones submarinos en dos regiones geográficas de particular interés para la comunidad científica.
La expedición será liderada por la oceanógrafa Silvia Romero, investigadora del SHN y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos (DCAO) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“La Corriente de Malvinas tiene influencia a lo largo de todo el talud. Lo sabemos por modelos numéricos y observaciones, pero ahora tenemos la oportunidad de investigar, in situ, cómo interactúa con los cañones submarinos del margen continental. Ahora bien, estos dos cañones, a diferencia del de Mar del Plata, donde se realizó la expedición anterior, no son ciegos, sino que inciden sobre el margen superior, justo donde termina la plataforma y se inicia el talud. Nuestra hipótesis es que tienen un impacto decisivo al facilitar el intercambio de aguas de la Corriente de Malvinas”, explicó Romero al Servicio de información sobre ciencia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Con una larga lista de instrumentos, Romero y su equipo realizarán diversos estudios y mediciones con la tecnología que ofrece el Falkor (too), por ejemplo, el ROV SuBastian operado desde el barco, y también otro vehículo submarino autónomo.
Otro importante instrumento que se va a utilizar, aportado por el SHN, es una boya oceanográfica equipada con distintos sensores meteorológicos que quedará fija en un lugar y captará la velocidad de la corriente en cada estrato desde la superficie hasta el fondo, la temperatura y otros parámetros. Además, se arrojarán en puntos específicos una serie de boyas derivantes que llevan un GPS para calcular cómo se va modificando el rumbo de las masas de agua más superficiales.
Estas mediciones se completarán con la recolección de especies planctónicas mediante redes diseñadas a tal fin.
Se viene una nueva expedición que explorará cañones submarinos de Chubut y Río Negro: cuándo empieza
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