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Cultura Relatos

Los puntos cardinales

"...En un porvenir cercano, sobre una inmensa red desplegada por el mundo, utilizando la señal que permite la norma de datos, en milisegundos de conexión y con precisión milimétrica, un pequeño prodigio de la ciencia emitirá una señal de localización

Por MIGUEL NÚÑEZ

En los próximos días los restos de los satélites fuera de control seguirán cayendo sobre la Tierra. En las jornadas venideras un hombre que lleva el frío en su adn atenderá a los santos del hielo cuando el aire polar amenace sus cosechas y lo devuelva a los abrigos. Un rayo se desplomará sobre un océano estanco y los peces brillarán en el agua pero seguirán vivos. 

Cinco siglos después de que Leonardo diseñara su ornitóptero, en un sitio muy distante de su taller en Florencia, un espectáculo de aparatos voladores iluminará el cielo de una tribu de indios sobre la selva.A 284 millones de kilómetros de distancia un helicóptero sobrevolará el planeta rojo. Junto al filo de una luna creciente lloverán las líridas de abril en el espacio. Un niño observará la escena levantando la vista hacia el oeste.

Próximamente, una ciclogénesis explosiva sobre una borrasca cambiará el clima de una península y el antiguo rey de esas comarcas se tenderá en su oasis desértico por última vez. El mercado global seguirá de cerca la bajante de los ríos que limita la capacidad de carga de los barcos que salen con su cargamento del up river.Caerá el precio de las acciones en las bolsas de comercio y aumentará el precio del pan y del hambre. 

Una mañana cualquiera llegará un viajero desde el año 2582 para anunciar el descubrimiento de un planeta dentro del sistema solar exactamente igual a la Tierra.La fe pública no necesitará pruebas, ni pedir un examen, y su sola palabra será suficiente. 

Así el mundo entrará en tres días de oscuridad y toda iluminación que no provenga del sol y otras estrellas se apagará. Sólo el cielo y los poetas tendrán luz propia. Y en algún rincón olvidado del planeta alguien inhalará gotas microscópicas de un virus mortal.

En los días sucedáneos, en un periodo prudencial, antes de que la brevedad se agote por completo, los mecanismos de protección serán pájaros mojados sobre las ramas de los árboles secos. La necesidad será extensiva a los cementerios.Las administraciones apelarán a la unidad y al compromiso con la investigación de los agentes sociales y el sector privado buscando aportes a la solución de la crisis. 

Los gobiernos de todo el mundo lanzarán campañas de información oficial, darán conferencias de prensa diarias, habrá planes de comunicación y cruzadas institucionales para manejar la emergencia. Seguirán las restricciones dispuestas. Se mantendrá el toque de queda tras el estado de alarma y en las instalaciones de un laboratorio se inoculará la primera dosis del miedo. Los mandatarios emitirán autorizaciones de emergencia para aprobar el uso de nuevas vacunas.

La transición ecológica, la transformación digital, y el capital humano brindarán a la salud de los muertos. La investigación, el desarrollo y la ciencia darán una función de gala en homenaje a los mártires. Acabará el sueño de veranos cálidos sobre las costas de junio y enero. La letalidad y la desgracia se concentrará en una última copa de vino.La esperanza seguirá siendo una estadística.

En un porvenir cercano, sobre una inmensa red desplegada por el mundo, utilizando la señal que permite la norma de datos, en milisegundos de conexión y con precisión milimétrica, un pequeño prodigio de la ciencia emitirá una señal de localización constante.Una mujer sumergirá en una fuente de agua un libro que seguirá funcionando a la perfección y nunca dejará de perder efectividad. 

Tal y como he recordado, las grandes lecciones de la historia serán archivadas en los museos. Los momentos más difíciles serán expedientes. Al incremento de la ansiedad, la preocupación y la reducción de la movilidad, sobrevendrá el compromiso a la hora de afrontar la superación, las regulaciones, los empleos esenciales, la incidencia acumulada, los planes de recuperación, las comunidades autónomas. Y seguirán los árboles dando sus frutos.

Durante los futuros meses, he dicho, será homologado un árbol de flores azul violáceas. Se tallará un puñal en el acero, se bordará una rosa en la carne, se cavará una tumba en el suelo. En una luna del planeta más antiguo del sistema solar se encontrarán mares de agua debajo de la superficie.

Dentro de algunos años, a pocos grados de altura sobre la línea del horizonte, muy cerca del lugar donde se pone el sol, los astrónomos observarán hacia el suroeste en cuanto anochezca para descubrir dos puntos luminosos casi pegados, uno encima del otro, anaranjado brillante arriba, amarillo pálido debajo. Las mismas conjunciones repitiéndose en intervalos de tiempo confirmarán principios básicos en el universo.

Solo hará falta tener un buen panorama, totalmente despejado, buscar un lugar sin nubes, sin montañas y sin edificios, para explorar mundos helados. Para examinar un mar que fue testigo de la evolución de antiguas civilizaciones secándose de arena y playa, de crustáceos y mariscos, de sal y de piedras. Para contemplar el combustible de los aviones derramándose sobre las catedrales góticas y los bosques de pinos.

Llegará el momento que un gran ojo transformará nuestra visión del cosmos. Un gigantesco espejo será capaz de observar el resplandor de las primeras estrellas que brillaron en el universo. Y las tijeras genéticas editarán el genoma humano para reescribir el código de la vida.

En los próximos días un sacerdote dará misa en una plaza de un humilde barrio en las afueras de una gran metrópoli y recitará un versículo bíblico del Pescador sobre las palabras del Buen Pastor: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres". Solo hablo de lo que he visto de cerca.

EL AUTOR

MIGUEL NÚÑEZ es periodista. Fue Vocero Presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007) y de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2009).

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