Escribe: Roberto Esteban Miguel Investigador de EE.A. Chilecito
La Rioja es la provincia con mayor electrodependencia para la producción agrícola a nivel país. Los reducidos caudales de sus ríos han conllevado a que desde la década de 1960 la ampliación de su producción agrícola se desarrolle exclusivamente gracias a la explotación de agua subterránea. Para extraer el agua subterránea y hacerla asequible para riego, es necesaria la energía. A modo de ejemplo, en 1990 la provincia de La Rioja consumía el 9 % de la energíautilizada para riego en el país mientras que Mendoza el 70 %.
Para el año 2015 (últimos registros públicos disponibles) La Rioja consumía el 16 % y Mendoza el 49 %. En relación a las cantidades de MWh/año necesarios para la producción de una hectárea, para el año 2015 en La Rioja se necesitan 3 MWh/año/ha mientras que Mendoza y San Juan 1,72 y 0,75 MWh/año/ha respectivamente. Una mirada hacia el interior de los departamentos de la provincia evidencia que Arauco y Chilecito (22.400 ha para el 2018) presentan la mayor electrodependencia con un requerimiento energético de 9,68 y 6,42 MWh/año para producir una hectárea respectivamente.
A nivel del valle Central Antinaco–Los Colorados (Departamento de Chilecito y Famatina) se observa que para el año 2015, esta región consumía un 8,6 % de la energía total del país para riego cuando la superficie irrigada representa el 1,12 % a nivel nacional. De esta forma, nuevamente se pone de manifiesto la necesidad de riego electrodependiente.
Para finalizar, los consumos energéticos vinculados a la ampliación de la superficie cultivada basados en agua subterránea para Antinaco–Los colorados se han incrementado un 56 % desde el año 2015 a 2022. En La Rioja no es posible la producción agrícola sin energía, y sin energía no es posible acceder al agua. Por lo tanto, las políticas que se formulen en este contexto deben considerar “el nexo” e interconexiones intersectoriales de la energía, el agua y la producción agrícola. Esperemos que en lo inmediato sea posible trazar políticas prospectivas de planificación y gestión que vinculen los diferentes sectores del Nexo, los actores del territorio y generar los espacios de diálogos políticos y técnicos para la construcción de futuros deseados y posibles.
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