La Bodega fue construida en 1948 por el Instituto Nacional de Vitivinicultura con el fin de dar un lugar donde elaborar a los viñateros de la zona. A la vez se construyeron dos bodegas similares, una en Nonogasta y la otra en Villa Unión.
Cuenta con una capacidad de elaboración de 1.000.000 de litros y una capacidad fermentativa de 200.000 litros.
Las piletas de elaboración son de cemento, actualmente revestidas con epoxi, tal como se estilaba en el momento de la construcción.
La planta pasó por diferentes etapas a lo largo de los años. Estuvo administrada en ocasiones por Cooperativa y en otras por privados. Durante las décadas del 60 y 70, la Bodega de Aminga, llamada en sus comienzos ¨Manuel Belgrano¨ brilló en una actividad vitivinícola intensa en producción y en calidad.
A fines de los años 80, producto de la hiperinflación, los productores llevaron su actividad hacia la aceituna y la nuez. Reconvirtieron sus plantaciones de vid en nogales y olivos. La Bodega quedó totalmente abandonada por casi 25 años.
En 2012 el Gobierno de la Provincia de La Rioja la recuperó como parte de un plan de reactivación de la industria en el interior. Se renovó el edificio, se compró maquinaria italiana de última generación y en 2013 se comenzó a elaborar vinos varietales con uva comprada en la zona.
Paralelamente se plantaron 60 hectáreas con uvas Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon y más tarde Torrontés Riojano y Syrah. La nueva finca Pampa del Viento se pensó para abastecer únicamente a la Bodega de Aminga y elaborar el auténtico vino riojano con sus uvas.
Desde el inicio de esta gestión de Gobierno las Empresas Estatales contamos con el apoyo del Gobierno de La Rioja en cuanto a inversión para apostar al crecimiento y autosustentabilidad. La Secretaría de Inversiones Público Privada, a cargo del Contador Sanchez Volpini, recibe y autoriza las propuestas de inversión. Desde 2020 la Bodega de Aminga viene experimentando un crecimiento en producción, en ingresos por ventas y en reordenamiento interno. Hechos que se reflejan cada mes en los flujos de fondos y en las evaluaciones contables y administrativas.
En la bodega y Fincas de Aminga trabajan 25 personas de manera permanente y en épocas de vendimia y poda esa cantidad se duplica.
La cosecha comenzó el 9 de febrero y se extenderá hasta el 9 de marzo. El vino 2024 estará listo para salir al mercado el 30 de junio, fecha en que el Instituto de Vitivinicultura libera cada año los vinos para ser comercializados.
Este año esperan producir 400.000 litros de vino de los que alrededor de 250.000 se embotellarán para distribuir en el mercado interno como también en el área de exportación. Y el saldo se vende a granel a bodegas mendocinas que utilizan nuestros vinos para potenciar los vinos de zonas menos cálidas.
Luego de esta vendimia, se plantea comenzar a ampliar el viñedo para poder abastecer completamente a la bodega con uva totalmente criada en Aminga.
Con el apoyo del Ministerio de Producción y Ambiente, y la Secretaría de Comercio Exterior están iniciando la etapa de exportación con productos auténticamente riojanos que expresan el resultado de cada hora de trabajo de riojanos que se sienten orgullosos de los vinos que elaboran.
Vino Febrero y variedades
En 2023 cuando la marca Febrero Riojano cumplió 10 años, se lanzan al mercado nuevas marcas tales como Febrero Mítico, Febrero Festivo Espumante y este año, Febrero Riojano Torrontés Dulce. Iniciando así una etapa de apertura nacional e internacional en la que la marca Febrero y sus variantes sea el emblema del Gobierno de la Provincia de La Rioja en materia vinos.
Respecto de Febrero Festivo Espumante se solicitó a la champañera la elaboración de este producto tomando como base nuestro torrontés riojano. Se hicieron varias vinificaciones en conjunto con la planta elaboradora de champán y llegamos a este producto exclusivo que refleja toda la frescura y todo el espíritu de fiesta de nuestra tierra sobre todo en Febrero. Se hizo este vino espumante soñando con la idea de que cada consumidor al beber una copa recuerde las cosas buenas que somos capaces de hacer en nuestra provincia. Es un vino con burbujas tranquilas pero potentes en aroma y en expresión de varietal Torrontés Riojano. Con el dulzor justo para no apagar lo aromático del vino base y con un grado alcohólico suave que permite vivir momentos festivos sin caer en excesos.
Por otro lado, Febrero Riojano Torrontés Dulce es elaborado con método Natural, sin agregados externos sino que se hace la interrupción de fermentación en pileta y permitiendo la concentración ideal para un producto. Es un vino noble y expresivo que nos recuerda el canto matutino de las aves de La Costa riojana en verano.
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